Enlace Judío México- A 70 años de que Jackie Robinson bateó en el campo de juego, nuevos libros y exhibiciones muestran cómo tanto los judíos aficionados al deporte como jugadores compartían sus pesares.

Desde finales del siglo XIX, una prohibición no escrita impedía a los afroamericanos formar parte del baseball de las Grandes Ligas en los Estados Unidos. Esto se terminó en el año de 1947, cuando el presidente de los entonces Dodgers de Brooklyn decidió integrar a su equipo al afroamericano Jackie Robinson, que provenía de las Ligas Menores. Se le llamó popularmente “el gran experimento”.

“El experimento no hubiera podido llevarse a cabo en ninguna otra parte que no fuera Brooklyn, debido principalmente a su población judía. Eran propensos a apoyar a las minorías”, comenta Joseph Dorinson, profesor de la Universidad de Long Island y coeditor del libro “Jackie Robinson: raza, deporte y el sueño americano”.

Los aficionados judíos de los Dodgers sentían una afección por Robinson desde el propio sentido de opresión grupal que sentían, señala la rabina Rebecca Alpert, autora del libro “¡Fuera del jardín derecho!: los judíos y el baseball negro”. “Mi madre afirmaba que la razón por la que Robinson fue bienvenido en Brooklyn fue porque había muchos judíos liberales viviendo aquí”, añade Alpert. El profesor Dorinson recuerda el grito con jerga en idish con el que los judíos apoyaban a Robinson: “¡Yankel! ¡Yankel! ¡Mete un klap! ¡Pégale a la bola!”.

Uno de los hechos más memorables en la naciente carrera profesional de Robinson le ocurrió en mayo de ese mismo año de su debut, mientras los Dodgers enfrentaban a los Pirates de Pittsburgh, equipo al que pertenecía la primera superestrella deportiva norteamericana de origen judío, Hank Greenberg. Ambos chocaron fuertemente cuerpo a cuerpo tras una jugada y mostraron a pesar de ello una profesionalidad y cordialidad tras el golpe, que dejó atónitos a muchos. El juego siguió y quedaron en paz. Esa cultura de la no violencia será una de las marcas del legado de Robinson. Los dos seguirían llevando una cercana amistad en el futuro.

El propio Greenberg, tuvo que lidiar con el antisemitismo en su anterior equipo de los Tigers de Detroit, incluso proveniente hacia él de los propios aficionados, equipo del cual su mecenas era nada menos que el conocido magnate antisemita Henry Ford.

“Tanto Robinson como Greenberg fueron dos pioneros que batallaron fuerzas muy perversas, ideas e ismos. Y lo realizaron con coraje y dignidad” comenta Robert Cotrell, profesor de la Universidad del Estado de California, Chico.

En abril pasado, la Sociedad Histórica de Brooklyn llevó a cabo la exposición “Hasta que todos lo hayan realizado: el legado de Jackie Robinson” en donde se honra a la primera histórica temporada de Robinson en las Ligas Mayores.

Fuente: The Times of Israel