Enlace Judío México – Con una sola sinagoga en la ciudad de Sarajevo, la comunidad judía de Bosnia y Herzegovina se considera a sí misma la más segura de Europa, en una región que por décadas ha lidiado con los conflictos étnicos y religiosos.

Probablemente la Sinagoga de Sarajevo es la que cuenta con menores medidas de seguridad en toda Europa, en un país de mayoría musulmana por donde han fluido y estallado los odios étnicos a los largo de décadas.

Para Jakob Finci, nacido en un campo de concentración, ex embajador y actual presidente de la comunidad judía de Bosnia y Herzegovina que no llega ni a los 1000 integrantes, es la más segura en todo el continente.

Jakob Finci en su oficina de la Sinagoga de Sarajevo.

“Creemos que estamos a salvo aquí con las puertas abiertas. Este es uno de los pocos países libres de antisemitismo” comenta Finci.

Sarajevo ha sido llamada la “Jerusalén de Europa” y la “Jerusalén de los Balcanes“, debido a que es la única ciudad europea con al menos una sinagoga, una mezquita, una iglesia católica y una iglesia ortodoxa en un mismo barrio.

El ser un punto de cruce en el corazón de los Balcanes que conecta a Europa con Asia, le ha producido todo ese bagaje cultural histórico que posee.

“Lo que nos hace diferente a los judíos que vivimos en Sarajevo es que tenemos una muy buena relación con nuestros vecinos. Después de 450 años estamos muy bien incorporados en la sociedad bosnia” añade Finci.

Durante los siglos que el Imperio Otomano tuvo dominio de Sarajevo, los judíos (sefaradíes en su mayoría) que vivían en la zona nunca fueron obligados a vivir en guetos y se les trató de mucho mejor manera que en Europa, comenta Finci.

Para la década de los 30, cuando Sarajevo ya era una de las ciudades del recién establecido Reino de Yugoslavia, vivían cerca de 12 mil judíos en la ciudad.

Lamentablemente, cuando el Holocausto tocó puerta, casi 10 mil de ellos fueron asesinados por la Ustaše, un grupo de fascistas católicos croatas que simpatizaban con el régimen nazi.

Muchos musulmanes de la ciudad trataron de proteger a sus vecinos judíos, por lo que algunos están enlistados entre los Justos Entre las Naciones. Su valentía se rememora en el Museo Judío del Holocausto de la ciudad.

Una de las historias que surgieron de esta fraternidad, es la de la familia judía de los Kavilios, a la que la familia musulmana de los Hardagas ocultó y salvó de los nazis. Medio siglo después durante la guerra civil yugoslava en la que los musulmanes fueron agobiados, los descendientes de los Kavilios le regresaron el favor a los Hardagas haciendo posible que una de sus hijas escapara de Sarejevo hacia Israel, donde terminó convirtiendose al judaísmo.

De acuerdo a Finci, desde que se estableció la Republica Federal Socialista de Yugoslavia (RFSY) en 1946, los pocos judíos que sobrevivieron fueron muy bien tratados por el gobierno de Tito, aunque la práctica religiosa activa se vino abajo debido a la naturaleza del estado.

Cuando la RFSY comenzó a desmembrarse en 1990, casi la mitad de la población judía, alrededor de 2000 de ellos, migraron hacia Israel.

Finci fue de los pocos que se quedó, teniendo para sí mismo una obligación con su lugar de origen y con lo que representa de esa antigua comunidad que ya es parte del pasado.

“Lo que es una buena señal es que en los últimos 15 años, solamente una persona ha hecho aliyá“.

La comunidad carece de un rabino, por lo que solamente en días solemnes acude a la ciudad un rabino israelí, nacido en Sarajevo, para los servicios.

Ante el clima de ultraderecha y nacionalismos, así como de terrorismo y antisemitismo que ha habido en los últimos años en Europa, Finci cree que su comunidad en Bosnia no tiene mucho que temer.

“Esto no significa que les agrades (a los serbios ortodoxos, croatas católicos y bosnios musulmanes), pero estos tres grupos étnicos están muy ocupados lidiando entre ellos mismos”.

Fuente: Haaretz