Enlace Judío México.- Pobres, de padres discutibles o muertos y judíos. Así nacieron los pioneros que crearon Hollywood.

JORGE BENÍTEZ

Adolph Zukor (Paramount), Carl Laemmle (Universal), Louis B. Mayer (MGM), los hermanos Warner (Warner Bros) o Irving Thalberg -quien inspiró “El último magnate”, la novela inacabada de Scott Fitzgerald- no sólo construyeron los grandes estudios sino que inventaron el sueño americano. Carismáticos, valientes y déspotas lograron ser tan famosos como las estrellas de sus películas. Ellos son los padres de grandes creadores que esculpieron la fábrica de sueños. Desde Fritz Lang hasta Lubitsch, Billy Wilder o los hermanos Marx. Tradición judía que se mantiene pasados cien años con iconos como Woody Allen o Steven Spielberg.

Con 25 años de retraso se edita en España “Un imperio propio. Cómo los judíos inventaron Hollywood” (Ed. Confluencias), el celebrado libro de Neal Gabler, que es uno de los códices de la historia del cine. En sus páginas se vislumbra que la primacía hebrea surgió como una cuestión de supervivencia. A principios del siglo XX las industrias respetables estaban en manos de los wasp (blancos y protestantes de origen anglosajón, en inglés) y el único camino no vetado por el establishment para ganar dinero era dedicarse al comercio o al entretenimiento. Ellos combinaron ambos negocios con éxito.

Para alcanzar la respetabilidad soñada se hicieron los más patriotas, fueron conservadores en su vida familiar (con la excepción de Jack Warner) y desterraron tanto su fe primigenia (al menos en público) como su pasado europeo. Su asimilación al Nuevo Mundo fue tal que incluso sus mansiones imitaban las de los ricos de toda la vida de la Costa Este.

Y es que su condición de emigrantes les permitió saber como nadie los anhelos del público y transformar la realidad con la ficción. Inventaron el made in América antes que los americanos.