ALLISON KAPLAN SOMMER

Christopher Wray, candidato del presidente estadounidense Donald Trump para director del FBI, es mejor conocido por su reputación como fiscal especializado en escándalos corporativos. Pero durante su desempeño de 2003 a 2005 como fiscal general adjunto al mando de la división criminal, también ayudó a deportar y revocar la ciudadanía de ex guardias de campos de concentración nazis que vivían en Estados Unidos.

Sus casos incluyeron la desnaturalización del famoso guardia del campo de exterminio de Sobibor, John Demjanjuk, que allanó el camino a su deportación a Alemania.

Demjanjuk fue despojado de su ciudadanía estadounidense por un tribunal federal en 2002, pero apeló la decisión. En 2004, el Departamento de Justicia bajo Wray argumentó ante el Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos que el gobierno había demostrado que Demanjuk había cometido crímenes y participado en la explotación y exterminación de judíos en Polonia.

Wray dijo entonces que “aquellos, como Demjanjuk, que participaron en las atrocidades nazis no pertenecen a este país. Adoptaremos todas las medidas necesarias para asegurarnos de que estas personas no disfruten de los privilegios de la ciudadanía estadounidense”.

Demanjuk, obrero ucraniano retirado de Cleveland, había sido extraditado a Israel en 1986, donde fue condenado por crímenes a la humanidad y sentenciado a muerte. Pero el ex guardia del campamento volvió a Estados Unidos luego de que la Corte Suprema israelí consideró que existía una duda razonable sobre si Demjanjuk era efectivamente “Iván el Terrible”.

Tras el colapso de la ex Unión Soviética, sin embargo, surgieron evidencias de que Demanjuk, como guardia del campo de concentración, participó en el asesinato de decenas de miles de judíos en las cámaras de gas. Con la nueva evidencia, Demjanjuk fue acusado nuevamente en 2001 y despojado de su ciudadanía, pero permaneció en EE.UU. hasta 2009, cuando Alemania accedió a aceptarlo. Murió en Alemania en 2012, un año después de que fuese condenado en un Tribunal alemán por asesinar a decenas de miles de judíos.

Wray supervisó el despojo de la ciudadanía estadounidense y en varios casos, la deportación de ex guardias nazis como Demanjuk o, de miembros de las fuerzas policiales en Europa oriental que participaron activamente en atrocidades contra judíos y otros. Los juicios se llevaron a cabo en colaboración con Eli M. Rosenbaum, Director de la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia, popularmente conocido como el “cazador nazi” por sus esfuerzos de localizar criminales de guerra nazis que vivían clandestinamente en Estados Unidos y de bloquear a aquellos que intentaban entrar al país.

En 2005, Wray dejó el Departamento de Justicia para dedicarse a la práctica privada.

La elección de Wray ahora debe ser aprobada por el Senado de Estados Unidos. Si es así, reemplazará al ex director del FBI James Comey, quien fue despedido por el presidente en medio de la investigación en curso de la agencia sobre la presunta intromisión rusa en las elecciones estadounidenses. Trump dio a conocer la candidatura de Wray justo antes de que Comey compareciera ante el Comité de Inteligencia del Senado sobre la supuesta interferencia de Moscú y cualquier posible relación con la campaña de Trump o sus asociados.

El mandato de dos años de Ray en la división criminal del Departamento de Justicia marcó un período de intensa actividad para identificar a los perpetradores de las atrocidades nazis. Sin embargo, aún sigue sin resolverse el caso de Jakiw Palij, de 92 años, polaco que todavía radica en Jackson Heights, Queens. Palij fue apodado “El nazi de la casa de junto” por los medios de Nueva York cuando los estudiantes de yeshiva protestaron fuera de su casa el Día del Holocausto.

En noviembre de 2003, Wray anunció el inicio de un proceso de deportación contra Palij basado en su servicio como guardia armado en un campo de trabajo forzado nazi en la Polonia ocupada por Alemania, ahora parte de Ucrania, tras revocar su ciudadanía estadounidense. Wray declaró en ese momento que “al proteger a los prisioneros de los campos de trabajo forzado y evitar su fuga, Palij y sus colegas ayudaron a los nazis en su plan de aniquilar a los judíos de Europa”.

El documento menciona que Palij custodiaba el campamento armado con un rifle e impedía que los prisioneros escaparan. El 3 de noviembre de 1943, “aproximadamente 6,000 prisioneros sobrevivientes del campo, junto con decenas de miles de otros prisioneros en Polonia, fueron asesinados cuando la SS y las unidades de policía alemanas implementan la Operación Festival Harvest”.

Cuando Palij solicitó una visa de inmigración a Estados Unidos en 1949, afirmó falsamente que trabajó en la granja de su padre y luego en Alemania. De hecho, sirvió con los nazis en Polonia durante ese período. Palij niega las acusaciones en su contra y permanece en Nueva York a pesar de que su ciudadanía ha sido revocada y orden de deportación. Ucrania, Polonia y Alemania no están dispuestos a aceptarlo.

En una editorial de este año, el Daily News pidió a la canciller alemana, Angela Merkel, que recibiera a Palij y lo juzgara por sus crímenes. La nota menciona a Palij entre los delincuentes indocumentados que Trump pretende expulsar del país.

“El presidente Trump ha mencionado la deportación de personas que no deberían estar aquí. Palij debería ser el primero en la lista, y si Merkel no acepta a Palij, debe ser enviado a Guantánamo”.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico