Enlace Judío México – Cuando somos incapaces de perdonar a quien nos ha dañado seguimos cargando en nuestro corazón los agravios hechos por los otros. Debemos aprender a perdonar para que “nuestro enemigo no triunfe sobre nosotros” y por culpa de algo que no hicimos sigamos viviendo en el dolor. El siguiente relato nos cuenta la historia de rabí Schemelke un rabino tan sabio que era capaz de incluso perdonar a sus enemigos y ocasionar amor en sus corazones. Esperemos les guste.

Martín Buber. El enemigo.

Uno de los miembros más prominentes y más ricos de la comunidad de Nikolsburg odiaba a rabí Schmelke y buscaba el modo de desacreditarlo. En la víspera del Día de la Expiación le propuso que se perdonarán los mutuos agravios. Había llevado consigo una jarra de vino añejo, y le forzó a beber, para que el justo, poco acostumbrado a la bebida, se embriagara e hiciera papel ridículo en la sinagoga. Rabí Schmelke bebió con él un vaso tras el otro, en prueba de que no le guardaba ningún rencor, y el rico volvió satisfecho a su casa, creyendo haber logrado su objetivo.

Más cuando llegó la noche y se acercó la hora de la oración adueñóse del rabí el temor del Día del Juicio, y en un abrir y cerrar de ojos desapareció el efecto de la bebida.

Después del rezo vespertino quedóse Rabí Schmelke con algunos otros devotos en la sinagoga, y dijo los salmos. Cuando llegó al versículo 11 del salmo XLI “En esto conocí que te he agradado porque mi enemigo no triunfará contra mí”, repitiólo sin cansancio y lo tradujo, no como se acostumbra, sino con argucia: “En esto conocí que te he agradado, porque mi enemigo no sufrirá por mi culpa.” Y agregó:

Si hay personas que me odian y quieren avergonzarme, perdónales, Señor del Universo, para que no sufran por mi culpa.

Lo dijo con voz tan poderosa que todos los presentes rompieron a llorar, y repitieron las palabras desde lo más hondo de su corazón. Entre ellos estaba su enemigo, quien conoció entonces el arrepentimiento y se libró del espíritu malo que lo dominaba y desde ese día amó y respetó a Rabí Schmelke.

Fuente: Raíces