Andrés Manuel López Obrador, deshilvanado oportunista

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no ha cejado en su esfuerzo de alcanzar la Presidencia de México para los comicios del 2018. En las dos elecciones previas perdió; no aceptó su derrota y las acusó de haber sido fraudulentas, enloqueció, se radicalizó, cerró por meses el emblemático Paseo de la Reforma en la Ciudad de México. Su lema en la campaña previa, “Honestidad Valiente”, constituye una verdadera aberración; sigue siendo un hábil político, tan deshonesto como los gobernantes a quien acusa de “la mafia en el poder”. Durante décadas ha vivido y se ha promovido con dinero de obscura procedencia.

No obstante que las campañas para las elecciones federales del 2018 en las que se elegirán al Presidente de la República, 128 Senadores y 500 diputados, no han empezado oficialmente, AMLO se las ha ingeniado para iniciar la suya difundiendo su Proyecto de Nación, en el que ha incorporado a varios empresarios y ex funcionarios públicos y también ha logrado atraer a las filas de su partido, Morena, a funcionarios y legisladores en funciones del PRD que han renunciado como miembros de este último partido. En su demencial carrera a la Presidencia, AMLO ha atenuado sus diatribas violentas por mensajes aparentemente conciliadores.

También está buscando atraer a los electores mexicanos radicados en EUA, legal o ilegalmente, promocionándose en varias ciudades de ese país donde viven numerosas comunidades de mexicanos. Los migrantes mexicanos son “pan caliente” para AMLO, justo ahora tienen necesidad de confiar en un líder que atenúe sus temores de ser expulsados de EUA. Justamente en su periplo por EUA, en un mitin al que convocó en Nueva York la semana pasada en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, mostró nuevamente su verdadera esencia cuando lo encaró el padre de uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala para preguntarle por qué había apoyado a José Luis Abarca para la alcaldía de Iguala, quien se supone fue el autor intelectual de la desaparición y presuntamente muerte de los normalistas en septiembre de 2014; AMLO le dijo con un gesto de rabia “cállate provocador”. AMLO representa una amenaza para los mexicanos; empero, no es el único, porque ha sembrado el odio y la violencia en millones de mexicanos resentidos contra un sistema político que los ha marginado.

La intensa campaña encubierta de AMLO lo ha colocado como puntero entre todos los aspirantes de diferentes partidos e independientes a la Presidencia del 2018. Sin embargo, ello no quiere decir que será el triunfador; en breve tendrá que enfrentar a los candidatos oficiales de otras fuerzas políticas, sobre todo, porque no ha cambiado su personalidad megalómana, intransigente, violenta y grosera. El oportunismo de AMLO es inaudito, jamás se había preocupado por el mal trato a los mexicanos en EUA, o del asesinato de algunos de ellos por parte de la Border Patrol.

Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta de Argentina, acusada por corrupción.

Al final de diciembre del 2016 un juez de Argentina presentó por segunda vez cargos formales contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) (2007-2015) por asociación ilícita y ordenó un embargo por el equivalente a 625 millones de dólares por la causa del presunto direccionamiento de obras públicas para favorecer a un amigo empresario y cobrar a cambio millonarios sobornos. El juez también impulsará otras causas judiciales en las que se investigan delitos cometidos por ella y su esposo, el ex presidente Nestor Kirchner (2003-2007). En otro caso, la justicia investiga a la expresidenta por una millonaria operación con la venta del dólar a futuro por parte del Banco Central; asimismo, el magistrado Julián Ercolini ha subrayado que CFK y otras personas serán procesadas porque “habrían formado parte de una asociación ilícita destinada a cometer delitos”; dijo que entre el 8 de mayo del 2003 y el 9 de diciembre del 2015, se había apoderado “ilegítimamente y de forma deliberada de los fondos consignados a la obra pública vial en la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia del Sur”.

CFK también es investigada por el caso de “Los Sauces, nombre de la empresa de la familia Kirchner, por sospecha de lavado de dinero, cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.

Por otra parte, el gobierno del Presidente Mauricio Macri investiga el trato preferencial que los gobiernos de Néstor y Cristina, respectivamente, dieron a la empresa constructora brasileña Odebrecht a la que le dieron contratos por 2,550 millones de dólares y que pagó cuantiosos sobornos a altos funcionarios de Petrobras y de varios países de Latinoamérica, principalmente. Odebrecht, facturó contratos por obras superiores a 30 mil millones de dólares en el 2015.

Los Kirchner no solo resultaron ser corruptos de ligas mayores; al final de diciembre pasado un juzgado Federal de Argentina ordenó la reapertura de la investigación iniciada por el fiscal Alberto Nisman quien había acusado a CFK de “montar un sofisticado plan delictivo” para encubrir a los autores iraníes del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) realizado en 1994 en el que murieron 85 personas.

El Fiscal Nisman había presentado el 14 de enero del 2015 una denuncia contra la entonces presidenta, su ministro de Exteriores, Héctor Timerman, un diputado Kirchnerista y otros dos dirigentes políticos sin cargo; no obstante, cuatro días después, y uno antes de presentar su informe ante el Congreso, apareció muerto en el baño de su casa con un disparo en la cabeza y su denuncia contra CFK fue archivada “por falta de pruebas”.

Cabe mencionar que el gobierno de CFK firmó en el 2013 un acuerdo con Irán para que cinco funcionarios y ex funcionarios de ese país procesados por el caso AMIA declararan en su territorio en lugar de comparecer ante los tribunales de Argentina; Nisman había denunciado que ese pacto se firmó a cambio de convenios comerciales y de que Argentina retirara la orden a la Interpol para la captura de los procesados. El juez rechazó la acusación de Nisman, porque ni los acuerdos comerciales ni la petición a Interpol se concretaron y “no había pruebas del delito”. CFK pensó “que la había librado”; sin embargo, la Cámara Federal de Casación Penal considera ahora en un fallo “que los hechos denunciados no permiten descartar la posible comisión de ilícitos, debiendo ponderarse elementos de prueba previamente para su desestimación”.

El atentado contra la Amia fue el segundo contra los intereses de la comunidad judía en Argentina durante los noventas, después del perpetrado contra la embajada de Israel en Buenos Aires. Las investigaciones para esclarecer lo sucedido están plagadas de irregularidades y tampoco se ha podido aclarar cómo murió Nisman, quien evidentemente fue asesinado, a pesar de que las evidencias tienen cercada a CFK, ésta sigue teniendo aceptación entre millones de argentinos. El populismo del Presidente Perón, de su esposa Evita y de los generales que se apoderaron del poder entre 1976 y 1983 está arraigado en muchos argentinos. CFK y sus cómplices tienen que responder ante la Justicia por sus delitos de corrupción y por sus crímenes.