Jaime Murow es historiador del Holocausto, y todos los años realiza un viaje a distintos lugres que fueron importantes durante este terrible episodio de la historia de la humanidad. En esta ocasión visitó distintos países de Europa en donde los judíos fjeron perseguidos como parte de la campaña de exterminio iniciada por los nazis en alemania. En entrevista exclusiva con Enlace Judío, Jaime nos relata sus experiencias durante este viaje.

Durante este viaje, relata Jaime, visitaron muchas ciudades y muchos países, entre ellos Nuremberg, Hamburgo, Viena, Holanda, Francia, Dinamarca y Suecia.  En este viaje, relata, “nos concentramos en lo que pasó antes y despues de la Shoá. En Nuremberg fueron los famosos rallies de Hitler, entre 1933-1938. Aún es posible visitar las ruinas del estadio. Ahí fue donde se decretaron las leyes de 1935, ahí evolucionaron las leyes de Nuremberg, que volverían la vida cada vez más difícil para los judíos, estas constituían el plan maestro de cómo tratar a las comunidades, plan que primero se puso en marcha en Alemania y Austria y de ahí se extendió al resto de Europa. Posteriormente, cuando termina la guerra, los aliados inician los juicios en esta misma ciudad el 20 de noviembre de 1945, y terminan en 1949 o 1950”.

“Es escalofriante ver el lugar donde estuvo parado Goering, estar en la sala, a 30 cm de distancia de donde estuvieron sentados los nazis, donde fueron condenados, y aún otros otros dejados en libertad, aquí se enjuició a industriales, a doctores, a todo tipo de personas que participaron en las matanzas, en un periodo de cuatro años. Esta es una ciudad pequeña, hay placas en el suelo que recuerdan a la gente que vivía ahí, dicen lo que les pasó, cómo fueron asesinados. También fuimos a Hamburgo, a 100 km esta Bergen Belsen y también está Neuengame, a 20 minutos de Hamburgo, ese campo era aún más grande que Bergen Belsen, fuimos también a Minsk, donde hubo tantos muertos, de ahí era mi familia”.

“Según la ley, todos los edificios tienen que tener una placa que diga si estos edificios participaron en los crímenes de los nazis, nos tocó ver un edificio en donde se fabricaba el gas Zyklon”.

“También fuimos a Austria, donde ejecutaban a discapacitados fisicos o mentales, también fuimos a un suburbio de Panzig, donde mataron a cientos de niños, al Castillo de Hartmann, donde mataron a miles de personas en el programa T4, para deshacerse de los discapacitados”.

“En Viena, antes de 1938, había 98 sinagogas, y 10% de la población de Viena eran judíos. De 25o mil, 65 mil fueron asesinados. Ahí fuimos a la única sinagoga que queda en pie, que era el archivo, y es donde todavía se conservan los archivos, ahí también aparecen las plaquitas doradas. La razón por la que esa sinagoga quedó en pie es que estaba junto a una iglesia, de hecho, estaba conectada a la iglesia, y el miedo a destruir la iglesia los detuvo de quemar la sinagoga.

“Sobre lo que se ha publicado, de que los aliados sabían desde mucho antes lo que estaba ocurriendo, es verdad, el mundo entero sabía, lo vio y no hizo nada, pero es lo que siempre sucede con estos eventos, todo mundo lo ve, pero no hace nada”.

“Qienes murieron no fueron seis millones de judíos, fueron seis millones de historias, de personas que tenían una familia, un futuro, y que se perdió”.