Primero que nada, antes de empezar con esta serie de artículos sobre la Ajshará de los judíos mexicanos, creo prudente que definamos lo que es Ajshará. La palabra Ajshará en hebreo se traduce como preparación, originalmente (en la prehistoria cuando pocos zeides y bobes se iban de Ajshará) iban a Israel a ayudar a cultivar y construir los diferentes campos de agricultura y kibutzim para crear el Estado próspero que hoy en día conocemos. Sin entrar mucho en detalle y dicho esto… comencemos a analizar en lo que se han convertido las Ajsharot hoy en día, pues por el principio: las despedidas.

LA MEIDELE

Es importante dejar claro que hoy en día le decimos Ajshará a cualquier actividad fuera de México que suceda inmediatamente después de que nos graduamos de prepa. Sin importar si nos vamos un año a Israel a un Kibutz como tradicionalmente se acostumbra, a un viaje de lujo un mes por Europa, a estudiar “Inglés” (las comillas no son sin querer, todos sabemos que no van precisamente a “estudiar inglés”) a Boston o de plano a algo mega hipster como un viaje introspectivo por el Tíbet.

No hay comienzo de Ajshará (sea lo que signifique para cada quien) sin un proceso largo y tendido de despedidas que puede llegar a durar hasta meses. Primero llegan las despedidas de los próximos ajsharosos de sus respectivas Tnuot, ya sea de los Scouts con las eternas despedidas congeladas en el bosque en la madrugada, en el Mifkad de la Noar o la Shomer o en algún otro tipo de Peula. No sé qué nos pasa a los paisanos en estas despedidas, pero empezamos a llorar desde que nos despedimos de nuestros janijim y no paramos hasta la despedida de nuestros papás en el aeropuerto.

Después vienen las bienvenidas/despedidas, es decir, los judíos mexicanos a punto de irse de Ajshará les dan la bienvenida a los amigos de un año arriba que se fueron. Sin embargo, muchas veces al mismo tiempo se tienen que despedir de ellos al mismo tiempo que les dan la bienvenida. Son reuniones cortas pero eficientes, pues los chavitos grandes (híper súper duper maduros obvio porque ya se fueron de Ajshará) les dan los mejores tips del mundo a los inexpertos que están a punto de vivir la mejor experiencia de sus vidas. La frase que más se escucha en estas conversaciones es sin duda: “Hay no, que envidia”.

Luego de esto siguen todas las reuniones con gente que te TIENES (o más bien tu mamá, más emocional de lo normal dice que te TIENES) que despedir: tías abuelas, primos lejanos, abuelos, abuelas, el perro nuevo de tu primo, el mejor amigo de tu papá, etc., etc. De lo único que puedes estar seguro es que todos, absolutamente todos te van a dar EL MEJOR consejo, y es que neta, aunque unos regresaron hace más de 30 años están seguros que no hay mejor consejo que SU consejo.

Por fin se acerca la última semana en México, ya fue su graduación, ya se despidieron del groso de la gente y están muy, muy emocionados. Aunque comienza la guerra en casa. ¿Quién sabe qué les pasa a las mamás paisanas que cuando están nerviosas o nostálgicas les da por pelearse? “Que como no empacaste esto” “Que estás loco si piensas que vas a hacer aquello”… saben a lo que me refiero.

Aunque lo que sí es un tema es la despedida del novio o novia paisana que se queda en México, primero no saben en que quedar, que si se esperan, que si no se esperan. Decidan lo que decidan, el drama es interminable (digno de una película de los años 40´s en donde el prometido se va a la guerra y no saben si se volverán a ver). Los llantos, ni hablar.

Lo más simpático de todo es que los ajsharosos sólo pasan la línea de seguridad del aeropuerto y dejan todos los lloriqueos y dramas atrás; están listos para la aventura.

¡Buen viaje!

 

PD: Esperen los demás capítulos de esta serie que apenas comienza.