Enlace Judío México – Nuestras colaboradoras Shoshana y Mylen nos hablan sobre un tema fundamental para la salud emocional de las parejas, pero que desafortunadamente aún es tabú en muchos casos, ¿Cómo equilibrar el tema del sexo en una pareja moderna en donde ambas partes tienen vidas ocupadas y estresantes?

Shoshana Turkia: En esta ocasión queremos hablar del fast food al slow sex.

Y no, esto no tiene nada que ver con tragarse una Big Mac y palomitas y después ir a tener relaciones sexuales, sino que queremos entender un poco cómo es el proceso cultural que hemos vivido por un lado con nuestra alimentación y nuestros hábitos de salud. Y por el otro lado, cómo establecemos otro tipo de relaciones sexuales. Nuestra premisa es que la sexualidad no ha alcanzado a la gastronomía, y no ha alcanzado los nuevos proyectos de salud. Lo que proponemos nosotras es ¿cómo las vamos a empatar?

La cultura del fast food, todo mundo sabe, es comida grasienta, rápida, poco saludable que se encuentra en cualquier lado, fácil de adquirir y más o menos barata en el corto plazo y muy cara a largo plazo. Fuimos transitando socialmente hacia un modelo más de slow food, donde incluso la comida rápida se vuelve más sana. Hay más propuestas de ensaladas, de sushis, de contenidos de más proteína y menos grasa, con una mayor conciencia de qué es lo que estamos ingiriendo.

Del fast food, de la comida rápida, pasamos a un modelo saludable; y del saludable pasamos a la comida lenta, a los restaurantes donde te sirven en 5 tiempos y el tiempo mínimo de reserva son dos horas y media o tres, en lo que vives todo el proceso de preparación.

¿Qué pasa con el sexo? Cuando estábamos en la época del fast food, claro que había amantes y había acompañantes de una sola noche y todo este tipo de cosas que muchos conocemos. Pero a raíz del nacimiento de las redes sociales por un lado y por las aplicaciones de citas, como Tinder, o más kosher, el JSwipe. Son aplicaciones para tener citas que en su gran mayoría acabaran en encuentros sexuales muy rápidos.

En términos de intimidad sexual, seguimos viviendo en la época del fast food y si ya nos dimos cuenta que ese modelo de alimentación no es sano ni para el cuerpo, ni para la economía ni para el largo plazo, creo que es un buen momento, desde la libertad sexual y del movimiento que nos caracteriza de poner un poco de atención si este fast sex es realmente sano para nuestros vínculos eróticos de largo plazo.

Mylen Saadia: Tiene que haber una buena combinación de los 2, porque también lo tenemos que adaptar un poco a nuestros horarios. No quiere decir que jamás vas a ir a un fast food, porque a veces sí me pasa que voy corriendo de una cita a otra, y de repente sí me tengo que parar en un fast food y comer algo.

Sí van a haber momentos en nuestra vida en que tenemos que incluir este fast sex como “sexo de mantenimiento”. De que si lo dejo pasar y no tengo sexo porque estoy todo el día buscando este sexo extraordinario, entonces voy a tener una vida con sexo una vez al año.

Sí es importante este equilibrio y esta combinación de las dos. En terapia a nuestras parejas les recomendamos mucho que no dejen pasar el tiempo. Sí tenemos que alimentarnos tres veces al día. Sí debemos de tener relaciones porque es parte de nuestro alimento físico, emocional y espiritual.

Y como hablamos aquella vez en la cápsula de matrimonio sin sexo, cuando uno de ambos en una pareja no está teniendo el sexo que desea, de verdad duele. Incluyamos este “sexo de mantenimiento”. Puede ser un quickie o puede ser un sexo que no estuvo tan conectado y que no me la pasé tan bien, pero que igual cumplió con tres de los cinco objetivos. Es un poquito buscar que sea bueno, good enough sex, que sea conectado pero que no tenga que ser para “salirse de este planeta en un viaje astral a otro mundo”.

Si queremos tener sexo extraordinario ¿qué lo hace extraordinario? Darnos el tiempo, el espacio, e ir llegando al lugar emocional y a la ambientación física donde uno entra a este estado de ánimo o conexión. Cuando entro a este lugar cruzo el umbral del fast food al slow sex. Esto no viene de la noche a la mañana. Se tiene que haber planeado, haber entendido quién quiero ser cuando llegue a ese lugar, qué personajes internos están invitados a participar, con qué vestuarios vamos a estar, con qué emociones, etc.

El slow sex va a incluir algo bien importante, que son deseos, mis fantasías, lo que me enciende, lo que me prende y que está íntimamente conectado con mis vivencias, con quién soy, con mi personalidad. Es ese espacio donde yo me puedo explayar, donde puedo sanar, donde puedo también jugar, donde puedo explorar, donde me puedo divertir, donde puedo soñar, donde puedo viajar. Todo eso va a pasar en un solo encuentro.

ST: ¿Pero cómo se logra? Creo que eso es lo que están buscando nuestras amigas y nuestros amigos.

Cuando comemos fast food, no nos vinculamos con nada. Pagas tus 40 de tu hamburguesa y te vas. Cuando tienes un encuentro de una sola noche o un encuentro sexual de Tinder que es de una sola vez, realmente no sabes quién es la otra persona. Muchas veces ni siquiera el nombre es importante.

Y si nosotras hemos trabajado tanto con el concepto de vinculo, de reconocernos en el otro, de conocerme a mi a través de mi relación con el otro, pues es muy complejo lograrlo con alguien que no sabemos ni quién es ni a qué se dedica, ni cuáles son sus sombras internas, ni cuáles son sus luces, ni cuáles son sus anhelos.

Un poco la propuesta del slow sex, además de tomarse el tiempo para un encuentro sexual íntimo, amoroso y producido como dice Mylen, también es encontrar el espacio de cómo vas formando el espacio de estos vínculos eróticos afectivos de largo plazo con esa otra persona que va a jugar contigo en este espacio.

Idealmente es tu marido o tu pareja o tu esposa, pero hay otras parejas y hay otros modelos de vinculación erótico afectivas, que también tenemos que mencionar, que también tienen estos elementos de reconocernos y conocernos.

La propuesta del slow sex que hacemos nosotras es: el erotismo es igual al slow sex, al living slow. Es decir, tomar un espacio, construirlo, se hacen fogones lentos y tiene su tiempo. A diferencia del fast food, donde lo que te encontraste en Tinder si ese día te pusieron dos palomitas pues esa noche ya tuviste relaciones sexuales.

¿Cómo vas preparando esos vínculos? Creo que sí hay ciertos pasos. Como bien dice Mylen, lo primero es el autoconocimiento, saber dónde están mis fantasías, mi parte lúdica, etc. Pero también entablar un diálogo y una comunicación franca, honesta, respetuosa y segura con la persona que tienes enfrente y ver desde ahí cómo te vinculas. Creo que esa es una propuesta que merecería más tiempo de reflexión y sobre todo de acción y de ejecución.

MS: Dándole esta fuerte importancia al vínculo, tenemos que también aprender a jugar con el espacio que se necesita generar entre los dos. Porque cuando estamos demasiado compenetrados, demasiado unidos, se pierde esta sorpresa de saber quién es el otro, de ganas de conocer al otro. Y cuando estamos demasiado alejados, eres un perfecto desconocido.

Es un poco empezar a jugar con este aire que se tiene que manejar entre los dos y este aire se tiene que encontrar de dos maneras. Este espacio puede ser por ejemplo cuando la pareja se va de viaje o cuando no nos pudimos ver porque teníamos mucha chamba cada uno, y no tuvimos el tiempo de estar pegaditos. Es cuando empezamos a extrañar.

Para algunas personas el espacio entre los dos es “Te extrañé”, “Te necesité”, esas ganas de volverte a ver, de ese reencuentro. Pero para otras personas, el espacio se da cuando estamos en el mismo lugar pero de repente veo que mi pareja está siendo deseada y dices, “¿Pero qué pasó si es mío?”.

Y ese pequeño momento de decir, “No, espera, yo tengo que marcar el territorio”, es cuando que ese otro es un otro, que no es mío. Y es cuando empieza a generarse ese aire que hace la combustión. Necesitamos que el fuego encienda, pero para que encienda necesita haber un poco de aire.

ST: Y aparte lo divertido de que en la pareja se identifique la otredad, es que podríamos ser monógamos mucho tiempo, incluso hasta el resto de nuestras vidas, si reconocemos la capacidad de transformación de nuestras parejas, que es lo que no pasa.

En el fast food nunca va a cambiar la receta de la hamburguesa con queso. Nunca va a cambiar. Siempre es lo mismo. Podrá cambiar de empaque y de un espacio a otro, pero siempre es lo mismo, siempre estás comiendo la misma cantidad de grasas y de carbohidratos que no te hacen nada bien. Pero en el slow sex, cuando tu pareja tiene ese espacio para transformarse, también siempre va a tener un espacio para seducirte.

Nuestra recomendación es que, para las parejas muégano, que quieran dejar de comer el fast food, incluso en su propia casa es: dense espacio para el deseo. Lo que yo me imagino es una danza lenta de seducción y de juego.

MS: Y es importante no solo que tu pareja te seduzca, si no saber qué me seduce de mi pareja. Es regresar la responsabilidad, porque el erotismo es esa combinación perfecta entre egoísmo y habitar mi propio cuerpo.

Cómo estoy sintiendo yo cada instante, pero sumado a preocuparme por el otro. Si yo no estoy con el otro y no siento que mi energía también está en el otro, no estoy siendo pareja, no estoy siendo erótica. El erotismo es ese juego entre mi egoísmo y el dar incondicional. Porque necesito también estar pensando en qué le va a gustar, qué necesita. etc. Es esa combinación, ese equilibrio.

Y cuando digo qué me enciende o qué me seduce del otro, una de esas es extrañarla, otra es temer por que me lo quiten y otra puede ser cuando lo veo en su medio, en su plenitud, que es cuando está desempeñando lo mejor de sí mismo, como cuando está contando un chiste enfrente de una reunión o puede ser cuando lo veo en su mejor momento, en un escenario actuando o cantando o dando una conferencia.

Ahí es cuando digo, “Ah claro, igual y de esto me enamoré, pero ya lo había olvidado, porque ya era más de lo mismo y mucho de lo conocido”. Este juego entre fast food y slow sex tiene que pasar por un proceso de ver cómo le hago para que esa hamburguesa se vuelva extraordinaria, volverla a comer por primera vez pero desde otro lugar.

ST: Nuestra recomendación para nuestras amigas y amigos es: cuiden su salud, también la erótica y también la sexual porque es mucho más divertido habitarla así.