Enlace Judío México.- Explicamos que según el Rab Isaac Abohab, en su libro Menorat haMaor, existen 7 niveles de Teshubá. Es decir, diferentes circunstancias en las cuales, o por las cuales una persona se arrepiente de las malas acciones que hizo. Estos niveles se clasifican según ciertas categorías. Por ejemplo: 1. Cuándo se da cuenta el individuo de que hizo algo mal y deja de hacerlo. 2. El nivel de alerta de la conciencia. 3. Si uno se arrepintió antes o después de sufrir las consecuencias de lo que hizo, etc.

RABINO YOSEF BITTON

El nivel más elevado de la Teshubá es cuando uno se arrepiente por sí mismo, inmediatamente, y sin que haya habido consecuencias negativas de sus malas acciones.

Un nivel más bajo que el primero, es cuando uno NO se da cuenta inmediatamente de lo que hizo mal, repite su mal proceder hasta que éste se convierte en mal hábito. Su arrepentimiento llega a causar un estímulo externo positivo, por ejemplo, las Selijot, el Viduy, el Shofar, estudiar o escuchar palabras de Torá.

El tercer nivel, que veremos hoy, es cuando uno se arrepiente una vez que ya no puede repetir su mal proceder.

Ejemplos:

1. Un empleado con acceso a la mercadería, de vez en cuando roba. Se lleva mercancía sin que nadie lo vea. Como no se arrepiente luego de haberlo hecho la primera vez, esta conducta persiste por un largo tiempo y se convierte en un hábito, que el empleado perfecciona para no ser atrapado. Su conciencia no le dice nada. Además, es fácil engañarse a uno mismo cuando hay un interés de por medio. Las excusas imaginarias sobran: “Los dueños son muy ricos, no les va a afectar en nada que yo me lleve algo a mi casa”. “No me pagan lo suficiente”. “Estoy trabajando más que los otros empleados”. “Merezco cobrar más y hace mucho que no aumentan mi sueldo“. Pero un día llega a su lugar de trabajo y ¡sorpresa! ¡Los dueños han instalado cámaras de seguridad! Las circunstancias ahora cambian, ya no puede cometer la misma transgresión. Su cerebro ya deja de crear justificaciones, y un buen día se da cuenta de lo que hizo mal durante años, y se arrepiente. Dejando ahora de lado el tema de restitución, confesión, etc. el rab Abohab indica que, aunque la conducta de este individuo cambió porque las circunstancias cambiaron y porque ya no tiene las mismas oportunidades para robar, este “arrepentimiento”, aunque cuestionable, es considerado por la Torá como válido. Pensemos que, por lo menos, es un nivel superior a arrepentirse una vez que uno ha sido atrapado.

2. Un comerciante viaja al exterior por negocios. Y allí, donde nadie lo conoce, se deja llevar por la tentación y procede de una manera errada. Luego, vuelve a su hogar y se arrepiente de lo que hizo. Claro que ahora ya no puede repetir su mal proceder. Porque la oportunidad de cometer la transgresión, ya no está más. De cualquier manera, dice el rab Abohab, aunque ya no existe la misma oportunidad para repetir el error, el arrepentimiento sincero de esta persona es considerado como tal. En otras palabras, su Teshubá vale, aunque no es perfecta.

3. Durante muchos años un individuo se encuentra económicamente muy bien. Algunas personas necesitadas se acercan él para pedirle ayuda, pero este individuo permanentemente dice “NO”. Se niega a ayudar al prójimo y hacer Tsedaqá. Con el correr del tiempo, persiste en su conducta egoísta y no se da cuenta (o no se quiere dar cuenta) que está actuando mal. Cada año, durante el mes de Elul y los Yamim Noraim (Rosh haShaná, Yom Kippur) dice las Selijot, escucha el Shofar, y aprende acerca de la importancia de dar Tsedaqá, pero no se arrepiente y persiste en negarse a asistir a los pobres. Luego de algunos años, pierde su fortuna. Y aunque no es pobre, el dinero ya no le sobra. Y ahora, que ya no puede ayudar, se arrepiente de no haber ayudado a los demás. Este arrepentimiento, si bien no es el ideal, es válido y aceptado.

Los Sabios explican que debemos aspirar a arrepentirnos inmediatamente de haber actuado mal. Que cuando nos arrepentimos de haber actuado mal, mientras la oportunidad de seguir actuando mal todavía existe, alcanzamos el máximo nivel de Teshubá.

Pero también dijeron que las puertas de la Teshubá nunca se cierran. Y que no importa cuánto nos hayamos alejado de HaShem y Sus preceptos, Él siempre estará dispuesto a aceptar nuestro arrepentimiento, aunque no sea perfecto.

 

 

 

Fuente:halajadeldía