Enlace Judío México – Muchas culturas le asignan la tentación y la maldad per se a una entidad separada de D-os y del hombre. Por ejemplo, muchos creen que la maldad surge del Diablo, o de espíritus de la noche que están en rebelión contra D-os y no dependen de Él. Algo así no puede existir en el judaísmo, absolutamente todo lo que existe, sin excepción, la maldad incluida, depende de D-os.

La maldad la creó D-os para que hubiera libre albedrío y es el hombre quien decide darle fuerza o alejarse de ella. Bueno y malo fueron creados en el mismo instante, uno como consecuencia del otro. En un inicio existían sólo en potencia y fue el hombre quien al comer del árbol materializó su existencia. Por ello sólo él puede hacer que algo sea bueno o algo sea malo.

Todas las cosas creadas tienen potencial para cumplir la voluntad de D-os, cuando se logra ese cometido se les llama buenas. Sin embargo, también tienen el potencial de alejar al hombre de D-os y cuando eso sucede son llamadas “malas”. Quien decide el cauce que toman y el sentido al cual son dirigidas es el hombre. No pueden ser movidas por ellas mismas ni puede un espíritu o energía externa moverlas. La maldad y la bondad ante todo son humanas y son internas.

Satan de los Judios, Artista Medieval - Libro de Job

Sin embargo, en este mundo el hombre también es presa de influencias externas que lo confunden y que debe vencer. El encargado de confundirlo para que pueda retarse es el Satán, su obligación es tentar al hombre. A diferencia de cómo se ve el Diablo en la cultura imperante, el Satán judío no es un ángel peleado con D-os ni un espíritu malvado. Es un serafín de los más altos rangos que cumple en todo momento la voluntad de D-os.

Para el judaísmo, la tentación es buena. Es la única forma que tiene el alma de superarse, su único objetivo en este mundo. El alma viene a este mundo a vivir el libre albedrío, a perfeccionarse y acercarse a D-os más plenamente tras haber ganado el derecho a estar junto a Su Presencia, esto es posible únicamente gracias a que existe la tentación.

Este ángel, además, es el encargado de juzgar al alma en la corte divina y el encargado de traer la muerte al cuerpo. Los dos procesos por medio de los cuales el hombre puede regresar a un estado de pureza y llegar al Mundo Venidero. Es un ángel muy bueno y benigno para nosotros.

Otra diferencia con el Diablo es que este ángel dejará de existir. Cuando llegue la época mesiánica, disfrutemos del Mundo Venidero, y las almas se hayan unido nuevamente a sus cuerpos recién purificados, la tentación y la muerte ya no serán necesarias; la maldad habrá dejado de existir. En ese mundo la función del Satán habrá sido completada y el ángel desaparecerá, junto con otras criaturas mal formadas.