Enlace Judío México.- Nunca antes se ha visto tal división en la sociedad israelí, la razón es la evidente tendencia derechista del gobierno que ha permeado en todas las entidades gubernamentales ocasionando choques y desencuentros entre los diferentes sectores sociales.

KAREN BENSUSSEN EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Las nuevas resoluciones del gobierno son cada vez más extremas, influenciadas por el partido de derecha religiosa nacional sionista Habait Hayehudi representado por Naftali Benett, parte de la coalición del actual gobierno de Netanyahu.

Aprovechando su puesto en el poder, presiona constantemente al gobierno con el fin de hacer cumplir las demandas que reclama el partido, teniendo así secuestrado al gobierno, bajo la amenaza de disolver la coalición, lo que conllevaría a convocar nuevas elecciones nacionales, algo que por supuesto no es nada conveniente para Netanyahu y no está dispuesto a arriesgar.

Ejemplo de los cambios son muchos, como el énfasis por parte del Ministerio de Educación (también dirigido por Naftali Bennett) de acentuar e incrementar el contenido religioso en los libros de texto de las escuelas israelíes, hecho que ya se ha llevado a cabo.

El rabinato también ha tomado medidas más drásticas y estrictas en cuanto a la religiosidad y el cuestionamiento de otras corrientes religiosas que no sean la ortodoxia o ultra ortodoxia. Tal es el caso de las comunidades conservadoras y reformistas judías que han sufrido un duro golpe por parte de la dirigencia religiosa de Israel, emitiendo una carta dirigida a las comunidades de la diáspora, donde se excluyen a los rabinos que no comulgan con la misma línea religiosa ortodoxa que se ejerce en Israel, anulando la autoridad y validez de cientos de dirigentes religiosos del mundo.

De igual manera se canceló el proyecto de hacer una sección de rezos mixta en el Muro Occidental con el fin de dar un espacio a las comunidades conservadoras y reformistas, cuestión que ya había aprobado Benjamín Netanyahu en 2016.

Aunado a estas medidas, están las proyecciones del gobierno para legalizar los asentamientos en Judea y Samaria, y fomentar por medio de beneficios económicos, como el subsidio del consumo doméstico y la promoción de un costo de vida menos elevado, a los israelíes que deseen mudarse a estos territorios. A la vez que en el área del este de Jerusalén el gobierno está dispuesto a autorizar la construcción de nuevas edificaciones; territorio que según los palestinos les pertenece.

En últimas fechas el Ministerio de justicia representado por Ayelet Shaked (también del partido Habait Hayehudi) y el Ministro de Educación Naftali Bennett, están pujando para promover una iniciativa en donde el parlamento israelí sea independiente al Tribunal Supremo de Justicia, intentando reforzar las leyes constitucionales israelíes a costa del Tribunal Supremo, un claro atento a la democracia, puesto que si una iniciativa se aprueba en el Parlamento y el Tribunal Supremo decide anular, la Knesset podrá rediseñar y reformular la ley e implementarla sin tener que rendirle ya cuentas al sistema legal.

Independientemente del fin que tenga esta iniciativa, lo que podemos observar es el empoderamiento de la ideología de derecha (extrema) en Israel, protegiendo a los grupos religiosos y a los promotores de asentamientos en Judea y Samaria, los cuales por supuesto no conciben la idea de la paz con los palestinos.

La cuestión es: ¿Por qué el gobierno está llevando a cabo estas acciones?

La única respuesta que puedo encontrar coherente, tal vez sería la idea de preservar el futuro y la continuidad del Estado de Israel, que bajo la óptica del actual gobierno la estrategia del reforzamiento de la identidad ultra nacionalista-religiosa judía, a futuro es el ingrediente que logrará la cohesión y unidad social fortaleciendo así al Estado.

En cuanto a los asentamientos tal vez se está tratando de delimitar el territorio para asegurar las fronteras ante posibles amenazas como la de los países vecinos y grupos terroristas como el Hamas, Hezbolá e ISIS.

Pero ¿Vale la pena promover medidas tan rígidas y extremas? Es claro que el fenómeno que hoy presenciamos es multicausal, y también está claro que detrás de estos cambios hay intereses de por medio, como el deseo de Natanyahu de perpetuarse en el poder.

Lo que es un hecho es que las consecuencias son costosas, la descomposición en las distintas esferas sociales ya se pueden contemplar, lo cual lejos de unir al pueblo acentúa las diferencias ideológicas y religiosas, trayendo como resultado confrontaciones y enfrentamientos entre los distintos sectores de la sociedad.

La estrategia de Netanyahu parece peligrosa pues atenta contra el respeto y la comprensión de la diversidad social e ideológica en el Estado de Israel, poniendo en riesgo a la democracia.

 

 

 

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