EDUARDO HADJES PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Queridos amigos, voy a iniciar este comentario contándoles un secreto: “Estoy hastiado, cabreado, irritado, como se dice en buen chileno “hasta la tusa” el estar escuchando permanentemente, cómo gobiernos, instituciones y falsos demócratas, condenan a Israel por no haber llegado a un acuerdo de paz con los palestinos.”

Les quiero formular una pregunta que aclara totalmente el sentido de este aporte semanal ¿Quién de ustedes, racionalmente, podría afirmar que se puede llegar a tal tratado, si una de las partes, la palestina, por ningún motivo, puede firmarlo y seguir existiendo? Esta verdad es tan fácil de demostrar, que nos bastará con recurrir a su propia Constitución, para encontrarnos que, legalmente, ellos están obligados a hacer todos los esfuerzos posibles para aniquilarnos.

Entonces, ¿De qué paz estamos hablando?

Si lo que le da vida a un pueblo, se supone que es su Constitución, ya que, nuevamente se supone, es lo que regula su actuar y su manera de vivir, al estar enunciando la obligación de destruir, barrer hasta el último vestigio de “la entidad sionista” ¿Cómo podemos escuchar a estadistas y dirigentes que se supone tienen inteligencia, como mínimo normal, seguir culpando a Israel de ser el responsable de no querer llegar a un acuerdo de paz?

Aparte de esto, que es irrefutable e indesmentible, tenemos una serie de otras realidades, que nos obligan a pensar que, al menos como están dadas las cosas en la actualidad, es imposible que se firme la paz entre israelíes y palestinos, por mucho que se esfuercen los israelíes y su gobierno.

Abbas, el rey-Presidente vitalicio de los palestinos cisjordanos, los supuestos pacifistas, sabe meridianamente claro que en el instante mismo en que llegara a firmar un tratado de paz con Israel, se acaba su reinado. Lo mismo le sucedió a Arafat. A ambos tiranos, lo único que los mantiene en el poder es su plataforma de odio a su protector y sostenedor, ya que si Israel le retira su respaldo y cuidado, será asesinado o derrotado por Hamás, cosa ya vista en la Franja de Gaza, aun cuando nada ni nadie se ha preocupado jamás, por los cientos de palestinos brutalmente asesinados por las huestes terroristas de Hamás, luego que estos ganaran la única elección realizada por los palestinos, el año 2005.

Peor aún es la situación con los palestinos de la Franja, ya que sus dirigentes, sin disimulo alguno, declaran abiertamente, que por ningún motivo, firmarán o establecerán la paz con Israel. Ellos simplemente no tiene interés en mentir sobre este punto. Están seguros que “muy pronto” estarán en condiciones de destruir a Israel y, tan pronto crean estar preparados, nada ni nadie los podrá detener, hasta que choquen con la realidad, una vez más, que Israel los supera en capacidad militar, logística y tecnología, lo que los hará fracasar nuevamente.

Si los palestinos de la Franja de Gaza, forman parte del pueblo palestino ¿Se podría llegar a un acuerdo con Abbas, en el supuesto que él quisiera hacerlo, si tan sólo representa a poco más de la mitad de su pueblo, aun cuando es la más débil?

Pero esto no es lo único que impide la paz. Tanto los dirigentes de Cisjordania como de la Franja, viven y lucran groseramente de la ayuda internacional. Ninguna de las fracciones palestinas, ha logrado llegar a un nivel de ingresos propios, que les permita sustentar sus propios gastos y, desde luego, ello no es culpa de Israel, el cual, desde 2005 que se retiró total y absolutamente de Gaza, lo que ha significado que la población gazatí esté increíblemente en peores condiciones que los de Cisjordania.

En proporción a su población, no ha existido pueblo alguno que haya recibido tan cuantiosa y prolongada ayuda financiera como lo que reciben permanentemente las dos entes directoras palestinas.

Los dirigentes de Gaza, financian la compra y confección de armas y construyen túneles a un costo exorbitante. Si a esto le agregamos lo que pasa directamente al bolsillo de sus dirigentes, más los sueldos y regalías que se le otorga a las familias de los “mártires” que mueren en los actos terroristas, asesinando a israelíes o intentando hacerlo, las necesidades del pueblo palestino y su cuidado, simplemente pasan a un último término, total, con culpar a Israel de la pobreza del pueblo, sus pecados pasan desapercibidos ya que saben que cuentan con el respaldo mundial, en que Israel es culpado de todo, sin limitaciones.

En cuanto a Abbas y su camarilla, son más privilegiados ya que ellos, al no gastar ni en túneles ni cohetes, se logran guardar cifras siderales, sin vergüenza alguna. Lo divertido es que cada parte acusa a la otra de tener dirigentes corruptos y, salvo los países árabes, tanto los organismos internacionales como los de Europa y EE.UU, siguen financiando esta orgía de corrupción, sosteniendo gobiernos inescrupulosos y, lo que es peor aún, pagando los cuantiosos estímulos a quienes asesinan civiles israelíes, a costa de los impuestos que salen de los bolsillos de los contribuyentes de sus respectivas naciones.

Si cada “mártir” asesino que logra masacrar civiles israelíes, o sucumbe en el intento, es el que ha de garantizar un holgado futuro económico a su familia, a los cuales se les asignará una suma que dependerá directamente del daño que logró ocasionar a israelíes, es financiado por donaciones internacionales, tenemos la paradoja que los ciudadanos americanos y europeos, los mismos que, con sus impuestos, están financiando la lucha contra el terrorismo islámico en sus propios países, están pagando la subvención a terroristas de civiles, igual que ellos, con la única diferencia que son judíos, cristianos o musulmanes, radicados en Israel. El financiamiento a los “mártires” es una de las pocas cosas que se da para la totalidad de palestinos, incluso se extiende a los árabes israelíes.

¿Creen ustedes que los gobernantes de estas naciones y los dirigentes de los distintos organismos internacionales, no ven ésta realidad?

Resumiendo, si son tantos los que se benefician del odio a Israel ¿Van a querer realmente llegar a un acuerdo de paz? Lo triste de esta historia es que, quienes sufran las consecuencias, serán la gran mayoría del pueblo palestino que, pese a la propaganda, adoctrinamiento y financiamiento, se niegan a plegarse a la locura terrorista, ya que deberán sufrir las privaciones económicas y soportar la tiranía espantosa a la que son sometidos, de parte de sus corruptos dirigentes, los cuales, sabiendo que les basta con culpar de todo lo malo a Israel, para quedar libres de culpa y sin problema alguno, para seguir lucrando a costa de su pueblo.

Se comprende que la situación de los que siguen encerrados en los campamentos de “eternos refugiados”, verán sus sufrimientos multiplicados hasta el infinito y con tan escasas posibilidades de salir del infierno al que sus dirigentes los tienen condenados.

Sería necesario que el mundo aceptara la realidad, lo cual es casi imposible que suceda, ya que para ello, primero deberían reconocer que la culpa no es de Israel.

David ben Jaim