Las Historias Jasídicas de Martín Buber, son una recopilación extensísima de historias y enseñanzas de los grandes maestros jasídicos. En ellas se muestra una perspectiva mística sobre el judaísmo y sus tradiciones.

Los jasídicos tratan de estar con D-os en todo momento, a través de una conexión vivencial con Hashem en el presente, de la alegría y el gusto de participar en la creación divina.

La historia que mostramos a continuación habla sobre el pecado que cometió Adán.

Varios comentaristas se han preguntado: ¿cómo fue que Adán el primer hombre, que había sido creado con un cuerpo perfecto, que tenía la mayor cercanía que ha existido con D-os, que gozaba de todas las maravillas en el jardín del Edén, pudo haber comido del árbol? ¿Cómo, con todo lo que sabía, pudo actuar en contra de D-os?

Varios rabinos han comentado que, al comer de la fruta, Adán también buscaba servir a D-os. Porque quería conocer el bien y el mal para servirlo de mejor forma. El desenlace del pasaje nos muestra que estaba equivocado; sin embargo, la pregunta ¿por qué pecó? prevalece a lo largo de los años. Esta historia del rabino Vorki nos habla de ello, pero desde una perspectiva jasídica.

El error de Adán. Historia de Isaac Vorki.

En una ocasión se le preguntó al rabino Isaac de Vorki : “¿Cuál crees que fue el verdadero error de Adán?”

El error verdadero de Adán – dijo él – fue que se preocupó demasiado por el futuro. La serpiente, al hablarle, le dijo: “No puedes servir propiamente a D-os, porque no puedes distinguir entre el bien y el mal y eres incapaz de tomar una decisión. Come de esta fruta y conocerás la diferencia entre ambos; escogerás al bien y recibirás la recompensa”.

Adán decidió escucharla y ésa fue su falta. Se preocupó de no poder servir en el futuro. Sin embargo, en esa misma hora, en el presente, estaba su oportunidad: obedecer a D-os y resistir a la serpiente.