Uno más de nuestros lectores expone sus dudas acerca de sus apellidos a nuestro experto en genealogía judía.

Pregunta:

Hola muy buenos días.

En primer lugar, para mí es un privilegio poder encontrar una página como ésta, donde invitan a quienes entran a poder contactarse con ustedes.

Mi nombre es Rodrigo Díaz, soy de Chile, y amo con todo mi corazón a la nación de Israel, y no sé de donde viene este sentimiento tan profundo por este pueblo, pero se da, aún mucho más profundo, al querer saber el origen de mi apellido, donde me encuentro con una información que arraigaría mucho más este sentimiento; en lo que pude descubrir, mi apellido es uno de los cientos o miles que se crearon luego de la dispersión por la inquisición de la iglesia católica en la época del 1400-1500.

Hoy el estado de España reconoce muchos de estos apellidos como descendientes de Judíos Sefaradíes que escaparon de la península ibérica y fueron esparcidos por el mundo. Es por ello, que quisiera tener más información respecto de esto, ya que mi apellido Díaz, conserva una de las letras de Eretz (por lo que pude entender quiere decir tierra de Israel) y para saber su origen algunos apellidos conservaron la última letra de esta palabra…bueno, aun si no fuera así, con todo mi corazón he de bendecir a este maravilloso pueblo escogido por Dios, saludos cordiales desde Chile, y estaré atento a su respuesta.

¡Shalom!

Respuesta de Alejandro Rubinstein:

Con antecedentes de su presencia judía en España desde el remoto 1493 en Toledo, hay documentación que sustenta la presencia de portadores de este nombre familiar en Venecia y de su persecución por la inquisición que se desarrolló en aquella población entre los años 1550 a 1670.

Visto que su origen etimológico proviene del nombre Jacob, es muy probable que muchos judíos hayan refugiado en el vocablo Díaz su presencia en el mundo hispánico sin renunciar a su verdadera raíz hebrea.

Las declinaciones que sufren los apellidos, en este caso, son múltiples y dependen de los términos populares que les van proporcionando una evolución onomástica. Así, Díaz nace de las declinaciones de Jacob hacia Iacob, al vasco Iagúe, al castizo Santiago como derivado de Sancte Yague y, de allí, hacia Tiago, Diago, Diego, Día y, finalmente, Díaz.

Tan popular se convirtió este apelativo que lo encontramos entre las juderías de Ciudad de México, Turín, Venecia, Roma, Livorno, Ámsterdam, Sevilla, Fundao, Mirandela, Badajoz y Lima.

De su presencia en Latinoamérica se pueden documentar las persecuciones hechas en personas con este apellido en los infames procesos inquisidores de Ciudad de México y de Lima.