En julio de 2016, Dabiq, una revista de propaganda del autodenominado Estado Islámico (EI), publicó una larga entrevista con Abu Sa’d at-Trinidadi.

La publicación presentaba al joven combatiente como “un excristiano quien se convirtió al Islam y ahora es uno más de los muchos combatientes de Trinidad y Tobago bajo la bandera de Estado Islámico”.

La revista parece no exagerar.

Mientras reportes señalan que el número de extranjeros que emigran para sumarse a grupos como Estado Islámico y al-Qaeda se redujo significativamente el año pasado, la pequeña isla caribeña no ha dejado de exportar militantes a este grupo extremista.

De hecho, hoy por hoy, Trinidad y Tobago es el mayor exportador per cápita de combatientes para grupos extremistas del hemisferio occidental.

Esta realidad no sólo preocupa al gobierno trinitense, sino que la cantidad de personas de la isla caribeña que optan por convertirse en yihadistas también llamó la atención del presidente de EE.UU., Donald Trump.

Las causas, según los expertos, son los elevados niveles de violencia y criminalidad en Trinidad y Tobago, las condiciones socioeconómicas precarias en importantes sectores del país y la creciente población que abraza la religión musulmana.

Este país insular tiene una superficie de 5.128 kilómetros cuadrados, lo significa que entraría 178 veces en el territorio de Venezuela, su país vecino más cercano.

El largo viaje

En la entrevista, Abu Sa’d at-Trinidadi relata que, después de juntarse con otros trinitenses que profesaban la religión musulmana, hicieron contactos y juntaron dinero para emprender un viaje de más de 9.500 kilómetros.

El yihadista hizo una escala en Venezuela para encontrarse con su esposa y juntos partieron rumbo a Medio Oriente en fechas no reveladas.

“Actualmente soy uno de los muchos francotiradores aquí en el Califato. Salgo regularmente con mi equipo y consigo tomar parte en muchas feroces batallas contra los varios enemigos de Estado Islámico”, afirmó el trinitense a la revista de propaganda.

Reportes de organizaciones independientes y gobiernos señalan que, al igual que Abu Sa’d at-Trinidadi y su esposa, existen entre 125 y 400 personas nacidas en Trinidad y Tobago que optaron por sumarse a las filas de EI.

De acuerdo al “Índice de Terrorismo Global”, publicado por el Instituto para la Economía y la Paz en 2016, sólo Estados Unidos tendría más combatientes que Trinidad y Tobago en el hemisferio occidental.

Pero EE.UU. tiene una población de más de 320 millones de personas, mientras la isla caribeña apenas tiene 1,3 millones de habitantes.

Por qué Trinidad y Tobago

Según Abu Sa’d at-Trinidadi, 60% de los combatientes de EI provenientes de Trinidad y Tobago vienen de familias musulmanas, mientras el resto se convirtió del cristianismo.

La religión musulmana representa entre el 5 y el 8% de la población de la isla caribeña.
John McCoy, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Alberta, en Canadá, tiene la tesis de que el islamismo radical en Trinidad y Tobago tiene “formas endógenas” que fueron alteradas y aprovechadas por grupos como al-Qaeda o Estado Islámico.

El autor de la investigación “Extremismo violento cultivado en Trinidad y Tobago: patrones locales, tendencias globales” añade que “la criminalidad, la violencia política, el legado histórico de radicalismo en la isla y la alta tasa de conversos religiosos” son factores que inciden en el surgimiento de nuevos yihadistas en ese país.

Cuando McCoy habla de “legado histórico de radicalismo” se refiere a episodios como el intento de toma del poder político protagonizado por un grupo de musulmanes trinitenses en 1990.
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Aquella vez, un grupo islamista de 250 personas se atrincheró en el Parlamento trinitense secuestrando a ministros, pero el intento fracasó rápidamente.

Cuando Estado Islámico proclamó el Califato en 2014, el radicalismo religioso ya no era una novedad en Trinidad y Tobago.

Trinidad y Tobago declaró su independencia de Reino Unido recién en 1962 y se convirtió en República en 1976.

Su población está compuesta en su mayoría por descendientes de africanos, indios, chinos, sirios y libaneses.

Preocupación estadounidense

El Departamento de Estado de EE.UU. señaló a BBC Mundo que Washington “ve este fenómeno con profunda preocupación”.

“Si bien el caudal de terroristas extranjeros en Irak y Siria ha disminuido significativamente durante el último año, sabemos que varios ciudadanos de Trinidad y Tobago han viajado a Oriente Medio para unirse a EI desde que comenzó el conflicto”, afirmó a este medio un representante de la entidad.

El Departamento de Estado añadió que EE.UU. “apoya al gobierno de Trinidad y Tobago en sus esfuerzos por mantener a su población lejos del violento extremismo y prevenir la salida futura de combatientes terroristas extranjeros”.

La Casa Blanca informó que el 19 de febrero, el presidente Trump se comunicó con el primer ministro trinitense Keith Rowley para conversar sobre “lucha contra el terrorismo y crimen organizado internacional”.

Los esfuerzos en la isla

“Alabo a Alá por concederme la oportunidad. Esto es verdaderamente un inmenso favor de él. Cuando hicimos hijrah (migración o viaje) por primera vez, nunca imaginamos que seríamos testigos del sueño del Califato convertirse en una realidad. (…) Nunca podría agradecer a Alá lo suficiente por permitirme estar entre los primeros de nuestro pueblo en hacer realidad este sueño”, dice Abu Sa’d at-Trinidadi.

Sin embargo la entrevista al trinitense en Dabiq no es la única propaganda para reclutar a pobladores de la isla.

El gobierno de Trinidad y Tobago está consciente de que EI viene divulgando otros videos de yihadistas “con acento caribeño” para conseguir más reclutas en el país.

La policía de Trinidad y Tobago incrementó el control en las comunidades musulmanas para prevenir actividades ligadas al radicalismo.

No se trata sólo de soldados.

A las autoridades trinitenses también le preocupan los recursos económicos que salen de la isla destinados a apoyar las actividades de EI.

“Siempre hay una preocupación por el dinero que sale de Trinidad y Tobago que podría estar involucrado con actividades terroristas. Hay una minoría en la comunidad musulmana que está empeñada en cometer este tipo de delitos” afirmó el ministro de Seguridad Nacional de la isla caribeña Edmund Dillon la anterior semana.

Por su parte, el fiscal general de la nación peninsular planteó que los viajes a países como Siria o Irak sean controlados y se requieran permisos especiales para frenar el éxodo de futuros combatientes para EI.

Al respecto, los musulmanes trinitenses expresaron su molestia porque creen que estas medidas alimentan el estereotipo sobre ellos.

Después de conocidos los intentos del gobierno de la isla para limitar los viajes a Medio Oriente, Imtiaz Mohammed, líder del grupo Misioneros Islámicos hizo conocer que la comunidad musulmana no está de acuerdo con las restricciones y afirmó que la mayoría de los viajes de trinitenses a Medio Oriente son por caridad o religión y no para plegarse a algún grupo extremista.

A diferencia de Estados Unidos, en la isla trinitense todavía no está penado por ley incorporarse a organizaciones extremistas como Estado Islámico o al-Qaeda.

Sin embargo, las constantes noticias de nuevos viajeros que parten de la capital trinitense rumbo a Medio Oriente llevaron esta idea hasta el Parlamento.

Uno de los últimos casos que salió a la luz fue el de ocho trinitenses que fueron detenidos en Turquía en medio de su hijrah hasta un campamento de EI en Siria.

La captura sucedió tres días antes de la publicación de la entrevista a Abu Sa’d at-Trinidadi.

Fuente: BBC Mundo