Un principio bastante reconocido hoy en día es que el aprendizaje y el crecimiento personal no se basan en resultado sino en procesos. No sabe más ni gana más el que nace con las condiciones a su favor, sino el que se esforzó más en obtenerlas. El trabajo y el esfuerzo son lo que hacen significativo en la persona ese aprendizaje, por eso en muchas ocasiones se convierten en el principal motor del crecimiento. Esta es una idea que se encuentra presente en el judaísmo y la Torá, constantemente varios rabinos nos recuerdan que sólo a través de enfrentarse a los retos y a la dificultad llega el crecimiento personal. Inclusive, una de las frases más dichas en el mundo toraico es que el sabio antes de ser sabio se cayó siete veces. Se dice que se hizo sabio no sólo por caerse sino porque siete veces tuvo que levantarse, es decir, siete veces tuvo que superarse y crecer. Rab Raymond Beyda nos habla de la importancia del esfuerzo en su discurso.

Rab Raymond Beyda. Cuesta arriba

“No sé si pueda aguantar mucho más.” Se quejaba amargamente Efraím. “Parece que cada vez que intento llegar a clases, ocurre un evento en la oficina. Si trato de estudiar en las mañanas antes de dejar la sinagoga, llama un cliente y me pide una cita a esa hora. Si intento llegar a casa temprano y asistir a las clases de la tarde, alguien llama y me pide una cita en la tarde y me veo obligado a cancelar mi clase.”

“¿Alguna vez te has preguntado por qué Hashem (D-os) le dio la Torá a su gente en una montaña?” contestó Zebulún.

“Claro que lo he hecho”, dijo Efraím, “Hashem escogió al Monte Sinaí, una montaña baja, para enseñarnos que para estudiar su libro sagrado, uno primero debe adquirir la característica de humildad.”

“Si esa es la única razón” respondió su amigo calmadamente, “entonces debió de habérnosla dado en una planicie o un valle. Hashem quería enseñarnos que el crecimiento en la espiritualidad no es un camino sencillo. Uno debe de esperar dificultades; siempre habrá montañas en el camino.”

El mundo moderno en el que vivimos está marcado por la conveniencia. Anhelamos que las cosas sean inmediatas y simples. Ya tenemos envases de apertura rápida, marcación con voz y máquinas que nos ayudan a estacionarnos. Los especialistas en mercadotecnia siempre resaltan la simplicidad y facilidad con la cual sus productos pueden usarse. Saben mejor que nadie que todo el mundo quiere cosas sencillas.

Sin embargo, aquel que haga deporte podrá decirte que esforzarnos más allá de nuestras capacidades es lo que ocasiona nuestro crecimiento y hace que lo que en algún momento pareciera difícil se vuelva fácil en el futuro. Así es como funciona, Hashem también ha planeado nuestro crecimiento espiritual. Una persona debe esperar retos y debe superarlos. No hay caminos llanos, ni vías sencillas en la dirección al éxito. Si te preparas para aceptar la dificultad, tendrás más herramientas para enfrentarla.

Fuente: torah.org