Enlace Judío México.- Continuamos con el análisis del Rab Abohab sobre el concepto de Teshubá. Ayer analizamos el primer párrafo de la página 663. Veamos ahora el segundo párrafo, que en mi opinión, es extraordinario en cuanto a lo inusual del tema que desarrolla.

RABBI YOSEF BITTON

El Rab Abohab dice que el arrepentimiento en el judaísmo es accesible y sencillo (המצוה הזאת קרובה וקלה אצל בעלי התורה). Luego se refiere al cristianismo. No olvidemos que este autor vive en España, en el siglo XIV, y es al final de este siglo (1391) cuando los pogromos contra los judíos y todo el movimiento para convertirlos, alcanza su máxima crueldad e intensidad. No se puede descartar entonces que esta breve descripción haya sido escrita también para combatir los esfuerzos proselitistas de la iglesia en esos tiempos.

El Rab Abohab describe muy brevemente la idea católica-romana de la auto flagelación, la mortificación de la carne, la peregrinación, etc. como la forma de purificarse y redimirse de los pecados cometidos. Es interesante destacar que ese breve párrafo fue eliminado por la censura eclesiástica, que no toleraba la mínima mención critica de algún elemento cristiano, y sobrevivió gracias a que el libro Menorat haMaor llegó a las comunidades judías del Yemen, país musulmán, y se convirtió allí en un libro de estudio fundamental.

Luego de mencionar la doctrina cristiana del arrepentimiento, el Rab Abohab explica que la Teshubá, el arrepentimiento en el judaísmo, no requiere la auto-flagelación o la búsqueda activa del sufrimiento o dolor corporal. La Teshubá se lleva a cabo “con el corazón y con la boca”.

CON EL CORAZON

En hebreo bíblico y rabínico cuando hablamos del corazón, nos referimos a los sentimientos y a la inteligencia emocional. La Teshubá se hace entonces con el corazón, reconociendo nuestros errores y despertando en nosotros mismos el sentimiento de arrepentimiento y la vergüenza de haber actuado mal. La Teshubá no es una simple confesión mecánica y fría. Tiene que estar acompañada de sentimientos sinceros de contrición.

CON NUESTRA BOCA.

Esto significa, con nuestras palabras. En primer lugar está el Viduy, la confesión de nuestras transgresiones. Esta confesión no se hace en un confesionario, frente a otra persona, sino en la estricta privacidad, frente a Dios. No obstante, la confesión debe ser “oral” y no “mental”. Las palabras que expresamos para mencionar las malas acciones que cometimos deben ser articuladas, en un susurro que podamos escuchar pero que no pueda ser oído por otras personas. Obviamente, las palabras son también el medio que utilizamos en nuestra Tefilá, cuando rezamos a HaShem y le pedimos perdón. Finalmente, en el proceso de Teshubá también usamos palabras para disculparnos y pedir perdón a las personas que dañamos o hayamos ofendido.

Para demostrar la autenticidad de la forma judía de hacer Teshubá, y el desacierto de las otras doctrinas, el Rab Abohab cita los hermosos versículos de Debarim 30, que se refieren específicamente a la Teshubá.

Debarim capítulo 30: (11) Este mandamiento que hoy te ordeno cumplir [es decir, la Teshubá], no es demasiado difícil para ti, ni se halla lejos de ti. (12)No está en el cielo, como para que digas: “¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá, para que lo entendamos y lo cumplamos?” (13)Tampoco está al otro lado del mar, como para que digas: “¿Quién cruzará el mar por nosotros, y nos lo traerá, para que lo escuchemos y lo cumplamos?”
(14) En realidad, este [mandamiento] está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que tú lo cumplas.”

Finalmente, el Rab Abohab explica que si bien la Teshubá consiste en lo que hacemos con nuestra palabra y con nuestros sentimientos, hay una condición sin a qua non para que la Teshubá sea aceptada (ותלה הענין שיהיו פיו ולבבו שויןכשישוב מחטאו): La boca y el corazón deben estar en sintonía. Es decir, nuestras palabras de arrepentimiento deben ser consistentes con nuestros sentimientos. Cuando pedimos perdón a HaShem y a quienes ofendimos, debemos decir lo que sentimos y sentir lo que decimos. Con sinceridad y sin hipocresía.

 

 

 

Fuente:halajadeldía