JOHN CAPPELLO

En la mañana del 5 de junio de 1967 Israel condujo un ataque aéreo preventivo contra Egipto, iniciando lo que iba a ser conocido como la Guerra de los Seis Días.

Para el final de la semana, Israel había capturado la Península del Sinaí y la Franja de Gaza de manos de Egipto, la Margen Occidental de manos de Jordania, y los Altos del Golán de manos de Siria. Las fuerzas aéreas egipcia y jordana destruidas y la fuerza aérea siria fue diezmada. Operación Moked (Foco), el ataque aéreo inicial de la Fuerza Aérea Israelí (FAI), fue diseñada para destruir a la Fuerza Aérea Egipcia en tierra y establecer supremacía aérea. Logró ambas tareas.

Junio del 2017 marca el 50o. aniversario de la Guerra de los Seis Días, un punto de inflexión para las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que cimentó una doctrina centrada en mantener una ventaja cualitativa contra sus adversarios. Para la FAI esto significa mantener la supremacía aérea: el control completo de los cielos dentro de un área operativa para que el enemigo sea incapaz de interferencia usando amenazas aérea y de misiles.

Cincuenta años después, la FAI continúa trabajando hacia mantener la supremacía aérea como lo hizo en las horas iniciales de la guerra. Hace esto en parte obteniendo los sistemas más avanzados tecnológicamente en el mundo a través de la cooperación estrecha con Estados Unidos.

A mediados de diciembre del 2016 las FAI recibieron sus primeros aviones F-35. Estos aviones de combate de última generación serán los aviones más avanzados en la región, con la intención de ayudar a Israel a preservar su ventaja militar permitiéndole operar sin oposición en cualquier parte en la región. Israel ha ordenado 50 de los aviones, y es el primero fuera de EEUU en comenzar a operar los aviones desde bases de origen (Japón, Italia, el Reino Unido y los Países Bajos recibieron sus aviones iniciales que están siendo utilizados para entrenamiento en EEUU).

Sin embargo, con numerosos excesos de costos y retrasos de producción muchos analistas han cuestionado si el F-35 vale la etiqueta de precio de u$s100 millones por avión. Los defensores, por el otro lado, lo llaman un cambiador de juego, insistiendo en que sus ventajas no tienen precedentes.

Los partidarios argumentan que aviones de quinta generación como el F-35 no son combatientes en el sentido tradicional, sino más bien disparadores de sensores que pueden llevar a cabo los roles de distintos tipos de aviones en forma simultánea.

Ellos tienen razón: La fuerza de los aviones viene de la capacidad de fusionar información de fuentes múltiples, reunir la información, y distribuirla a través de una red. Esta capacidad permite que numerosos actores usen la información para tomar decisiones en tiempo real. Proporcionar la misma información a otros aviones, barcos, o tropas en el terreno hace del F-35 una fuerza multiplicadora a diferencia de cualquier otro sistema moderno de combate.

Los aviones de quinta generación interactúan con el mundo en forma diferente a las plataformas de cuarta generación, ofreciendo a la FAI una ventaja sustancial. El bien más preciado en combate es la información, y un sistema que mejora significativamente la conciencia de situación permite a los operadores tomar decisiones más inteligentes y más rápidas que sus oponentes.

La FAI comprende esta capacidad y busca usarla para llevar a cabo misiones que anteriormente habrían requerido muchos aviones. Si bien las capacidades sigilosas del F-35 amplían su rango operativo, intercambio de información e integración aumentan no sólo su letalidad y supervivencia, sino la de todos los aviones que operan con él.

El F-35 sólo no puede compensar completamente las amenazas en evolución, por lo tanto el anuncio reciente de las FAI que probablemente adquiriría F-15s actualizados, es otro paso para asegurar la supremacía aérea. Estos aviones, conocidos como F-15 Avanzados, están basados en los aviones que actualmente están siendo entregados a la Real Fuerza Aérea Saudí. Considerada la variante más avanzada de F-15 construida alguna vez, está equipado con el nuevo radar APG-63(v)3 Active Electronically Scanned Array (AESA), una cabina rediseñada, vainas de rastreo infrarrojo (IRST), y un sistema de guerra electrónica (GE) de nueva generación que implementa capacidades desarrolladas por el F-35. Estos F-15 avanzados han sido llamados aviones de 4.5 generación, ya que incorporan muchas tecnologías realzadas y capacidades de 5ta generación dentro de su diseño.

La FAI, al participar en las etapas tempranas del programa y siendo la primera fuerza aérea extranjera en operar los F-35, han asumido un rol activo en desarrollar un sistema que satisfará sus necesidades. Israel es el único país en la región en operar este sistema altamente sofisticado, e integrarlo con los F-15 avanzados asegurará que pueda protegerse en su próxima confrontación crucial, así como lo hizo en junio de hace 50 años.

Fuente: Military Edge – Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México