“Pueblo, Libro, Tierra” expone hasta el 31 de marzo en la capital argentina los distintos momentos históricos en una relación de 3500 años. “La exposición tiene un significado especial en estos tiempos turbulentos”, señaló la enviada de las Naciones Unidas.

El Centro Simón Wiesenthal (CSW) y la Unesco inauguraron el miércoles la muestra “Pueblo, Libro, Tierra: 3500 años de relación del pueblo judío con la Tierra Santa” en el Centro Cultural Kirchner de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en medio de advertencias sobre el auge del antisemitismo y dos días antes de la conmemoración del atentado terrorista sobre la embajada de Israel en la capital argentina.

Se trata de una exhibición realizada ya en Estados Unidos, Dinamarca, Montenegro, Albania, Azerbaiján, el Vaticano y que se lleva por primera vez a América Latina y en español.

Para el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, “la relación entre pueblo y tierra no es una relación simple ni sencilla, es muy profunda para todos los judíos, no sólo para aquellos que siguen la religión”.

“El pueblo en general tiene un compromiso con su tierra”, agregó.

La muestra consta de 24 paneles en los que se presentan y contextualizan 3500 años de vínculos entre el pueblo judío y la convulsionada tierra donde hoy día israelíes y palestinos mantienen un largo y sangriento conflicto.

Desde los hijos de Abraham, Moisés y los profetas bíblicos, hasta la Shoa y la creación del Estado de Israel, pasando por las cruzadas y el dominio del Imperio Otomano, la exhibición destaca los diferentes roles y dinámicas que los judíos mantuvieron con su hogar en diferentes momentos históricos.

Graciela Vaserman, consejera de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, señaló que la exposición “tiene un significado especial en estos tiempos turbulentos”.

“70 años después de la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo está en aumento, alimentado por prejuicios e ignorancia, en Europa y Latinoamérica”, consideró. “Es precisamente el rol de la Unesco construir defensas contra el antisemitismo y el odio”, agregó.

El Representante del Centro Simón Wiesenthal para Latinoamérica, Ariel Gelblung se mostró en sintonía aseguró que “negar la presencia del pueblo de israel en esta tierra es antisemitismo”.

Por su parte Yuval Rotem, director general de la Cancillería de Israel, remarcó que los judíos “nunca abandonaron Israel voluntariamente ni renunciaron a sus derechos”.

“Aquellos con una decencia humana básica, reconocen la injusticia, incluso en resoluciones de la ONU motivadas políticamente que niegan la conexión entre el pueblo judío y su hogar”, consideró.

El diplomático hizo referencia a la resolución 2334 de las Naciones Unidas, que en diciembre de 2016 provocó una polémica en Israel tras denunciar los asentamientos israelíes en Cisjordania.

El decano del Centro Simon Wiesenthal, rabino Abraham Cooper, resaltó en cambio el status de “Ciudad Santa” de Jerusalén.

“Esta exhibición tiene por objetivo enlazar un linaje de 3500 años entre nuestro pueblo y nuestra tierra, pero la luz de la ciudad santa de Jerusalén nos ilumina a todos”, consideró.

La muestra será albergada en el Centro Cultural Kirchner, que depende del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de Argentina bajo la dirección Hernán Lombardi, hasta el 31 de marzo.

“No puedo encontrar un vínculo más orgánico que el del pueblo, libro y tierra de Israel”, consideró Lombardi, quien además destacó la figura de Simón Wiesenthal y su “búsqueda insaciable de la justicia”.

El superviviente del Holocausto e investigador Simon Wiesenthal tuvo un rol esencial en la captura de criminales nazis después de la Segunda Guerra Mundial, ocupación que lo vinculó con Argentina en la captura de genocidas como Adolf Eichmann, Walter Kutchmann y Joseph Schwamberger, escondidos en ese país.

Finalmente, la Canciller argentina Susana Malcorra consideró que el hecho de que las oficinas del CSW para América Latina se encuentren en Buenos Aires muestra el “compromiso intenso” entre lo que el centro representa y lo que “nosotros, los argentinos, creemos”.

Malcorra buscó también vincular a su país como una tierra de integración. “Argentina es un lugar que ha recibido de manera abierta y generosa a gente de todas partes del mundo, donde compartir distintas cuestiones, distintas visiones, ha sido la normalidad y donde el diálogo interreligioso ha sido una constante”, consideró.

La diplomática se refirió así al hecho de que Argentina, país mayormente cristiano, mantiene la comunidad judía más grande de América después de Estados Unidos y la tercer mayor comunidad musulmana, luego de Estados Unidos y Brasil.

“En un momento difícil del mundo, donde la xenofobia está apareciendo cada vez más, yo creo que la Argentina representa esa capacidad de llegar a un punto medio”, concluyó, recordando también la conmemoración el viernes del aniversario del atentado sobre la Embajada de Israel en Buenos Aires, que en 1992 causó la muerte de 22 personas.

 

 

Fuente:infobae.com