El Talmud está lleno de historias a través de las cuales podemos percibir la profundidad y sabiduría de los rabinos que vivían en esas épocas. Parábolas del Talmud es un libro que busca recopilar los relatos más didácticos y significativos de la literatura rabínica.

La historia que se muestra a continuación se encuentra en el tratado de Ta’anit (Ayunos), dibuja la humildad de Nahmán ben Isaac, un rabino distinguido. A través de las palabras de este personaje, la historia también nos enseña la importancia que asigna el Talmud a la relación que existe entre D-os y el hombre, ya que es el hombre quien da sentido a los objetos, no los objetos al hombre. Nos muestra una filosofía de vida donde la superficialidad de las apariencias queda en segundo plano. Esperamos que la disfruten:

Sentarse en el último asiento

En una reunión donde estaba congregada toda la comunidad de vecinos del pueblo, los rabinos se sentaron juntos en la primera fila. Pero el rabino Nahmán Ben Isaac, que llegó unos minutos más tarde, se sentó en la última fila de la sala. Uno de sus colegas se percató de su presencia y le llamó:

– ¡Rabí Nahmán! Venga aquí y tome un asiento más destacado, con nosotros. Un hombre de su saber no debería de sentarse en la última fila.
– Gracias por la invitación – respondió el rabino Nahmán – Sería un honor para mí sentarme con usted, pero estoy bien donde estoy. Después de todo, ¿no se nos enseñó que “no es el lugar el que honra a la persona, sino la persona la que honra el lugar”?

Después de decir esto el rabino Nahmán se sentó y fue reconocido por su humildad.

Fuente: Parábolas del Talmud.