“Todo lo que tiene raíces nunca muere”
Rabí Abraham Abulafia

 

Tu B’Shvat, ¿Qué significa? Esta palabra realmente sólo nos indica una fecha más en el calendario judío, sin embargo tiene una connotación que la lleva a representar el centro mismo de la vida, de la creación. Recrea a la naturaleza en su totalidad, a ese árbol que se ha desarrollado a partir de una semilla y ha alcanzado alturas y vuelos extremos, al igual que el hombre pudiese lograr. Recrea al fruto que nos permite vivir y a ese aire puro que buscamos para tener una existencia llena de bienestar, salud y calidad de vida.

THELMA KIRSCH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Árbol y hombre, compenetrados en una fecha que es dedicada a la naturaleza y la creación. ¿Acaso podríamos comparar un árbol con el Ser Humano? Todos conocemos la respuesta, sabemos que así es, pero aquellos que han sabido labrar la tierra, hundir sus raíces y asirse profundamente, son los que vivirán y verán cómo su tronco se convierte en fortaleza, sus ramas en brazos que se elevan al cielo y sus frutos en un goce continuo de satisfacciones y orgullo.

Tu B’Shvat se celebra en el mundo judío, y aquí, en esta pequeña comunidad, significó una convivencia ejemplar para las familias, los maestros y el Rabino, pero sobre todo un agradecimiento a la maestra Ivonne Sandler, que como siempre pone su alma en cada una de las actividades que realiza, y a la Sra. Sara Rosenfeled, directora del Centro, además del personal de la Mesa Directiva, quienes colaboraron mostrando a los niños los significados y la importancia de la ética en todo aquello que tenga que ver con la naturaleza, y cómo el pueblo de Israel pensaba ya en la ecología mucho antes que el resto de los pueblos extranjeros siquiera se diesen cuenta de su importancia.

Los festejos fueron varios.

En el colegio se organizó una excursión al Parque de la Estanzuela, para que los niños conviviesen con la naturaleza. Allí, en ese sitio justamente, se les dieron las explicaciones pertinentes acerca de la importancia de la naturaleza en el mundo y el peligro en el que se puede caer si no tomamos conciencia de esto.

El sábado por la noche se reunieron los miembros de la comunidad en el Centro Israelita para cenar en conjunto y más tarde participar en actividades y juegos relacionados con la fecha. El momento fue amenizado con música israelí. La asistencia fue bastante buena y en general la noche se vivió con alegría. Las actividades fueron preparadas por el Rabino Roe Shalom a quien agradecemos su interés por unir a los miembros.

El domingo asistieron las familias a las instalaciones del club para sembrar los árboles que tanta falta nos hacen alrededor y en las cercanías, y que por razones del tiempo transcurrido se han venido abajo o han envejecido.

Los adultos encargados de esta tarea, al tener sus manos entre la tierra fértil, volvieron sus ojos hacia la creación, entendieron lo que significa ensuciar su cuerpo, pero limpiar su alma al mismo tiempo, cumpliendo la Mitzvá: Sembrar un árbol por lo menos una vez en la vida.

Mientras tanto, los niños cooperaban o se ocupaban de sus propias tareas, pues cada uno sembró en una maceta alguna planta que más tarde llevaría consigo. Tal vez era un condimento para ser utilizado cuando creciese , un arbusto para trasplantarse en el jardín, o una planta para alegrar algún rincón. Con sus manos y su creatividad, adornaron sus macetas con diversos materiales para hacerlas lucir bien.

Una fecha, un Jag, un aprendizaje y una convivencia que no podía dejar pasar la comunidad.

Al terminar, los niños pudieron probar los frutos secos típicos de la fecha, dulces y algunos otros alimentos derivados de las frutas que los árboles nos dan.

Todas estas actividades tienen como finalidad mejorar el conocimiento del judaísmo, unir a las familias y sobre todo a la comunidad.