MORRIS STRAUCH PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

En las religiones del mundo el patriarca por excelencia es Abraham, hijo de Tera, descendiente de Noé נח, biólogo preservador de especies, navegante, y constructor de arcas.

Abraham, nativo de Ur, Mesopotamia, actualmente Irak, aceptó la misión de ir a la tierra de Canaán, Eretz Canaán, ארץ כנען -Israel- poblarla e introducir la circuncisión. Esta tarea única de salud reproductiva lo convirtió en el Patriarca de Varios Pueblos, lo cual es precisamente la etimología de su nombre. Su éxito biológico o reproductivo con Sara, Hagar y Cetura es tal, que su descendencia son los pueblos: israelita, ismaelita, amalequita, quenezeo, madianita y asirio. No cualquier padre puede decir esto. Los cuerpos de Abraham y Sara descansan en Hebrón, la tumba de los patriarcas.

Su nombre trascendió tantas generaciones que muchos de nosotros tenemos abuelos y hermanos llamados Abraham, o Avi.

Cuando un hombre procrea, él y su pareja se convierten en padre y madre. Para que esto sea posible ambos requieren cierta madurez biológica para generar células reproductivas, lo cual sucede a partir de los 11-13 años de edad, dependiendo el sexo. Claro que esa edad es muy corta aún para reproducirse.

Las células reproductivas, a diferencia de las demás, tienen la mitad de ADN, o sea 23 cromosomas, en vez de 46, excepto los eritrocitos de la sangre, glóbulos rojos, que no tienen ningún material genético. De hecho, el cromosoma número 23 del padre contiene mucho menos ADN que el de la madre, por eso se le llama también cromosoma Y, porque unido al de la madre se ve al microscopio como si le faltara un brazo, el resto de los pares cromosómicos, uno del padre y otro de la madre, vistos al microscopio se ven como una X. El par cromosómico 23 es precisamente el que determina el sexo. Un par 23 XX tiene el ADN que determina el sexo femenino, una mujer, y uno XY el masculino.

El ADN del pequeño cromosoma Y del padre contiene alrededor de 200 genes, a diferencia de los aproximadamente 1400 genes del cromosoma X de la madre. Entre esos 200 genes del padre, se encuentra el gen SRY: gen de determinación Sexual de la Región Y, el cual está involucrado en la formación testicular. Otros de los genes del ADN contenido en el cromosoma Y del padre, están relacionados con la estatura, la formación de la retina, la determinación sexual, la espermatogénesis -formación de espermas- y la audición.

Este ADN empacado en 46 cromosomas en cada núcleo de nuestras células somáticas -células no reproductivas – se forma con la unión de los 23 cromosomas del óvulo + 23 cromosomas del espermatozoide. Esta fertilización, es una adición de material genético al ovulo de la madre que lo convierte en un cigoto, una célula lista para entrar en división celular que formará un embrión y éste, a un ser humano cuyo sexo dependerá del cromosoma 23 del esperma del padre, X o Y, con el que fertilizó a la madre.