Las barreras del Congreso al intercambio de información elevarían el riesgo de otro 11/S.

ADAM KLEIN

¿Por qué las agencias de inteligencia no evitaron el 11/S? Según la Comisión del 11/S, antes de los ataques, la información de las agencias de inteligencia “falló en dar a conocer sus avisos a los investigadores de crímenes” en la Agencia Federal de Investigación (FBI).

Para el verano del 2000, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ya sabía que dos futuros secuestradores eran socios de conocidos terroristas, que ambos hombres tenían visas para entrar a Estados Unidos, y que uno de hecho había volado a Los Ángeles en marzo del 2000. Lamentablemente, el FBI se enteró de esto en agosto del 2001—en cuyo momento los hombres ya habían hecho su último y fatídico ingreso dentro de Estados Unidos. Con mejor intercambio de información, el FBI podría haber arrestado a los terroristas e impedido los ataques del 11/S.

Algunos miembros del Congreso ahora proponen erigir nuevas barreras contra el intercambio de información dentro de la comunidad de inteligencia que podría hacer aún más difícil para los funcionarios marcar a los futuros terroristas antes de que ataquen.

La propuesta afectaría la Sección 702, una ley del 2008 que permite a la comunidad de inteligencia recoger las comunicaciones de objetivos de inteligencia extranjeros cuando las comunicaciones viajan a través de cables de internet o están almacenadas en servidores estadounidenses. Esta ha sido una herramienta eficaz de contraterrorismo porque los mensajes de los objetivos extranjeros a menudo tocan la infraestructura de internet de Estados Unidos.

Los objetivos extranjeros no están protegidos por la Cuarta Enmienda, así que el gobierno tiene la autoridad para recoger sus mensajes en virtud de la Sección 702 sin una orden. Pero cuando los objetivos extranjeros se comunican con estadounidenses, esos mensajes son recogidos también, planteando preocupaciones de privacidad.

Otro aspecto crucial del debate de privacidad en torno a la Sección 702 es lo que se debe permitir hacer con esos datos a las agencias de inteligencia. Los tribunales han permitido a las agencias investigar sus 702 registros para propósitos de inteligencia extranjera y, en el caso del FBI, para evidencia de delito, lo que a veces incluye búsquedas de información sobre estadounidenses.

Miembros de la Cámara de Representantes de ambos partidos, respetuosos de la privacidad, ahora están considerando, según se informa, enmendar la Sección 702 para excluir a los funcionarios del gobierno de investigar los 702 datos en busca de información sobre un estadounidense a menos que obtengan una orden de un juez federal, basados en causa probable. Los reformistas tienen influencia este año porque el Congreso debe aprobar un proyecto de ley de reautorización de la 702 antes que la ley expire el 31 de diciembre.

Pero impedir que los funcionarios investiguen datos haría más difícil evitar los ataques terroristas de cosecha propia. En el 2009 la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) usó la 702 para recoger los emails en los que una persona desconocida en Estados Unidos pidió consejo para hacer explosivos a un miembro de al Qaeda. Esos e-mails llevaron al FBI a Najibullah Zazi, un hombre de Colorado con planes inminentes para bombardear el sistema de subterráneos de New York. Atraparlo salvó docenas si no cientos de vidas. Si un estadounidense parece estar radicalizándose, lo primero que debe hacer el FBI es revisar la información ya en su base de datos para ver si esa persona ha estado en contacto con agentes conocidos de ISIS o al Qaeda.

Los defensores de la privacidad argumentan que las agencias podrían continuar manejando estas investigaciones en tanto obtengan una orden. El problema es que las revisiones de bases de datos son más útiles en las etapas tempranas de una investigación, cuando los funcionarios están buscando determinar si una persona de interés tiene conexiones con terroristas. En ese punto, los investigadores raramente han reunido pruebas suficientes para demostrar causa probable. Por esa razón, requerir una orden hará efectivamente imposibles estas investigaciones.

Los tribunales han encontrado que esta práctica se comporta con la Constitución. En noviembre del 2015, la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera sostuvo que la Cuarta Enmienda no requiere que el FBI obtenga una orden antes de conducir revisiones de rutina de bases de datos, las que incluyen algunos datos de las 702. La escala de la preocupación potencial por la privacidad también parece pequeña: En el 2016 sólo una investigación del FBI por información sobre un estadounidense en una investigación penal de un no nacional llevó al FBI a revisar mensajes recogidos en virtud de la 702.

El Congreso tiene razón en examinar las consecuencias para la privacidad de la Sección 702; las herramientas poderosas requieren restricciones poderosas. Pero los miembros preocupados por la 702 deben enfocarse en reforzar la supervisión y transparencia del programa—fortaleciendo la revisión judicial y requiriendo más transparencia acerca de cómo usan los fiscales la información de la 702—en vez de crear barreras al intercambio de información dentro de la comunidad de inteligencia.

El informe de la Comisión del 11/S enseñó que “conectar los puntos” usando la información que ya poseen las agencias gubernamentales es la clave para arruinar las conspiraciones terroristas. Con la amenaza de terrorismo todavía elevada, no olvidemos ahora esta lección.

Adam Klein es miembro principal en el Center for a New American Security, un instituto bipartidista de seguridad nacional en Washington.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México