Los hemos visto en las calles, en los centros comerciales y en las tiendas; esos muñecos inflables que bailan están en todos lados. ¿Sí los conoces? Son un plástico largo con una forma humana, tienen brazos y piernas conectados a un tubo que echa aire y hacen al muñeco bailar con movimientos ondulantes.

Los encuentras en todos los colores, formas y tamaños. Sus usos son tan amplios, desde animar fiestas hasta hacer publicidad a tiendas o entretener en espectáculos. Bueno, resulta ser que estos amigos simpáticos que ahora hasta el Dr. Simi usa fueron diseñados por un artista israelí.

El origen de estos muñecos de aire empieza desde 1996, cuando el artista caribeño Peter Marshall quería crear muñecos que bailaran en la inauguración de las Olimpiadas en Atlanta. Buscaba que los muñecos se movieran con ondulaciones similares a los bailarines de Calypso, su ciudad natal en Trinidad y Tobago.

Sin embargo no era nada fácil, experimentó varios meses con inflables, por más que investigaba y trataba cosas nuevas no lograba el objetivo planteado. Como las Olimpiadas se acercaban, contrató a Doron Gazit quien tenía una compañía de inflables, para lograr el efecto deseado.

Los muñecos fueron patentados y empezaron a ser difundidos, convirtiéndose rápidamente en un éxito que se comercializó a lo largo de varios países. Hasta la fecha siguen siendo famosos por la impresión que causaron en esas Olimpiadas, ya que los muñecos llegaron a medir más de 20 metros y bailaban de forma pareja.

Desde entonces han sido usados de varias formas, el uso más reciente es el de espantapájaros. En varias regiones de Estados Unidos se han registrado un disminución del 80% en ataques a manzanas. No cabe duda que es un objeto que desde sus inicios ha sido versátil.