Enlace Judío México- Emad es un niño iraní de dos años, que sufre de Mucopolysaccharidosis (MPS), una enfermedad rara causada por la incapacidad del cuerpo para producir enzimas específicas. Vive con sus padres y dos hermanos en una pequeña casa alquilada en la ciudad norteña de Gorgan.

Los individuos afectados  por el MPS pueden tener un intelecto normal o tener impedimentos cognitivos o retraso en el desarrollo. Emad sufre de pérdida auditiva.

Su padre, Mohammad Hossein Esmaeilnejad, ha estado sin trabajo por dos meses por  un problema en una pierna.

Zahra Khorasani, la madre de Emad, relató que la familia había gastado todos sus ahorros en encontrar tratamiento para la rara enfermedad del niño.

“Emad ha estado en cirugía tres veces, he gastado todo mi dinero y pedido prestado a todos. Ya no me queda a quien pedirle dinero”, dijo.

El 7 de junio de este año, el padre de Emad fue a la oficina de correos para enviar una carta al presidente de Irán y pedirle ayuda.

Era el último recurso. Si esto no funcionaba, bajaría los brazos y renunciaría a tratar a su hijo.

“Ese día rogué a Dios: ‘Si arreglas las cosas, será grandioso, si no, no volveré a pedir ayuda a nadie'”, dijo Esmaeilnejad.

A su vez, la madre de Emad decidió llevar al muchacho al Parlamento iraní para hacer una petición desesperada de apoyo: “Tomé la carta de mi esposo y me dirigí al Parlamento”.

Sin embargo,  mientras madre e hijo esperaban en el área de recepción,  terroristas islamistas y hombres armados atacaron el edificio, disparando a todos con pistolas y armas de asalto.

“Todo el mundo estaba huyendo, todo el mundo estaba tratando de encontrar una forma de salvarse , pero muchos murieron”, dijo la madre de Emad.

El Estado Islámico asumió la responsabilidad de los ataques de Teherán en los que murieron 17 personas. Los pistoleros atacaron simultáneamente el mausoleo del ayatolá Khomeini en el sur de Teherán.

“Me dije: puedo vivir o morir, lo que Dios quiera sucederá”, dijo Khorasani.

La madre de Emad lo cargó y corrió.

Estaba feliz de que su hijo no podía oír los disparos traumáticos debido a su audición deficiente.

En uno de los corredores, las fuerzas de seguridad les dieron chalecos antibalas e intentaron  sacarlos del edificio.

Emad tuvo que ser sacado a través de una ventana desde un piso superior, y quedó colgado de una mano en el vacío, mientras otra persona lo recibía en un piso inferior.

Las  imágenes del niño suspendido entre dos pisos, captadas por un fotógrafo, se hicieron virales. Dieron la vuelta al mundo y llamaron  la atención sobre el padecimiento de Emad. Quien también se enteró de ello fue el  Ministro de Salud de Irán, quien visitó a la familia Esmaeilnejad.

Acto seguido, el ministro ordenó que Emad fuera tratado inmediatamente a expensas del gobierno. Incluso acordó enviar a Emad a tratarse en el extranjero, si es necesario.

Es así como, de una desgracia, nació una oportunidad de vida para un niño. Deseamos a Emad un restablecimiento completo.

Con información de Haaretz/ Traducción y edición May Samra