Otro factor que marcó la relación entre el gobierno y los religiosos, era el hecho que después del Holocausto, todos los grandes centros de estudio judíos en Europa, las yeshivot, habían sido destruidas y Ben Gurión se había propuesto revivirlas.

MARCOS GOJMAN

El 19 de junio de 1947, David Ben Gurión, presidente del ejecutivo de la Agencia Judía, le escribió al grupo ultraortodoxo Agudas Israel, una carta donde les prometía cuatro cosas: la primera, que Shabat sería el día oficial de descanso del futuro Estado judío; la segunda, que todas las cocinas de las instituciones oficiales del mismo Estado, serían kosher de acuerdo con las reglas halájicas del judaísmo ortodoxo; la tercera, que todo lo relacionado con el matrimonio y el divorcio, para la población judía del Estado, estaría regido por las cortes rabínicas (para los otros grupos, por sus respectivas autoridades religiosas) y la cuarta, que habría completa autonomía en cuestión educativa para todos los diferentes grupos sociales y religiosos.

Varios factores hicieron que Ben Gurión escribiera la carta. El primero era el poder presentar un frente unido del lado judío ante el Comité Especial de Naciones Unidas para Palestina (UNSCOP, por sus siglas en inglés). Ben Gurión tenía miedo de que los grupos ultraortodoxos expresaran a los enviados de la ONU su oposición al establecimiento de un Estado judío independiente.

El segundo es que era la costumbre prevaleciente en el país. Bajo el dominio otomano, las cortes religiosas tenían la autoridad para decidir en asuntos personales, como el matrimonio o el divorcio. El mandato británico acoge el mismo sistema turco y en 1948 el gobierno israelí decide mantenerlo. El razonamiento era que, si se adoptaba el matrimonio o divorcio civil, las cortes rabínicas no lo aceptarían y los hijos de dichos matrimonios serían discriminados por el rabinato.

Otro factor que marcó la relación entre el gobierno y los religiosos, era el hecho que después del Holocausto, todos los grandes centros de estudios judíos en Europa las yeshivot, habían sido destruidas y Ben Gurión se había propuesto revivirlas. En Israel, en 1948, quedaban sólo 400 varones ultraortodoxos, por lo que los exentó del servicio militar y de tener que trabajar, pues el gobierno los mantendría para que pudieran dedicarse completamente al estudio de la Tora. Ben Guríón y muchos como él, pensaban que con todo y estas concesiones, este grupo no sobreviviría.

Israel nunca proclamó una constitución donde todo esto quedara plasmado en una ley o en su caso hiera derogado. Lo que en Israel llaman el”statu quo, (el mantener un mismo estado de las cosas), por mucho tiempo les dio un carácter obligatorio a dichas políticas y ha sido una de las causas de la división que se da en el pueblo judío y especialmente entre los israelíes.

Ben Gurión tuvo serios enfrentamientos con los grupos ultrareligiosos. En una ocasión le escribió al rabino Judah L. Mairnon, quien fuera el primer ministro de Asuntos Religiosos en Israel, lo que para Ben Gurión definía lo judío: el Salmo 15. El Salmo 15 señala a aquel que “habita en el Tabernáculo del Señor, como el individuo que es justo, dice la verdad, no calumnia ni hace otro mal a su prójimo, no reprocha a su prójimo, desprecia a una persona vil, teme al Señor, testifica con sinceridad, incluso si le duele hacerlo, no presta dinero por intereses ni toma soborno contra los inocentes. Y Ben Gurión preguntaba:”¿Por qué debe ser considerado judío el que observa el Shabat y kashruth, pero el que vive de acuerdo con la definición del salmista, ¿no?”

En el fondo, Ben Gurión entendió que la gran mayoría del pueblo judío explica su judaísmo como una mezcla de nacionalidad y religión. Personalmente le hubiera gustado que se definiera sólo como nacionalidad, pero eso no era posible. Por eso le escribió la carta a los haredim.

 

Bibliografía: Yedidia Z. Stem:”Religion, State, and the Jewish identity crisis in Israel” y otras fuentes.

 

Fuente: alreguelajat.com