Muchas veces rezamos por algo que no vamos a obtener y creemos que D-os no responde a nuestros ruegos, simplemente porque no complace cada detalle de lo que buscamos. Sin embargo, el sabio tiene presente que los caminos de D-os son múltiples y variados. A veces somos ciegos para ver lo que necesitamos y las herramientas que tenemos para cumplirlo. No entendemos la raíz de nuestro dolor y por eso mismo somos incapaces de dirigir nuestro camino hacia una solución verdadera.

En nuestros rezos pedimos a D-os que mande la lluvia en proporción exacta, ni más de lo que necesitamos, ni menos de lo que requieren los campos. Lo mismo sucede con bienes materiales y situaciones ajenas a nosotros. Pedimos a D-os que sólo nos conceda lo que necesitamos para servirlo y explotar nuestro máximo potencial, pedimos que no nos otorgue lo que no requerimos, porque puede ser perjudicial para nuestro camino.

En esta historia Rab. Zelig Pliskin nos muestra cómo el Jofetz Jaim, tenía la sabiduría suficiente para desearle a la gente lo que necesitaba. Esperemos les guste.

La lotería y el Jofetz Jaim

Un hombre una vez dijo al Jofetz Jaim: “Rabí, acabo de comprar un boleto de lotería. El ganador de la lotería recibirá una suma grande de dinero. Podría recibir de usted una bendición para ganar la lotería, el dinero que gane me permitiría estudiar Torá con una mente tranquila”

El Jofetz Jaim lo bendijo dulcemente: “Que el Eterno te ayude a estudiar Torá con una mente tranquila.”

El hombre se decepcionó, el Jofetz Jaim no lo bendijo para ganar la lotería. Se le ocurrió que quizás el gran rabino no había escuchado lo que había pedido, entonces le pidió una vez más si podría bendecirlo para ganar la lotería, ahora en una voz más alta. Con mucha calma el Jofetz Jaim repitió la misma bendición, palabra por palabra como había hecho antes.

Rab. Zelig Pliskin

Fuente: Emuna daily