Mañana, domingo 9 de julio, alrededor de las 10:00 am, hora de México,  Yad Vashem llevará a cabo una ceremonia conmemorativa anual  en memoria de las víctimas del Holocausto en Rumania, organizada por AMIR, la Asociación de Inmigrantes Rumanos en Israel, en conjunto con Yad Vashem.

A la vez, se conmemorará el primer aniversario de la muerte de Elie Wiesel, nativo de Rumania.

En directo desde Yad Vashem en Jerusalén, nuestra amiga Hannah Ackerman transmitirá  la asamblea conmemorativa, las oraciones El Male Rahamim y Kadish y la colocación de un ramo de flores en el memorial conmemorativo.

Participarán miembros de  la familia del Premio Nobel Elie Wiesel.

Presentes estarán el Presidente de Yad Vashem, el Presidente de la Junta Directiva de Yad Vashem, sobrevivientes del Holocausto y sus familias, y jefes de la comunidad judía rumana.

La emisión comenzará alrededor de las 10:00 AM hora de México.

Usted está invitado al evento a través de Enlace Judío.

La historia de Hannah Ackerman

Hannah Ackerman es hija de un sobreviviente de la masacre de Yasi, un episodio especialmente cruento de la persecución a los judíos en Rumania durante la II Guerra Mundial (ver el relato, más adelante).

Su padre mantuvo silencio acerca de los sucedido

 Por ello, decidió indagar y difundir el Holocausto judío en Rumania, un episodio poco conocido de la historia de la barbarie nazi. Su participación mañana, en el evento de Yad Vashem, es parte de la búsqueda de sus raíces.
Su mensaje:”No olviden, no perdonen. La sangre de las víctimas nos grita desde las tumbas”.
 
El Holocausto judío en Rumania
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, los judíos en Rumanía constituían la tercera comunidad en Europa, después de Rusia y Polonia, con una población de 850.000.

Durante la Segunda Guerra Mundial la mitad de la comunidad fue destruida, mientras que la otra mitad sobrevivió gracias a las operaciones de rescate de los jefes de la comunidad judía, los rabinos y la Reina Madre de Rumania, Elena, que incluso ganó el título de Justa Entre las Naciones.

De los judíos rumanos que fueron asesinados en el Holocausto, cerca de un cuarto de millón fueron eliminados por instrucción directa del general Ion Antonescu en una iniciativa rumana independiente.

Rumania, junto con Croacia, fueron los dos únicos países que, como aliados de la Alemania nazi, llevaron a cabo un”Holocausto propio”.

En 2003, se creó un comité internacional para estudiar el Holocausto en Rumania, encabezado por Elie Wiesel, quien nació en Sighet, Romania,y murió hace apenas un año, el 2 de julio 2016.

El 28 de junio de 1941, seis meses antes de la decisión sobre la “Solución Final” en la Conferencia de Wannsee, comenzó el pogrom de Yasi, un episodio importante en la historia del Holocausto judío, Rumania en particular, y la historia del Holocausto en general.

El investigador del Holocausto, Prof. Yehuda Bauer, también señaló en sus escritos que “el asunto Yasi y el pogrom que tuvo lugar en él es, en muchos sentidos, el comienzo de la exterminación masiva de los judíos europeos“.

Los disturbios comenzaron a iniciativa del gobernante de Rumania, el dictador Ion Antonescu.

Persecución de los judíos en Rumania

Según Francis Currey, en Rumanía el antisemitismo era una tradición.

En los años 20 y 30 se dieron en el país no pocos pogromos y en enero de 1938 se privó a los judíos de la ciudadanía rumana.

En enero de 1941 la Guardia de Hierro entró en el barrio judío de Bucarest y se dedicó quemar casas, tiendas y sinagogas; miles de judíos fueron apaleados y torturados. 120 fueron conducidos a un matadero y asesinados allí siguiendo las prácticas rituales hebreas para el sacrifico de animales, y después sus cuerpos fueron colgados de ganchos de carne y exhibidos con etiquetas en las que estaba escrito “Carne Kosher”.

Al producirse la invasión de la URSS lo primero que hicieron los rumanos fue recuperar Besarabia y Bucovina. En ambos territorios fueron asesinados entonces más de 250.000 judíos bien por ejecuciones masivas con armas de fuego, bien por ahogamiento en el río Dniester o bien por hambre, enfermedades o agotamiento en los campos de trabajo y guetos.

Cuando cayó la ciudad de Odessa en octubre de 1941 Antonescu ordenó ejecutar allí a más de 35.000 judíos. Incluso los alemanes y ucranianos de los Einsatzgruppen se llegaron quejar de los excesos asesinos que mostraban los soldados rumanos y de la costumbre que tenían de no enterrar los cadáveres de sus víctimas.

En febrero de 1942 Odessa se declaró “libre de judíos”.

Mientras, en casa permanecía el instinto criminal.

Pogrom de Yasi

El 27 junio de 1941 las autoridades rumanas acusaron a los judíos de ciudad de Yasi de haber enviado señales para atraer a los bombarderos soviéticos que habían bombardeado la ciudad.

Como consecuencia todo el mundo en la ciudad, soldados, policías y ciudadanos normales se echaron a las calles en busca de judíos “traidores”.

Fueron apresados más de 5.000 a los que se apaleó en la calle mientras los policías disparaban a los que caían.

La turba trasladó a los judíos a la estación de ferrocarril y allí se les quitó todo lo que tenían y se les encerró en vagones de animales para que fuesen deportados a un campo de trabajo.

Metían a más de 100 personas en cada vagón sin comida ni agua (y recordemos que era verano).

Partieron dos trenes y el viaje duró ocho días durante los cuales los judíos encerrados tuvieron que beber orina.

Más de 2.500 personas murieron en aquel infernal trayecto de hambre, sed o asfixia.

El pogromo de Yasi se cobró al menos 4.000 vidas.

El Struma

En el año 2000 un grupo de adolescentes entraron en el cementerio judío de Iasi y destrozaron decenas de tumbas de las víctimas de aquel horror.

En diciembre de 1941 partió de Rumanía el barco Struma, con 769 judíos rumanos a bordo. El destino era Palestina.

Al llegar a Estambul, los británicos se negaron a dar visados para Palestina y las autoridades turcas prohibieron el desembarco.

Finalmente, el barco fue remolcado a mar abierto…sin comida ni combustible.

El 24 de febrero de 1942, el Struma fue torpedeado, seguramente por error, por un submarino soviético.

De las 769 personas sólo sobrevivió una: David Stoliar, de 19 años.

Fue rescatado y los británicos le concedieron un visado de inmigración.

Mientras tanto los soldados rumanos seguían cometiendo asesinatos en masa de judíos conforme avanzaban por la URSS.

Antonescu organizó deportaciones de judíos rumanos, a los que expropió de sus posesiones, a distintos campos de trabajo y guetos del país, pero mostró bastante resistencia a que los nazis les sacasen del país; de esa forma, sólo un número limitado de judíos rumanos fue deportado al campo de exterminio de Belzec, en Polonia.