Recientemente en el Reino Unido surgió una iniciativa para recordar a víctimas del Holocausto que no tienen quién les rece o las recuerde. Consiste en prender una vela amarilla, en alusión a la estrella amarilla del Holocausto, con el nombre de la persona; la mayoría de ellos son niños.

Empezó en una sinagoga masorti (conservadora), inspirándose en un proyecto que lleva más de 18 años realizándose en Estados Unidos. Los organizadores están sorprendidos de la difusión que ha tenido, al punto que se ha extendido a escuelas y templos de otras corrientes como ortodoxos o reformistas:

Paul Harris, quien ha ayudado a implementar el programa dice: “Hemos sido contactados por tantas personas, a través de e-mail y las redes sociales pidiéndonos las velas. Algunas personas intentaron averiguar más sobre la víctima que les tocó, la gente empezó a recurrir a la actividad como una forma de hablar del Holocausto con sus hijos”.

Una de las grandes ventajas de esta iniciativa es que permite a personas que no se incluyen dentro de ninguna institución judaica, acceder a la actividad sin depender de trámites complicados o filtros excesivos; lo cual ayuda a generar nuevos círculos de interacción.

Parte de la prensa judía e institutos culturales han ayudado a divulgar el proyecto llevando a cabo actividades dentro de sus mismas instalaciones. Raymomd Simonson CEO de JW3 (un centro cultural judío de suma importancia) dijo que prendió una vela con su hija de 6 años. Había sido contactado por los organizadores del proyecto unos días antes de Pésaj: “Decidimos traer alrededor de 300 velas a JW3. Todas encontraron a alguien que las prendiera”.

Finalmente es un proyecto que ha logrado a involucrar a mucha gente por su sencillez:
“No estás pidiendo un gran compromiso de la gente. Les estás diciendo: ‘toma una vela, préndela y recuerda el nombre de alguien que tal vez no tiene ningún familiar vivo que lo recuerde’”.

Fuente: The Jewish Chronicle