Enlace Judío México.- Trump puede descertificar el acuerdo como muy peligroso como para continuar mientras renegocia sus peores aspectos.

MARK DUBOWITZ Y DAVID ALBRIGHT

Voces enérgicas en casa y en el exterior están presionando al Presidente Trump para que dé su bendición al acuerdo nuclear de su predecesor con Irán. Trump ha prometido en forma repetida renegociar el acuerdo, conocido como el Plan de Acción Conjunto (JCPOA), o lo desmantele. Hay una forma para que él destaque las deficiencias enormes del acuerdo mientras muestra su determinación de mejorar el acuerdo o abandonarlo. Llamamos a esta estrategia “descertificar, renunciar, golpear y arreglar.”

El presidente debe seguir adelante con sus compromisos negándose a certificar el JCPOA bajo el Acta de Revisión del Acuerdo Nuclear con Irán del 2015. Esa ley requiere que Trump certifique cada 90 días que Irán está implementando plenamente el acuerdo nuclear y no ha avanzado en forma significativa en su programa de armas nucleares. Adicionalmente él debe certificar si la suspensión de las sanciones sigue siendo vital para los intereses de seguridad nacional de EE.UU. y proporcionar a los esfuerzos de Irán para terminar sus programas nucleares ilícitos. La próxima fecha tope de 90 días es el 15 de octubre.

Si el presidente continúa certificando el JCPOA, probablemente la inercia y el status quo lo capturarán en la forma de una política de “paciencia estratégica” que capturó a Obama con Corea del Norte. Esto garantizará eficazmente los caminos del régimen clerical a las armas nucleares enviadas por medio de misiles.

El JCPOA es un preludio a una versión meso-oriental del desastre norcoreano. Da al régimen clerical restricciones de fecha de expiración, centrifugadoras avanzadas, misiles balísticos intercontinentales, la capacidad de frustrar el acceso de los inspectores de la ONU a sitios militares donde Teherán ha conducido trabajo secreto en armas nucleares y enriquecimiento de uranio en el pasado, y decenas de miles de millones de dólares en alivio de las sanciones, y cientos de miles de millones por seguir. Los iraníes continuarán volviéndose locos en el Medio Oriente, usando moneda extranjera para pagar por su imperialismo.

El presidente debe negarse a certificar por otra razón: la arquitectura fundamentalmente defectuosa del acuerdo nuclear—no solo como es ejecutado—lo hace muy peligroso como para continuar. Siguiendo en forma paciente el acuerdo, la República Islámica puede obtener armas nucleares, tanto como un arsenal de misiles con capacidad nuclear que le dé hegemonía regional y la capacidad para amenazar a Estados Unidos. También tendrá una economía poderosa inmunizada contra la presión de las sanciones para la fecha en que expiren las restricciones del JCPOA. Permitir esto no es en “los intereses de seguridad nacional vitales de Estados Unidos.”

Descertificar no significa romper el acuerdo. Eso sucede sólo si Estados Unidos vuelve a imponer sanciones que han sido levantadas o suspendidas en virtud del JCPOA. El 14 de septiembre, como es requerido por el JCPOA, el presidente renunció nuevamente a las sanciones relativas a lo nuclear, esta vez contra el banco central y exportaciones de petróleo de Irán. Él acompañó esta “renuncia” con una “bofetada” imponiendo nuevas sanciones contra empresas e individuos conectados con el programa de misiles balísticos de Irán y recientes ataques informáticos. También fue tomada como blanco una empresa de ingeniería que trabaja con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.

Estas sanciones, que están totalmente en obediencia del JCPOA, son un comienzo decente. Pero Trump debe hacer más. Él debe designar una organización terrorista a la Guardia Revolucionaria, como el Congreso ha requerido que él haga para el 31 de octubre. Él debe también ordenar al Tesoro que ponga en la lista negra a empresas de propiedad de la Guardia Revolucionaria y del ejército, las que representan un 20% del mercado de capitalización total de la Bolsa de Valores de Teherán. Debe volver a designar a Irán Air (la cual está comprando aviones de Boeing y Airbus) como una entidad terrorista por transportar armas y combatientes a Siria. Todas estas medidas son consistentes con el JCPOA.
Proponemos que el presidente “arregle” la política estadounidense dejando en claro que él no acepta los defectos peligrosos del acuerdo con Irán. Él debe insistir en condiciones que hagan permanentes las restricciones actuales en el programa nuclear de Irán y la prueba de centrifugadoras avanzadas y misiles balísticos con capacidad nuclear, tanto como la compra y transferencia de armamento convencional. Él debe insistir en el acceso irrestricto de inspectores de armas de la ONU a sitios militares iraníes.

El Congreso debe hacer su parte para ayudar a arreglar el acuerdo. Reinstalar las sanciones del JCPOA después de la descertificación arruinaría el enfoque “descertifica, renuncia, abofetea y arregla.” Para persuadir a los republicanos, quienes son los que más probablemente voten por reinstalar las sanciones del JCPOA que han sido renunciadas o levantadas, la administración necesita demostrar una estrategia integral para arreglar el acuerdo y usar todos los instrumentos del poder estadounidense para neutralizar y revertir la agresión iraní. Los demócratas deben ayudar a arreglar el acuerdo o explicar a los estadounidenses por qué un régimen iraní brutalmente represivo y agresivo debe tener un trayecto de planeo estilo norcoreano a docenas de armas nucleares y misiles balísticos intercontinentales.

Los europeos ya están respondiendo a las amenazas de Trump de alejarse del acuerdo. El presidente francés Emmanuel Macron ha dicho que está dispuesto a considerar suplementar el acuerdo para encarar las disposiciones de expiración y misiles. Los líderes europeos que quieren preservar el acuerdo ahora están trabajando en un consenso entre EE.UU. y la UE sobre formas de arreglarlo. Ellos deben esbozar las condiciones bajo las cuales serían reinstaladas las sanciones transatlánticas si Irán no juega limpio. De lo contrario, pueden observar a Trump salir del acuerdo y usar el considerable poder financiero de EE.UU para obligar a los bancos y empresas europeos a elegir entre el mercado de u$s19 billones de Estados Unidos y el de u$s400 mil millones de Irán.

La descertificación es el primer paso crucial de una estrategia para impedir que la República Islámica de Irán se vuelva un estado nuclear. El famosamente franco Trump debe enviar un mensaje no ambiguo a los clérigos de Teherán Su administración no tolerará un Irán nuclear, ni puede acatar el acuerdo como se encuentra. Pero la estrategia no depende de la aquiescencia iraní. Da a los europeos una posibilidad de subir a bordo para arreglar el acuerdo a fin de salvarlo.

Si ellos no lo hacen, las consecuencias podrían ser serias.

 

Mark Dubowitz es ejecutivo principal de la Fundación para la Defensa de las Democracias. Davod Albright es presidente del Instituto para Ciencia y Seguridad Internacional.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México