Abdel-Qader Abu Ajameyah y su familia se vieron obligados a huir de sus hogares en 1948 y se trasladaron a Hebrón, donde tuvo que abandonar sus estudios para trabajar. Ahora, insiste en terminar la preparatoria con 36 nietos a su alrededor.

En su novena década, Abdel-Qader Abu Ajameyah es buen estudiante y espera lo mejor, mientras termina sus exámenes de preparatoria.

A los 81 años de edad, el vendedor de alimentos retirado de Hebrón en Cisjordania tomó el examen estatal por primera vez el año pasado, pero fracasó. Así que ahora tiene otra oportunidad.

El padre de 14 hijos, ha estado estudiando cinco horas al día, haciendo su mejor esfuerzo para concentrarse a pesar de los intentos de algunos de sus 36 nietos de distraerlo.

“Me gusta aprender”, dijo con orgullo, vestido con traje formal y corbata. “No hay límite para cuando alguien quiere estudiar, no se detiene a cierta edad.”

“Quiero dar un ejemplo a las generaciones – nunca dejar de aprender.”

Abu Ajameyah toma los exámenes en un espacio reservado para él en una escuela local. Un reciente derrame cerebral ha restringido su movimiento de la mano, teniendo dificultad para escribir, así que dicta las respuestas a una mujer que le ayuda a completar los exámenes.

Según las cifras de la Oficina Central de Estadísticas, el analfabetismo entre los palestinos de 15 años en adelante es de 3.3 por ciento, una de las tasas más bajas del mundo árabe.

Abu Ajameyah recibe apoyo de su familia, especialmente su esposa, quien constantemente trata de mantener a los nietos ocupados mientras estudia.

“Mi madre se ocupa de todas las necesidades de mi padre como si fuese un alumno de preparatoria de 18 años,” dijo Zakaria, de 43 años, uno de los hijos de Abu Ajameyah. “Todos lo motivamos y estamos muy orgullosos de él”.

Zakaria dijo que su padre comenzó a estudiar en un pueblo cerca de Ramle, antes de la creación del Estado de Israel en 1948. Durante la guerra de 1948, la familia de Abu Ajameyah se vio obligada a huir convirtiéndose en refugiados en Cisjordania.

Abu Ajameyah pronto abandonó la escuela para trabajar vendiendo comida, y sólo comenzó a pensar en estudiar de nuevo una vez que se retiró muchos años después. Su objetivo ahora es estar a la altura de sus hijos y nietos.

Los resultados del examen se esperan para mediados de julio. La familia organizará una fiesta si los aprueba, aunque su hijo dice que su padre no planea inscribirse en la universidad.

Fuente: Haaretz, Reuters / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico