Enlace Judío México – Los desastres naturales han ocurrido a lo largo de los años en todos los continentes del mundo, ocasionan tragedias nacionales e innumerables muertes. Recientemente en México sucedió un temblor que azotó la capital del país junto con numerosos estados de la República. Cientos de personas murieron y miles perdieron su casa. Justo a unas semanas de la festividad de Sucot, la festividad donde recordamos la debilidad del ser humano frente a la naturaleza. Hace unos años justo a dos días de Sucot sucedió un terremoto igual de destructivo en Sumatra Indondesia, Rab. Jonathan Sacks escribió un discurso de consuelo recordando la fiesta que iniciaba. Dado la situación es bastante parecida a la de México queremos traducir para ustedes sus palabras.

Rab. Jonathan Sacks. La fragilidad humana frente al desastre

Esta última serie de desastres naturales nos recuerda una vez más lo pequeños que somos frente a las fuerzas de la naturaleza. Todas nuestras ilusiones de seguridad pueden ser aplastadas el momento en que las placas tectónicas, chocan, se sumergen o se mueven. La gente puede perder todas sus posesiones y encontrarse vulnerables y sin casa.

En una forma muy particular, ese es el mensaje de Sucot, tabernáculos, que empieza este miércoles. Durante la siguiente semana dejaremos la seguridad de nuestras casas para vivir en cabañas en recuerdo de los cuarenta años que los judíos viajaron por el desierto del Sinaí en búsqueda de la Tierra Prometida.

Sucot es una festividad extraña. No celebra ningún milagro, como el cruce por el Mar Rojo o la Revelación en el Monte Sinaí. Trata sobre el desamparo y la vulnerabilidad, algo que los judíos han conocido por más de cuatro mil años de historia. Donde sea que estuvieran, sin importar que tan seguro aparentarán estar, sabían que el día de mañana todo podía desaparecer en una ola de persecución o un decreto de expulsión.

Mientras nos sentamos en la Sucá, con tan sólo hojas por techo, expuestos al viento, a la lluvia y al frío, sentimos en nuestros propios huesos la cruda realidad de nuestra condición; que la vida es un puente en medio del abismo, que se balancea con el viento.

Sucot es una fiesta sobre la condición humana como es y no como nos gustaría que fuera. No ofrece respuestas sencillas a preguntas difíciles como ¿por qué los inocentes sufren? o ¿por qué cosas malas les suceden a gente buena? Sucot es sobre la fe y la perseverancia, la fuerza para no dejarse derrotar por la tragedia, del coraje necesario para comenzar nuevamente una vez que se ha perdido todo lo que se tiene.

Sucot es sobre la resiliencia del espíritu humano. No es sobre D-os el gran arquitecto, que cual Superman nos rescata de todo daño. Es sobre el aliento de D-os que vive en nosotros, que ayuda a que los corazones curen, y las vidas rotas sean reconstruidas. Que D-os este con los damnificados y que nosotros podamos estar con ellos también, en nuestro auxilio y nuestras oraciones.

Fuente: rabbisacks.org