Enlace Judío México – 40 años después de la muerte de Truus Wijsmuller finalmente se está filmando una película sobre la héroe desconocida que rescató a niños judíos de los nazis.

Cada vez que uno de los nietos o nietas de Arthur Adler celebraba su Bar o Bat Mitzvá, llevaba consigo la Biblia que recibió en su propio Bar Mitzvá en la sinagoga portuguesa de Amsterdam, en marzo de 1939.

El Bar Mitzvah de Adler no fue organizado por sus padres, sino por una mujer holandesa no judía llamada Geertruida Wijsmuller-Meijer (también conocida como Truus Wijsmuller) que lo rescató de Alemania junto con su hermana Melly en un Kindertransport (transporte de niños) cuatro meses antes. Un año después de su Bar Mitzvá, poco antes de que la Alemania nazi invadiera los Países Bajos, Melly y Arthur viajaron a Estados Unidos, donde se reunieron con sus padres y otros hermanos. Esto también fue gracias a los esfuerzos de Wijsmuller.

“La tía Truus” salvó las vidas de miles de judíos, principalmente niños, durante el Holocausto, pero su historia no se conoce. Pocos, incluso en los Países Bajos, han oído hablar de Wijsmuller desde su muerte en 1978 a los 82 años.

Niños rescatados por Truus Wijsmuller, Bergen aan Zee, Holanda (Cortesía de Arthur Adler)

Setenta y dos años después de la Segunda Guerra Mundial, La cineasta holandesa Pamela Sturhoofd está en una carrera contra el reloj para encontrar a parte de estos “niños” que ahora tienen entre 80 y 90 años, y entrevistarlos para filmar un documental sobre la intrépida y decidida Wijsmuller.

Entre las historias que ha recuperado está el relato de una visita de Wijsmuller a Adolf Eichmann en Viena en diciembre de 1938 para convencerlo de que le permitiera llevarse a Holanda a 600 niños judíos del Tercer Reich. Hitler aceptó.

La héroe olvidada de Holanda

Sturhoofd, de 50 años, se enteró de Wijsmuller cuando el rabino Lody van de Kamp la invitó a fimar un cortometraje relacionado con su libro recientemente publicado sobre los Kindertransport que salvaron a unos 10.000 niños, “Sara, het meisje dat op transport ging” (“Sara, la niña que iba en el Transporte”).

“El nombre de Truus seguía apareciendo. No podía entender cómo su historia no era conocida, así que comencé a investigar sobre ella. Decidí hacer un documental sobre ella, porque realmente merece el reconocimiento”, dijo Sturhoofd.

Entre los documentos que la cineasta utilizó para localizar a los sobrevivientes que fueron rescatados por Wijsmuller figura la lista de pasajeros del SS Bodegraven, el último barco que zarpó desde el puerto de IJmuiden a Gran Bretaña tras la invasión alemana en mayo de 1940. Wijsmuller logró colocar a los 74 niños restantes en el orfanato Burgerweeshuis de Amsterdam en el barco. Truus podría haberse ido con ellos, pero optó por quedarse con su marido y continuar sus esfuerzos de rescate desde el territorio ocupado.

Sturhoofd localizó a 14 niños de la lista de pasajeros, más otros tres que fueron rescatados por Wijsmuller. Actualmente tienen entre 84 y 94, y viven en Israel, Suiza, Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos. Entre ellos se encuentran Arthur Adler, de 91 años, quien radica en Teaneck, Nueva Jersey, y las cuatro hermanas Scheinowitz. Dos viven en Israel, una en Toronto y otra en Zurich.

“Cuando llegamos a la estación, venía un tren con niños y una señora, una dama con sombrero, siempre recuerdo su sombrero, y le dijo a mi madre: ‘Mañana volveré con un transporte de niños, tú estarás allí con tus hijos y yo los llevaré”, relata Sophie Scheinowitz, de 87 años, en el trailer del documental titulado “Los Niños de Truus”.

Muchos niños eran muy pequeños, y por lo tanto no recuerdan detalles de lo sucedido. Muchos reprimieron el trauma de la separación de sus padres.

Niños judíos abordando un barco como parte del Kindertransport fuera de la Europa ocupada por la Alemania nazi (Cortesía de Pamela Sturhoofd)

Sheryl Abbey, la hija de Adler, que vive en Jerusalén comenta que su padre rara vez habló de lo que sufrió durante la guerra. Aún no puede hablar de la separación de sus padres.

Arthur Adler se separó de sus padres cuando en septiembre de 1939 huyeron de Alemania con su hermana menor y permanecieron en Amsterdam antes de viajar a Nueva York. A su llegada a Estados Unidos, los padres de Adler se comunicaron con Wijsmuller para que Arthur y su hermana Melly fueran trasladados desde Amberes. La familia se reunió nuevamente en Nueva York el 21 de marzo de 1940.

Arthur estaba entre los 150 niños que fueron rescatados en un Kindertransport de Alemania a Holanda poco después del Kristallnacht (Noche de los Cristales) en noviembre de 1938. Adler recuerda que los chicos mayores fueron enviados a un centro de capacitación profesional en Eindhoven. Su grupo y el de adolescentes y niños más jóvenes fueron llevados inicialmente a Bergen aan Zee, una ciudad en la costa norte de Holanda.

Arthur Adler con su hija Sheryl Abbey (Cortesía de Sheryl Abbey)

En marzo de 1939, el grupo de Adler fue trasladado a Bergerweeshuis, un orfanato en Amsterdam. “La señora Wijsmuller venía al orfanato todos los días con un comité de mujeres judías. Sólo más tarde me enteré de que ella era una de las personas que habían organizado nuestro rescate”, señaló Adler.

Arthur recuerda que Wijsmuller se preocupaba de que los niños tuvieran clases de natación y los invitaba a cenar los viernes por la noche en la casa que compartía con su esposo banquero.

“A pesar de que ella misma no era judía, Wijsmuller conocía las tradiciones judías. Se aseguró de que los niños acudieran a la sinagoga, y de que mi papá celebrara su Bar Mitzvá cuando cumplió 13 años”, dijo Abbey.

Wijsmuller, que no tenía hijos, nació en Alkmaar en 1896. Sus padres liberales criaron a los huérfanos austríacos tras la Primera Guerra Mundial, lo cual debe haber dejado una huella en ella. Después de casarse con el banquero Joop Wijsmuller en 1923, se dedicó al trabajo social, a través del cual llegó a conocer el Comité Judío de Refugiados y el Comité de Intereses Judíos Especiales en la década de 1930.

Más tarde, utilizó sus conexiones en Europa y el Reino Unido para organizar los Kindertransport. Desde fines de 1938 hasta mayo de 1940, rescató a niños judíos de la Alemania nazi a los Países Bajos y luego a Gran Bretaña.

Después de que Alemania invadió los Países Bajos en mayo de 1940, Wijsmuller continuó con sus actividades de rescate y resistencia. Ayudó a los judíos de los países bálticos y Polonia a escapar a Palestina a través de Marsella. Además de acompañar personalmente a los refugiados que huían en sus peligrosos viajes a los puertos, también entregó alimentos, medicinas y documentos falsificados a los reclusos en los campamentos de Gurs y St. Cyprien en la zona desocupada de Francia.

Luego de ser detenida, interrogada y liberada en mayo de 1941 por la Gestapo, Wijsmuller bajó su perfil, aunque siguió trabajando con un grupo eclesiástico que enviaba paquetes de alimentos a los campos de Westerbork, Bergen-Belsen y Theresienstadt, y también a las cárceles de Amsterdam.

En 1944, salvó a un gran grupo de niños judíos y logró convencer a los alemanes de que 50 huérfanos judíos internados en Westerbork eran “arios”. En lugar de ser transportados a Auschwitz, fueron enviados a Bergen-Belsen y luego a Theresienstadt, donde recibieron preferencia y sobrevivieron a la guerra. Wijsmuller los recibió en la estación de trenes de Maastricht tras su liberación.

Entonces, ¿cómo es que esta mujer excepcionalmente valiente y fuerte, que hizo hazañas heroicas para salvar la vida de tantos niños judíos ha sido olvidada en gran parte hoy en día?

Después de la guerra, Wijsmuller fue miembro del Ayuntamiento de la ciudad de Amsterdam y de la Junta Directiva de la Casa de Ana Frank, y luchó por los derechos de las personas con discapacidad. En 1966 fue declarada Justa entre las Naciones por Yad Vashem, donde recibió el galardón y plantó un árbol en 1967. Su fallecimiento en 1978 fue señalado por la prensa israelí de lengua hebrea e inglesa, pero después de eso, fue en gran parte olvidada.

Truus Wijsmuller en Yad Vashem, Jerusalén, 13 de abril, 1967 (Yad Vashem)

Según Irena Steinfeldt, directora del departamento de “Justos de las Naciones de Yad Vashem, hay 26,000 historias inspiradoras de no judíos que ayudaron y salvaron a judíos durante el Holocausto, pero pocos de ellos reciben la atención del público.

“Hay que recordar que cuando Wijsmuller fue reconocida, en 1966, la investigación era más limitada. En ese entonces Yad Vashem ni siquiera era un museo en pleno funcionamiento”, dijo.

“En ese entonces, el Holocausto no había recibido el significado y la importancia que tiene actualmente. Todos los libros y documentales recientes sobre el Holocausto despiertan el interés público en el tema”, expresó Steinfeldt.

La Dra. Patricia Heberer Rice, historiadora del Museo del Holocausto de Estados Unidos, lamenta que Wijsmuller no sea más conocida, pero no la sorprende. Las memorias de Wijsmuller “Geen tijd voor tranen” (“No hay tiempo para lágrimas”) no han sido traducidas al inglés, tampoco una entrevista de la televisión holandesa que descubrió Sturhoofd, ni un informe alemán de 33 páginas de una entrevista a Wijsmuller realizada por la Biblioteca Wiener de Londres en 1957.

Rice también señaló la modestia de los holandeses que rescataron a judíos que preferían no llamar la atención después de la guerra. (Con excepción de Miep Gies, quien escondió a Anne Frank, y Corrie ten Boom, que escribió la exitosa obra, “The Hiding Place” (“El Escondite”) en 1971, se trasladó a California y fue acogido por la comunidad cristiana evangélica estadounidense).

Por su parte, Adler está contento de que alguien finalmente ponga en relieve las acciones de Wijsmuller 40 años después de su muerte, y 80 años después de que ella le salvó la vida.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico