La mayoría de los partisanos judíos tomaron las armas en Europa del Este en 1941, después de que el pacto hecho entre Hitler y Stalin se deshizo y la guerra entre alemanes y soviéticos comenzó. Cuando los alemanes marcharon sobre Moscú, capturaron cientos de miles de soldados soviéticos, muchos de los cuales escaparon a los bosques y pantanos de Polonia y Ucrania, desde donde pretendían combatir al enemigo.

La primera resistencia judía, de la que tenemos conocimiento fue en Bélgica, en 1939; fue un grupo que tomo el nombre de “La Solidaridad Judía”. Empezó de forma discreta y lenta sin muchos reclutas, sin embargo para 1940, creció en número ya que los alemanes ocuparon el país y los judíos se vieron forzados a unirse al ejército de partisanos belgas. Los judíos partisanos de esta área destacaron mucho por ser especialmente activos en la prensa clandestina, distribuyendo folletos llamando a la rebelión y resistencia.

Mientras que los judíos en Francia se unieron a la resistencia en 1940, después de que los nazis se apoderaron de la mayor parte del país. En esa época el sur de Francia estaba bajo el control de los colaboradores francés, quienes obedecían las órdenes de Vichy. Él era incapaz controlar a la población francesa tan eficazmente como los nazis, por lo cual era más fácil para los grupos partisanos formarse en el Sur y extenderse hacia el Norte. Las redadas judías y las deportaciones francesas comenzaron en 1942, por lo que los judíos tuvieron suficiente tiempo para percibir la situación que se estaba dando en toda Europa y armarse.

En la primavera de 1941 los alemanes invadieran Grecia, la cual tenía dos grandes poblaciones judías en Solonika y Atenas. Ese mismo año los judíos se unieron en la lucha con el Frente de Liberación Nacional y al Ejército Popular de Liberación Nacional; los dos principales grupos de resistencia griegos. Mientras que en Italia, muchos judíos se unieron a grupos de resistencia clandestinos como el de Garibaldi y el de los Luchadores por la Justicia y la Libertad.

Después de junio de 1941, los nazis reunieron a los judíos en el este de Polonia, un área que solía ser controlada por los soviéticos. Ahí les obligaron a cavar sus propias tumbas y les disparaban una vez hecho el trabajo, o los deportaban a campos de exterminio y guetos. Algunos de los judíos se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y, decididos a luchar, se precipitaron al bosque para unirse a los partisanos.

Fuente: Jewish Partisans.org