Enlace Judío México / Mauricio Meschoulam – Otro ataque terrorista en Reino Unido. Londres, de nuevo. Otro atentado en el que se utiliza un vehículo para arrollar personas y cuchillos para atacar gente al azar.

Es en ese azar precisamente donde se encuentra la clave, porque gracias a ese azar se transmite eficazmente la idea de que esto puede pasarle a cualquier persona en cualquier momento y en cualquier sitio, sin que las autoridades puedan evitarlo. La eficacia no está en la cantidad de las siempre lamentables muertes y gente herida –ellos son solo el instrumento-, sino en el número de personas traumatizadas, en las múltiples veces que los hechos –y con ellos, el pánico generalizado- son compartidos en tiempo real en todas partes de Inglaterra y el mundo. La eficacia está en el número de personas que se sienten víctimas potenciales de ataques similares y que, por ello, alteran sus opiniones, sus actitudes, sus conductas. A continuación, unos apuntes al respecto.

Nota: Tristemente, he tenido que escribir varios artículos sobre este tema en los últimos días. La idea no es repetirlo todo acá. (Si lo desea, puede leer estos dos textos que aportan algunas líneas sobre las raíces de la violencia terrorista: Terrorismo en Manchester, pensar local, actuar global https://eluni.mx/2qPYtik , y Afganistán, Egipto y Manchester: diferenciar y conectar https://eluni.mx/2rQfblF ). Concentro los apuntes de hoy en las características e implicaciones específicas del último de los ataques en Londres.

1. ¿Nos encontramos ante una nueva norma? Probablemente, pero hay que matizar una afirmación así. Primero, porque ataques como los del sábado no son propiamente nuevos. Tanto el tipo de blancos como el tipo de tácticas utilizadas han formado parte de los registros del terrorismo por años, desde sitios como Israel y Palestina, hasta París o Dinamarca. Lo que sí es un hecho, es que los ataques cometidos en Occidente han estado mostrando un dramático incremento en los últimos años. El Índice de Terrorismo Global en su última edición, reporta un aumento de 600% en el número de muertes por esta clase de violencia en países miembros de la OCDE. De acuerdo con los registros que tenemos, esa tendencia se mantiene en 2017. Sin embargo, solo el 2% de muertes por terrorismo ocurre en esos países. Para el otro 98%, la tendencia durante los últimos meses no ha escalado del mismo modo, aunque lamentablemente se sostiene en niveles muy elevados.

2. Lo que sucede con ataques como los de Londres, es que generan una atracción inmediata y masiva por parte de medios tradicionales y por parte de redes sociales, tanto en la ubicación donde el ataque se comete, como en muchas otras partes del planeta. Esto significa que este tipo de atentados, cometidos con recursos relativamente escasos y sin la necesidad de mayor entrenamiento, aportan una gran eficacia para efectos de las metas de quienes los cometen. Esto, a su vez, incentiva la comisión de nuevos atentados de características similares. Por eso, es común que ataques de esta naturaleza se concatenen a lo largo de espacios de tiempo relativamente cortos.

3. Sin que las autoridades británicas hayan expuesto toda la información acerca del ataque del sábado, pero mirando de cerca los últimos atentados en Reino Unido, lo que estamos muy probablemente apreciando es una combinación de factores y características. Es decir, el ataque de Manchester de hace unos días, parece reflejar una mayor sofisticación en los métodos empleados, además de que las investigaciones están exhibiendo las conexiones del atacante con operativos de ISIS en sitios como Libia. El ataque de Londres en marzo, en cambio, fue cometido por un lobo solitario que no parece haber tenido contactos operativos con ISIS (a pesar de que esa agrupación sí reivindicó el ataque). En el caso del atentado del pasado sábado, lo que apreciamos es la actuación de un grupo de personas, pero que emplean tácticas típicas de lobos solitarios (atropellar a transeúntes usando una camioneta y luego, bajarse para acuchillar a comensales de bares o restaurantes).

4. Por esa combinación de elementos, es difícil saber si los perpetradores formaban parte de alguna célula mayor, o bien, si es que conformaban una minicélula, o si acaso se trata de un grupo de amigos o familiares que se inspiran en los llamados de ISIS y un buen día deciden actuar (en ese caso, las clasificaciones los siguen considerando “lobos solitarios” aunque actúen en grupos pequeños). Incluso podría tratarse de una modalidad que se ha visto en ataques como el de Niza hace un año: los reclutas virtuales, que son detectados, instruidos y monitoreados por ISIS a distancia.

5. Las investigaciones tendrán que revelar cuál o cuáles de las anteriores circunstancias habrían operado. Por lo pronto, el hecho de que cualquiera de esas opciones exista, refleja el abanico de alternativas que organizaciones como ISIS tienen para seguir cometiendo daño.

6. Como lo explicamos en los otros textos, la utilización de objetivos blandos se está convirtiendo en patrón. Plazas públicas, estacionamientos en aeropuertos, centros comerciales, grandes avenidas, bares o cualquier sitio que no cuente con medidas de seguridad suficientes, pueden hoy ser blancos idóneos para ataques ya no con explosivos o chalecos suicidas, sino con coches, camionetas, con cuchillos o con armas cortas o largas, a fin de provocar un pánico como el que hemos visto, el cual se propaga de manera instantánea y masiva a través de redes sociales como nunca antes en la historia. Esta situación impone no solamente una serie de retos en materia de seguridad para las sociedades afectadas, sino que obliga a muchos países a estudiar, entender y atender el fenómeno del terrorismo desde su raíz. De lo contrario, los atacantes se mantendrán encontrando sitios o espacios públicos para atacar. (En este texto cubro ese tema más a fondo: https://eluni.mx/2qPYtik ).

7. Para ISIS, la estrategia resulta sumamente efectiva. La organización está sufriendo sus mayores derrotas en Irak y en Siria, en donde cada vez pierde más territorio. Pero a pesar de ello, ISIS consigue mantenerse vigente de varias maneras. Primero, a través de las operaciones que conserva en 28 diferentes países, ya sea de manera directa o a través de sus filiales y sus células. Segundo, a través de su manejo de propaganda en línea, mediante el cual la organización hace llamados a sus seguidores y simpatizantes, como ahora mismo, durante el mes sagrado del Ramadán, para cometer ataques estén donde estén, utilizando métodos simples como atropellar o acuchillar gente al azar. Y tercero, a través de su unidad de ataques diseñados y monitoreados a distancia mediante los cuales, un atacante no necesita abandonar su país para “recibir entrenamiento” o instrucción.

8. Esto produce una sensación generalizada de que ISIS sigue viva, sigue fuerte, conserva capacidad de daño y puede atacar en cualquier momento, en cualquier lugar y a través de cualquiera de sus ramas o modalidades. Nuevamente, gracias a esa eficacia se produce el incentivo suficiente para seguir repitiendo ataques similares.

9. Un tema adicional. De acuerdo con lo que las investigaciones de Manchester han revelado, una parte de las operaciones de ISIS –concretamente en materia de planeación de ataques contra Occidente- se traslada de Siria a Libia desde hace tiempo. Este es un asunto que hemos abordado mucho en este espacio (lea este texto del 2015 donde advierto acerca de la base libia de ISIS https://eluni.mx/1PpA63u). Esto hace que el abanico de opciones con las que la organización cuenta, se siga abriendo. Algunos ataques serán tácticamente muy similares a los de Londres. Otros, en cambio, serán más sofisticados como el de Manchester o incluso más, como los que han tenido lugar en otras partes de Europa. Para ISIS todo eso significa vigencia y relevancia.

10. Los atentados terroristas generan no solamente afectaciones psicosociales de distinta índole, sino que también acarrean efectos políticos importantes. En el caso de lo ocurrido el sábado, destaco dos (aunque hay más): (a) Dada la ola de ataques terroristas sufridos por RU en los últimos meses, y en vísperas de las elecciones que tendrán lugar en pocos días en ese país, Theresa May se ve obligada a responder con un contundente discurso que busca delinear pasos concretos para detener esta ola de atentados. Es difícil que eso pueda conseguir prontos resultados, sobre todo, por los muchos factores que señalo en los textos que comparto al inicio de estas notas. No obstante, para May resulta crucial comunicar que las autoridades británicas sí entienden el problema, y sí cuentan con un plan de acción con pasos concretos a seguir. Con todo, aunque la inteligencia de ese país es considerada una de las más eficaces en cuanto a su labor contraterrorista, basta un atentado cometido por uno o varios lobos solitarios (atentados muy difíciles de detectar o desactivar), para comunicar lo contrario a lo que May desea transmitir. Los ataques del sábado tuvieron ese efecto y nuevos ataques podrían seguirlo teniendo, y (b) Donald Trump aprovecha las circunstancias para –además de continuar sus disputas con el alcalde de Londres- transmitir la idea de que los últimos atentados refuerzan la necesidad de apoyar sus propuestas contraterroristas, incluida la orden ejecutiva para detener temporalmente la entrada a EU de personas procedentes de seis países de mayoría musulmana. Esto no es nuevo. Ya explicamos que el efecto de propagación de miedo no opera únicamente en Reino Unido sino en muchas partes del planeta, EU incluido. Trump ha sabido montarse en ese miedo para ganar adeptos y avanzar sus agendas.

11. La realidad es que, lamentablemente, dados los incentivos arriba señalados, el terrorismo va a seguir creciendo y solo estrategias híbridas, integrales y colaborativas que operen en niveles múltiples en lo local y en lo global, podrían empezar a arrojar resultados en el futuro. Este blog dedica buena parte de su espacio a hablar del tema. Los artículos que comparto al inicio de este texto contienen algunas ideas al respecto.