Shlomo “Sami” Turgeman, ex Jefe del Comando Sur de las Fuerzas de Defensa Israelíes, estuvo en México en el marco del 5º Seminario de Seguridad Interior y Ciber Seguridad. Como tal, sostuvo encuentros con miembros del Ejército mexicano y nos relata lo que significa ser un oficial del ejército israelí, formando soldados éticos: “No solo se trata de ganar la batalla, sino de seguir siendo seres humanos”.

EJ: Mucho gusto, Sami. ¿Cuál es su función?

ST: En mi último puesto fui Jefe del Comando Sur de las FDI y ahora me he
retirado después de 34 años de servir en el ejército.

EJ: ¿Cómo llegó a las FDI? ¿Por qué decidió reclutarse en el ejército?

ST: En Israel sabemos que la situación no es sencilla, y se requieren fuerzas
de seguridad potentes y bien entrenadas. Vi en el ejército una misión y un
gran desafío. Conforme seguía de un cargo a otro me di cuenta que disfrutaba
de lo que hacía. Era un reto, tenía una buena relación con mis soldados. Me
sentía bien. Así que decidí quedarme en el ejército y hacer cosas importantes.
Influir en la gente y defender al Estado.

EJ: En su conferencia, usted habló del reto que significa el combate en zonas muy pobladas (como Gaza, nota del editor). ¿Cómo construyen ustedes esas estrategias?

ST: Nosotros sabemos que nuestros enemigos hacen todo lo que pueden para
perjudicarnos y luchamos por nuestra casa. El enemigo se encuentra en las
zonas urbanas, en la ciudades y pueblos y ahí construye su infraestructura
para impedir que actuemos y si logramos defendernos, se esfuerza por
enredarnos y perjudicarnos en el marco internacional. Creo que tenemos uno de
los ejércitos más fuertes y eficientes en el mundo en su capacidad de
distinguir entre civiles y terroristas. Esta capacidad nunca es perfecta o
total pero en comparación con otros ejércitos nosotros logramos combatir a más
terroristas con un mínimo de víctimas civiles.

EJ: ¿Cuál es la estadística de “daños colaterales” en las batallas?

ST: En el mundo se habla de una estadística de 1 a 10 en los ejércitos occidentales: en la guerra contra el terrorismo, por cada terrorista muerto hay de 7 a 10 víctimas civiles. En el ejército israelí la estadística en varias operaciones es de un herido o una víctima civil por cada terrorista abatido.

Ésa es nuestra estadística.

EJ: ¿Cómo enseñan a sus soldados a distinguir entre civiles y terroristas?

ST: Primero les enseñamos que no basta con ganar la batalla. Es necesario
ganar la batalla y seguir siendo seres humanos. Tienes que mirarte a ti mismo
en tu interior, a tu familia y a tus amigos y asegurarte de que has hecho todo
para dañar sólo a quien tienes que dañar.

En donde se puede alejamos a la población civil para luchar contra el
terrorismo y los terroristas. Ellos no siempre permiten que la población se
aleje y prefieren que se queden para involucrarlos. Eso requiere de nosotros
altos niveles de inteligencia, paciencia, no disparar de inmediato y cuidarse
de no perder el control al abrir fuego. Afortunadamente puedo decir que
incluso en la última operación de Gaza en la que participé, puedo decir que
conservamos nuestra humanidad. Hicimos todo lo posible por evitar dañar a
civiles.

EJ: En los últimos días se habla mucho de informes acerca de Operación Margen Protector, de que Netanyahu pudo haber evitado la guerra en Gaza. ¿Qué opina al respecto?

ST: Creo que fue una operación justificada y atinada. Hamas construyó túneles
de terror debajo de nuestros hogares. Se infiltró en territorio israelí y lo
que es peor, por debajo de la tierra. Esa una violación flagrante del derecho
internacional. Es una violación de la soberanía israelí y nosotros no podemos
permitir que el enemigo se infiltre por debajo de las casas de nuestros niños
y ancianos.

Esa operación fue una acción muy justificada, muy adecuada. Junto con la
crítica, es necesario ver los logros. Existen grandes logros y desde entonces
hay una calma muy significativa alrededor de la Franja de Gaza que nunca había
existido. Así que creo que tanto el objetivo como la estrategia fueron
adecuados.

EJ: Hoy se habla de la existencia de 15 túneles subterráneos. ¿Qué se puede hacer?

ST: Los túneles subterráneos son un gran desafío. Todo el mundo enfrenta ese
reto, tanto México como Estados Unidos, Israel, y los países europeos. Hay
más y más grupos que toman ventaja de ello. Es un gran desafío e Israel es uno
de los países más adelantados en esta área también. Es capaz de proporcionar
protección ante la amenaza de los túneles subterráneos. Aún tenemos mucho que
hacer, tenemos mucho conocimiento para compartir con otros países y creo que
estamos muy cerca de llegar a una excelente solución para esos túneles.

EJ: Hablando de cómo seguir siendo seres humanos – recientemente el soldado
Elor Azaria fue condenado a prisión. La mitad de los israelíes piensa que su
castigo es demasiado severo y la otra mitad considera que es demasiado leve.
¿Cómo se resuelve esta situación?

ST: Creo que el caso que mencionas es un ejemplo de cómo nosotros queremos
ganar y seguir siendo seres humanos. Tenemos órdenes, reglas, instrucciones.
Por un lado está claro que se trata de un terrorista que vino a asesinar a
soldados y a la gente alrededor, pero por otro sabemos que existen reglas y
órdenes que acatar y el caso fue investigado ante la corte. En última
instancia hay un sistema judicial que decide en este caso. Nuestro deber es
enseñar a nuestros soldados qué hacer y qué no hacer, porque no todo está
permitido. En la guerra también hay límites y no todo está permitido. Es
necesario formar a los soldados. Esa es la misión de cualquier comandante,
todo el tiempo: explicar, orientar, entrenar a los soldados, examinarlos para
que el día de mañana sepan acatar las órdenes. Nunca se termina.

EJ: ¿Por qué el soldado israelí está tan bien preparado?

ST: Creo que todos saben que su deber es defender al Estado, a su familia, a
sus amigos. No puedes ser un buen combatiente si no sabes por lo que luchas.
No se lucha por luchar. Se lucha para lograr un objetivo y nuestros soldados
comprenden que luchan por la seguridad y la prosperidad del Estado de Israel.
Somos un país pequeño con muchos enemigos a nuestro alrededor pero somos una
nación muy fuerte porque tenemos a gente muy buena. Tenemos excelentes
comandantes. Tenemos a gente que sabe por lo que lucha. Y cuando se tiene
gente capacitada que comprende para qué lucha, se tienen todas las razones
para triunfar. Y eso es lo que somos.

EJ: ¿De dónde viene el apellido Turgeman? ¿De dónde viene su familia?

ST: Mi madre emigró de Marruecos, de Marrakech hace muchos años. Hicimos aliá
hace 54 años. Toda la familia está en Israel. Todos progresaron, crecieron.
Todos formaron familias, desarrollaron nuevas áreas. Estamos muy contentos.

EJ: ¿Puede usted comprender mejor la mentalidad de los árabes por haber venido
de un país árabe?

ST: Yo no crecí en Marruecos. Llegué a Israel a los 6 meses de edad. Así que no
tuve la oportunidad de absorber la cultura marroquí en Marruecos pero la
absorbí con mi familia y no cabe duda que las relaciones entre los judíos y el
resto de la población marroquí son un magnífico ejemplo de lo que es vivir en
armonía. No es necesario luchar ni morir para poder vivir una vida compartida
pero en nuestro entorno hay personas y organizaciones que piensan diferente.
Tienen una ideología muy extremista y no hay remedio, es necesario ser fuerte.
Esa es la condición para lograr la paz y vivir con tranquilidad. Quien no es
fuerte en el Medio Oriente no logra sobrevivir. No estamos en Europa. Aquí
sólo el fuerte sobrevive. Los ingenuos… no sobreviven.

EJ: ¿Qué es lo más difícil que ha tocado hacer en el ejército?

ST: A pesar de todo lo que dije – que tenemos gente muy capacitada que sabe por
lo que lucha, el duelo es muy difícil. Ver a jóvenes que a la edad de 20 o 21
años o mayores (soldados en la reserva) sucumben a sus heridas y mueren, y a
sus familias que tienen que vivir con ello toda su vida nunca es fácil. Aunque
uno comprenda, es una situación muy difícil. Enfrentar a una familia en duelo,
lidiar con la pérdida no es fácil. Uno hace lo que puede para apoyarlos, estar
con ellos. Hay una conexión, un destino común difícil de cortar. Los soldados
son los hijos de sus comandantes, de la misma manera que son los hijos de sus
padres y la pérdida es inmensa.

EJ: ¿Usted tuvo que avisar a los padres sobre la muerte de sus hijos?

ST: No tuve que avisarles pero por supuesto que tenía que explicarles cómo
murió su hijo, en qué circunstancias quedó herido. Visité a todas las familias
que perdieron a sus hijos. Es mi deber como comandante, relatar lo que
sucedió, cómo sucedió, apoyarlos, decirles la verdad porque las familias
quieren saber todos los detalles y eso es lo que el comandante debe hacer.

EJ: ¿Qué puede Israel enseñarle al mundo?

ST: En primer lugar, Israel es un país muy avanzado en tecnología y otras
capacidades. Segundo, tenemos experiencia. Esas capacidades no son teóricas,
no se quedan almacenadas. Las utilizamos día con día porque de otra manera
sabremos lo que da. Tenemos mucha experiencia en todo lo relacionado con la
seguridad de empresas, países, fronteras, cibernética y creo que tenemos la
capacidad de compartir este conocimiento para beneficiar a otros. Este
Seminario es una gran oportunidad para compartir nuestro conocimiento. Es
cierto que México e Israel no enfrentan los mismos retos en materia de
seguridad pero siempre hay algo que aprender. Nosotros podemos beneficiarnos y
ellos también. Creo que es un excelente encuentro de colaboración y
aprendizaje mutuo. Estoy seguro que todos aprenderemos de él.

EJ: ¿Se ha reunido con miembros del Ejército Mexicano?

ST: Aún no. El Seminario acaba de comenzar. Estoy empezando a conocer a gente
de distintas áreas de seguridad. Veo que están muy interesados en nuestra
experiencia, y nuestras empresas de tecnología y seguridad.

EJ: ¿Pero tiene previsto encontrarse con ellos?

ST: Por supuesto, nos reuniremos esta noche y mañana. Estoy seguro de que será
positivo para ambas naciones. Tenemos intereses comunes. Cuando hay una buena
disposición, también hay éxitos.