El gozo del Shabat

El rabí ben Hananía había entablado amistad con el poderoso césar romano Adriano, y eso hacía que los dos hombres se vieran regularmente para conversar y debatir sobre los asuntos del día.

Durante una de aquellas conversaciones particulares, el emperador le preguntó a su compañero:
– ¿Qué hace que, el plato que servís en el Shabat, tenga tan agradable aroma?
– Eso se debe a que los judíos una especia única a la que llamamos Shabat – respondió el rabí -. Ponemos ese condimento en el plato y de él toma nuestra comida ese delicioso aroma.
– Dame un poco de esa especia tan singular – le dijo Adriano.

Y, con una cálida sonrisa, el rabí Hananía respondió:
– Es con pesar, oh César, que debo informarte que esta especia sólo ofrece tan singular efecto en aquellos que observan el Shabat. Pero, para aquellos que no respetan el día de descanso, la especia no tiene efecto alguno.

Fuente: Parábolas del Talmud.