STEPHEN ORYSZCZUK / La historia épica de una antigua familia judía fue contada por primera vez después de usarse nuevas técnicas para analizar documentos encontrados en una cueva del Mar Muerto.

La historia de una antigua familia judía fue contada por primera vez en 2.000 años después de que un profesor universitario usara nuevas técnicas para examinar los documentos encontrados en una cueva del Mar Muerto.

El notable cuento de cómo Shimon ben Menahem compró una huerta de palmeras en las costas del sur se ha revelado después de que cuatro papiros legales con fecha 94-90 dC fueran examinados en la Universidad de Gloucestershire.

Ben Menahem compró la huerta en Maoza de una mujer nabatea en circunstancias extraordinarias semanas después de que un alto funcionario nabateo intentara y no pudiera adquirir la propiedad, explicó el profesor Philip Esler.

Shimon le dio el huerto a su hija, Babatha, que guardó estos cuatro papiros en arameo para demostrar su título de la huerta y los escondió, junto con otros 30 documentos legales, en una cueva junto al Mar Muerto.

Junto con otros judíos, Babatha más tarde buscó refugio en esta cueva de los romanos al final de la Segunda Revuelta Judía en 135 DC.

Que los documentos legales de Babatha y otras posesiones fueran encontrados en la cueva por arqueólogos israelíes sugiere, lamentablemente, que fue capturada por los romanos y muerta o vendida como esclava.

“Contar la historia de la huerta de Babatha ha significado explorar el modo de vida en las aldeas de Nabatea y Judea a finales del siglo I dC”, dijo Esler, quien ha detallado la historia en un nuevo libro, llamado “Huerta de Babetha”.

“Las mujeres tenían importantes roles sociales y económicos, el derecho se practicaba a un nivel muy alto y los judíos y los nabateos se llevaban bien. Los romanos deben haber capturado a Babatha, pero su archivo de documentos legales sobrevivió. Al relatar la historia, intento honrar la memoria de dos individuos notables: Babatha y Shimon, su padre”.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico