Enlace Judío México.- El gobierno de los Estados Unidos anunciará en los próximos días un cambio de estrategia con respecto al pacto implementado en 2016 por las cinco potencias del Consejo de Seguridad de la ONU junto a Alemania para limitar el programa nuclear persa, el cual ha sido considerado por el presidente Donald Trump como “el peor acuerdo de todos los tiempos”.

GEORGE CHAYA

Luego de diez años de intensas negociaciones y dos desde que tuvo lugar la firma del acuerdo nuclear entre Teherán y la administración Obama. La comunidad internacional está entrando en el tercer año de un acuerdo descrito por el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como “el peor de todos los tiempos” firmado alguna vez por Washington.

Es obvio que lo que resta de septiembre y las primeras semanas de octubre serán decisivas para la salud y vigencia de este acuerdo nuclear. No escapa a ningún análisis que la administración estadounidense está considerando una estrategia integral para neutralizar las actuales políticas iraníes derivadas del acuerdo. Para Washington, es tiempo de una estrategia de mayor rigor contra las fuerzas iraníes y sus grupos extremistas en el Líbano, Irak y Siria.

A través de sus nuevos planes, EE.UU apunta a aumentar la presión sobre Teherán para frenar tanto su programa de misiles balísticos como su apoyo a los extremistas chiitas regionales a través de distintas opciones entre ellas el ciberespionaje y, muy posiblemente, la neutralización definitiva en materia de proliferación nuclear del régimen de Teherán.

Según Reuters, la nueva estrategia estadounidense “podría acordarse y hacerse pública antes de finales de septiembre”. Una vez consensuado este curso de acción, Washington enfrentaría una nueva fase que incluye un profundo intento para reducir la expansión iraní después de los ocho años del mandato de Obama, en los cuales no se alcanzó nada positivo después de firmar el acuerdo nuclear, ya que según la visión de la diplomacia europea y estadounidense Teherán esta incumpliendo abiertamente lo que ha firmado.

En esta linea de análisis, considerando las posiciones de Washington y Bruselas, la nueva estrategia será el primer paso práctico de la administración Trump para una supervisión más estricta del acuerdo nuclear sin dejar que sea un premio ventajoso a las armas y milicias que Teherán solventa en la región.

Irán ya ha recibido todo lo que tenía que recibir y ha ganado mucho con el acuerdo nuclear que hasta el momento ha servido plenamente a sus intereses y Occidente no sabe a ciencia cierta si la firma del acuerdo realmente ha sido el final del enriquecimiento de uranio.

Nikki Haley, embajadora de EE.UU ante Naciones Unidas, declaró que es probable que Irán ya haya acumulado suficientes reactores para producir una bomba nuclear, y agregó que el problema con el acuerdo fue y sigue siendo que no se opone a las aspiraciones de Irán de expandirse agresivamente en la región. Además, no afronta efectivamente los esfuerzos anteriores de Irán por alcanzar el desarrollo del armamento nuclear, por lo que aún continúa violando el acuerdo.

“La verdad es que nadie se opone a un acuerdo nuclear que sea de interés para Irán y el mundo”, dijo Haley. Nadie desea asediar a Irán siempre que no viole las leyes internacionales. No es interés de nadie pedir la abolición del acuerdo, pero las preocupaciones que aparecieron cuando el acuerdo fue llevado a cabo en julio de 2015, resultaron obvias después de que fuera firmado.

En resumen, Irán ha violado el acuerdo desde el primer mes y continuó manipulándolo bajo el pretexto “del espíritu del acuerdo”. Pero de hecho ha estado violando los detalles centrales sin asumir sus responsabilidades, declaró Haley.

Un ejemplo de ello surge del análisis de la letra del propio acuerdo, “y es que el acuerdo estipula que Irán será notificado si viola cualquiera de los artículos, y en caso de que vuelva a hacerlo nuevamente, esto no sería considerado una violación”. De esta manera, Irán puede continuar violando el acuerdo, y luego dejar de hacerlo al ser notificado, para comenzar nuevamente a violarlo.

Para los expertos de la administración estadounidense, “este es el mejor acuerdo que haya podio firmar Irán, ya que se está beneficiando de él violándolo sistemáticamente cuando compromete a toda la región apoyando a sus redes terroristas bajo el paraguas del acuerdo internacional”.

Es un hecho que la administración Trump revisará estrictamente el acuerdo desde su primer artículo y se le informará a Teherán para que asuma las consecuencias de sus violaciones.

Hay conductas iraníes que ciertamente no resisten un análisis serio. Por ejemplo: ¿Quién creería seriamente que la marina de guerra de los Estados Unidos no puede responder letalmente cuando lanchas armadas de la Guardia Revolucionaria Iraní la provocan (algo que ocurrió varias veces en los últimos dos años)? La verdad es que ha sido el deseo de no darle a Irán una excusa para interrumpir el acuerdo nuclear lo único que ha hecho que no se haya respondido de forma destructiva contra esas provocaciones. ¿Qué mejor regalo podría darse a Irán que responder y hundir esas lanchas rápidas iraníes?

En su recordada entrevista con la revista Atlantic en 2015, Obama dijo que “las largas negociaciones con los iraníes llevaron a un buen acuerdo y ayudarán a restaurar el respeto por Irán y la calma en la región”. El ex presidente señaló que “no estaba preocupado por las conductas futuras de Irán y que no apoyaría a los aliados regionales de los EEUU contra Teherán para no provocar conflictos”.

Dos años después del acuerdo ha quedado demostrado que todo lo que Obama dijo y creyó, y todos los que apoyaron el acuerdo, estaban equivocados. La región no se calmó, todo lo contrario. El acuerdo no hizo que Teherán respetara a sus vecinos. Lo único que sucedió fue que: ignorar la actitud de Teherán condujo a una amenaza creciente para el mundo, no sólo para la región.

 

 

Fuente:infobae.com