Enlace Judío México – Hace un año, por el Día del Padre, el diario neoyorkino The Post reveló la existencia de Ari Nagel, profesor de matemáticas de la Universidad CUNY, quien había engendrado a 23 niños, algunos concebidos a la antigua usanza, mientras otros habían sido concebidos a través de una donación de esperma realizada en lugares inverosímiles como los servicios de centros comerciales.

En el último año Nagel, de 41 años, ha donado su esperma a más mujeres, y durante este periodo han nacido cuatro niños más. Además, hay otras ocho mujeres actualmente embarazadas de él. Su peculiar actividad le ha ganado el sobrenombre de “Esperminator”.

Tras el perfil que le hizo el diario, mujeres de todo el mundo ansiosas de convertirse en madres lo han contactado. Esta semana volará a Israel para encontrarse con una mujer que congelará su esperma en una clínica especializada, en caso de que su primer intento de embarazo no tenga éxito. Después de eso, se va a Vietnam. “La historia de esta mujer inválida realmente me impactó”, dijo, sobre la historia de una mujer que tras un accidente en motocicleta quedó con discapacidad. En julio, una mujer de Taiwán volará a Nueva York para ver si Nagel puede hacer realidad su sueño de ser madre.

En todos los casos, las mujeres cubren el costo de los vuelos. Pero, como siempre, Nagel no cobra nada por su esperma.

“En realidad es muy divertido viajar”, dice Ari, e insiste en que le encanta ayudar a otros.

“Crear una vida y salvar una vida son mis momentos de más orgulloso. Doné médula ósea dos veces y nunca llegué a conocer a los receptores, no tengo ni idea de quienes eran”, dijo. “[La crianza de los hijos] es mucho más satisfactoria. Es un honor ser elegido”.

Como señaló The Post el año pasado, el Sperminator usa a menudo los baños públicos – Target, Starbucks – para obtener las muestras de semen: “Una vez que se elija una ubicación, Nagel entra en el baño, donde ve pornografía en su iPhone… Y eyacula en una copa menstrual, luego se la entrega a la mujer intreresada, quien entra en el baño de mujeres y la inserta en su cuello uterino”.

Las historias de éxito se multiplican, y Nagel dice que cientos de mujeres lo han contactado para solicitar sus servicios.

Una mamá de Brooklyn permitió que su hija de 2 meses apareciera con Nagel para la sesión de fotos de The Post, pero se negó a dar el nombre de su bebé porque su familia no sabe quién es el padre de su hija.

Hubo un momento el año pasado cuando Nagel pensó en rendirse. “Fue un poco abrumador”, dijo acerca de la atención que recibió tras su salto a la fama. “Entre los medios de comunicación, las mujeres que me enviaban correos electrónicos con solicitudes y mi familia, ha sido demasiado”.

Incluso fue reconocido por un empleado de CUNY mientras supervisaba un examen final en la escuela, y el empleado le pidió posar para una selfie.

Una semana después de que Nagel apareciera por primera vez en The Post, admitió que su esposa, una mujer judía ortodoxa, con quien vive en el centro de Brooklyn y con quien tiene tres hijos de 13, 6 y 3 años, estaba molesta por la situación. Aunque Nagel afirmó que su esposa, con quien dijo que no tenía una relación romántica, sabía de su pasatiempo, una fuente anónima le dijo a The Post que “no tenía ni idea”.

Hoy, Nagel no discute su vida privada, y sólo dice que el arreglo entre él y su esposa, quien es muy religiosa, no ha cambiado desde el año pasado. Y agrega que no se molestó por sus “donaciones”, sino por la atención mediática que ha causado estragos en su vida privada.

Así que tomó un lapso de descanso de tres meses. Pero Nagel descubrió que no podía ignorar su vocación. “Es difícil decir no [a las mujeres], especialmente cuando es algo que es tan importante para ellas y tan fácil para mí el darlo”, dijo.

“Si lo que estaba haciendo estuviera mal, no me sentiría bien. Pero se siente bien haciendo realidad el sueño de alguien.

Muchas de las madres de sus hijos consideran a Nagel como un miembro de la familia, e incluso lo invitan a sus vacaciones. Otras lo invitan a los babyshowers y cumpleaños.

Aunque alrededor del 10 por ciento de las madres no incluyen a Nagel en la vida de sus hijos, él ha conocido a todos los niños. Para otros, es un habitual en las fiestas de cumpleaños y eventos escolares. A veces incluso está en la sala de partos.

Pero Nagel no planea seguir reproduciéndose para siempre. “Es sólo por otro año o dos”, dijo. “Hay mayores riesgos de defectos de nacimiento a medida que envejeces, y no me sentiría cómodo. Quiero que los niños estén sanos. ”

Bromeó diciendo que le gustaría pasar la estafeta un día a su hijo de 13 años de edad. “Él asumirá el control”, dijo Nagel, quien ya habló con el chico al respecto, agregando que necesitará su propio apodo: “‘Puedes ser el Eyaculador, no el Sperminator'”, le dijo a su hijo.

Nagel admite que ha recorrido un largo camino desde su infancia como parte de una comunidad ortodoxa en el Condado de Rockland. Pero lo volvería hacer: “Ahora tengo miembros de mi familia de todo tipo, raza, credo, nacionalidad y orientación. ¡Tengo una pequena ONU!.