THELMA KIRSCH EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Cubierto de ceniza el cielo
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te lo entrego.
¡Quédate con la luz,
que mía es la noche!
Míos son los sueños,
míos el recuerdo y la soledad.
Por todos los que se han perdido
entre las balas
cuando jamás debieron existir.
¡Tuya que sea esa luz!
Déjame la oscuridad,
pues suyos son la fuente
y el manantial.
Yo apagaré mi sed
con mil y una lágrimas,
por todos los que han caído,
mientras mío es,
el sabor amargo.
Tú amas la vida,
no la arrebates.
Yo me iré de ella
sin una sola queja…
Lentamente me iré,
lentamente y sin pena,
tomaré el camino
de las estrellas.
Deja a los que sufren bajo las balas
fundirse en paz y felicidad
con la luz del día,
y con sus noches
… jóvenes aún.
Yo no te pido nada,
sólo que busques en este día
la salida para la lágrima de la madre,
que huya el miedo del niño
que ve partir a su padre.
La tranquilidad de la mujer que espera,
al uniforme que convertirse en azul,
como la esperanza y tu cielo.
El vestido blanco,
el vestido de la paz,
el vestido de luz
al cubrir a todo tu pueblo.
Nos acercamos al día,
ahora que se acerca el día
y las plegarias unidas
rezan por un mundo de paz,
un mundo mejor
con amor,
con tranquilidad,
y un año sin dolor.