La Casa Blanca dijo el lunes que el presidente Bashar al-Assad de Siria parecía estar preparando otro ataque con armas químicas, y advirtió que “pagaría un alto precio” si se llevara a cabo.

MICHAEL D. SHEAR, HELENE COOPER y ERIC SCHMITT

Varios oficiales militares fueron sorprendidos con la guardia baja por la declaración del secretario de prensa del presidente Trump, pero no estaba claro cuán estrecha era la información de inteligencia con respecto a un posible ataque químico.

En la declaración, la Casa Blanca dijo que los preparativos de Assad parecían similares a los que los funcionarios de inteligencia occidentales creen que hizo el gobierno sirio antes de un ataque químico en abril que mató a decenas de sirios, incluyendo niños.

“Como hemos dicho anteriormente, Estados Unidos está en Siria para eliminar el Estado Islámico de Irak y Siria”, decía el comunicado. “Si, a pesar de todo, Assad comete otro ataque de asesinato en masa usando armas químicas, él y sus militares pagarán un alto precio”.

Aunque la motivación de la Casa Blanca para emitir la muy inusual declaración es incierta, es posible que Trump o sus asesores decidieran que una advertencia pública a Assad podría disuadir otro ataque químico.

Cualquier inteligencia recopilada por Estados Unidos o sus aliados -en particular Israel, que mantiene una fuerte vigilancia de las armas no convencionales en Oriente Medio- sería naturalmente clasificada. Pero cualquier presidente americano tiene poder absoluto para desclasificar cualquier cosa que elija emitir.

Brian Hale, portavoz del director de inteligencia nacional, remitió preguntas a la Casa Blanca. Marc Raimondi, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo: “Estamos dejando que la declaración hable por sí misma”.

Nikki R. Haley, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dejó claro que Estados Unidos tomaba en serio la última amenaza. “Cualquier otro ataque hecho al pueblo de Siria será responsabilidad de Assad, pero también de Rusia e Irán que lo apoyan matando a su propio pueblo”, escribió el lunes.

Rusia e Irán están aliados con el gobierno de Assad. La semana pasada, después que Estados Unidos derribara un avión de guerra sirio que había lanzado bombas cerca de los combatientes estadounidenses que luchaban contra el Estado islámico, el Ministerio de Defensa de Rusia amenazó con atacar cualquier avión de Estados Unidos o sus aliados al oeste del valle del río Eufrates.

Una amenaza de este tipo puede provocar un enfrentamiento involuntario dado que las fuerzas competidoras convergen en áreas no gobernadas de Siria. La colisión ha creado efectivamente una guerra dentro de una guerra.

Daryl G. Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas, dijo que no tenía conocimiento de movimientos sirios hacia más ataques químicos, pero que sospechaba que los informes de inteligencia habían motivado la declaración. Los ataques de cohetes con gas sarín, como en los ataques de abril, requieren una preparación considerable que podría haber recogido la inteligencia estadounidense , dijo.

El Sr. Kimball añadió que no recuerda una advertencia tan precisa y preventiva contra un gobierno extranjero respecto a las armas prohibidas “en al menos los últimos 20 años”. Con frecuencia, tales asuntos son tratados en comunicaciones diplomáticas o de inteligencia privadas, dijo.

El mensaje del lunes pareció diseñado para preparar el terreno para otro posible ataque militar. Después que Assad supuestamente usara armas químicas en abril, el ejército estadounidense disparó 59 misiles de crucero Tomahawk a la base aérea que su gobierno había utilizado para lanzar el ataque.

El uso de armas químicas por parte del gobierno sirio ha sido durante mucho tiempo parte del enfrentamiento entre Assad y Estados Unidos.

En 2013, las agencias de inteligencia del presidente Barack Obama concluyeron con “alta confianza” que Assad había llevado a cabo un devastador ataque químico que mató a cientos de sirios, a pesar de haber sido advertido por Obama de cruzar una “línea roja” usando armas químicas .

Pero Obama se detuvo justo antes de ordenar un ataque militar, en lugar de optar por trabajar con el gobierno ruso para identificar y destruir el arsenal de armas químicas de Assad. Los críticos alegaron que el fracaso del presidente de hacer cumplir su propia “línea roja” había envalentonado a Assad.

También advirtieron que no todas las armas químicas podían ser encontradas y destruidas. A los dos meses de la toma de posesión de. Trump, imágenes de otro ataque químico lo estimularon a tomar la acción que Obama había rechazado.

Fuente: New York Times – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico