Los 447 compromisarios eligen hoy a su nuevo presidente, tras la derrota de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre.

Los miembros del Comité Nacional Demócrata (DNC) elegirán este sábado a su nuevo presidente después de meses de campaña interna y tras la debacle de los comicios de noviembre pasado, por lo que, quien salga victorioso, tendrá la ardua tarea de hacer resurgir al partido de sus propias cenizas.

Los 447 compromisarios demócratas llevan reunidos desde este jueves en Atlanta (Georgia), de donde saldrá el próximo líder del DNC (secretariado del partido) por mayoría simple en la votación de mañana.

Los favoritos para alcanzar el puesto son el ex secretario de Trabajo y abogado de derechos civiles Tom Pérez, de origen dominicano, y el congresista por Minesota Keith Ellison, afín al ala más progresista del partido, afroamericano y musulmán, aunque la lista total de aspirantes llega hasta ocho, con el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, como tercero en liza.

Pérez, miembro del gabinete del expresidente Barack Obama desde 2013 hasta finalizar su mandato, fue alentado por el equipo del exmandatario para postularse al cargo y cuenta con el respaldo oficial del exvicepresidente Joe Biden, uno de los rostros más populares del partido.

Una opción fresca

Sin embargo, el congresista por Minesota ha surgido como una opción fresca y, aupado por personalidades como el exaspirante presidencial Bernie Sanders o la senadora Elizabeth Warren, se ha posicionado como la persona idónea para dar a los demócratas el nuevo rumbo que algunos ven necesario desde el progresismo.

Es la corriente liderada por Ellison la que considera que los demócratas se han alejado de sus votantes naturales y han decidido dejarse llevar por los grandes intereses en vez de escuchar a la clase trabajadora, mientras que Pérez es visto como una apuesta continuista del éxito de Obama, quien dejó el cargo con altos índices de popularidad.

Los aspirantes celebraron un debate televisado el pasado miércoles en la cadena CNN, pero evitaron el ataque mutuo y mostraron una línea común contra el nuevo presidente, el magnate republicano Donald Trump.

No obstante, tanto Ellison como Pérez prometieron ponerse al servicio de reconstruir el partido y volver a conectar con los votantes, aunque en este caso la opinión pública no es determinante, y serán los miembros del comité, formado por activistas demócratas y donantes, quienes tomen la decisión.

Sumido en la crisis

El Partido Demócrata está sumido en una grave crisis debido a la inesperada derrota de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en su carrera a la Casa Blanca, además de por su incapacidad para arrebatar el Senado a los conservadores en los comicios legislativos de noviembre, algo que esperaban la mayoría de analistas.

Asimismo, apenas pudieron recortar distancias en la Cámara de Representantes, también en manos de los republicanos, y sufrieron grandes derrotas en las legislaturas estatales y en el ámbito local.

«El desafío para los demócratas, según yo lo veo, es doble. Primero, generar entusiasmo tanto hacia el partido como hacia los candidatos individuales que puedan desafiar a Trump en 2020; y segundo, conseguir que los votantes se entusiasmen con su programa político», explicó a Efe Christopher Larimer, profesor de Ciencia Política de la Universidad Northern Iowa.

«A nivel estatal, los republicanos están dominando la agenda política, y en muchos estados la agenda está cambiando rápidamente a la derecha. El desafío para Pérez o Ellison, o Pete Buttigieg, es mostrar que los demócratas tienen un plan para no sólo detener sino también revertir ese impulso», agregó.

Por otra parte, la imagen demócrata también salió dañada durante la pasada campaña, y la que fuera presidenta del Comité entonces, Wasserman Schultz, tuvo que dejar su cargo debido a unas revelaciones del portal WikiLeaks que aseguraron que la vieja guardia del Partido Demócrata puso en práctica varias estrategias para debilitar a Sanders durante la campaña de primarias.

De hecho, la sucesora de Schultz, antigua comentarista de CNN y actual presidenta interina del DNC, Donna Brazile, facilitó a Clinton varias pistas sobre algunas preguntas de un debate televisivo organizado por la CNN en Flint (Michigan) durante el proceso de primarias, según reveló WikiLeaks, lo que cuestionó la transparencia del partido.

Por tanto, el nuevo presidente del DNC también deberá devolver la credibilidad al proceso de debate interno demócrata, además de recuperar la confianza de sus votantes desde las instancias locales hasta el poder nacional, un asunto que, según muchos expertos, tiene que ver con la pérdida de su compromiso con la clase media.

Capitalizar el descontento contra Trump
Por su parte, la excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton instó ayer a su partido a mostrar unidad para avanzar políticas progresistas y capitalizar con victorias electorales el descontento con la Presidencia del republicano Donald Trump.

«Como demócratas tenemos que avanzar con valentía, confianza y optimismo y enfocarnos en las elecciones que debemos ganar este año y el siguiente», aseguró Clinton en un vídeo grabado.

Clinton, que no ha dado su apoyo a ninguno de los contendientes, aseguró que las ideas demócratas plasmadas en programa del partido durante la convención que la convirtió en candidata presidencial en el verano de 2016 «inspiran hoy a líderes y activistas en todo el país».

«En todas partes vemos a gente marchando, protestando, tuiteando, expresándose y trabajando por un Estados Unidos con esperanza, inclusivo y con un gran corazón», añadió Clinton.

«Hagamos que la resistencia, sumada a la persistencia, sea equivalente de progreso para nuestro partido y nuestro país», aseguró la ex secretaria de Estado.

La excandidata presidencial ha mantenido un bajo perfil y no ha entrado en debates políticos públicos desde su derrota electoral en noviembre del año pasado.

Clinton era vista como la favorita para hacerse con la Presidencia y pese a ganar el voto popular por casi 3 millones de papeletas, fue Trump el que se impuso por sorpresa en el sistema del Colegio Electoral, definido por el peso demográfico de cada estado.


Fuente:abc.es