Enlace Judío México – Para el director de la base de datos de Yad Vashem, Alexander Avram, que ha hecho posible este tipo de encuentros, hoy más que nunca son más emotivos y significativos debido a que los sobrevivientes del Holocausto son cada vez menos.

Un emotivo encuentro se produjo en una casa de retiro de Kfar Saba la semana pasada al encontrarse un tío y un sobrino que no se conocían y que cargan cada uno de ellos con el peso del Holocausto a sus espaldas.

Eliahu Pietruszka tenía 24 años cuando la guerra estalló en 1939 y tuvo que huir de su natal Varsovia hacia la Unión Soviética, dejando atrás a sus padres y a dos hermanos menores. Solamente uno de ellos, Volf, pudo sobrevivir al Holocausto, pero terminó por ser enviado por los soviéticos hacia un campo de labores forzados en Siberia.

Eliahu supo de lo acontecido a su hermano menor y siempre pensó que su destino había sido la muerte en Siberia. Con su vida ya en la Unión Soviética, se casó y decidió hacer aliyá en 1949, a un año de la fundación del país del Estado de Israel.

Tuvieron que pasar casi 70 años para que de manera repentina ese destino trágico que había siempre pensado se deshiciera en los recuerdos de Eliahu: uno de sus nietos, Shajar Smorodinsky, recibió un email de una prima suya en Canadá que realizaba un árbol familiar y le contó que había descubierto un testimonio del año 2005 por alguien llamado Volf Pietruszka, tal como su tío.

Shajar, quien es profesor de la Universidad Ben Gurión en el Néguev, rastreó más información sobre este Volf y descubrió que había pasado su vida en la ciudad rusa de Magnitogorsk donde trabajó como albañil y murió en 2011, pero que aún le sobrevivía un hijo suyo de nombre Alexandre.

Fue así que Shajar contactó a Alexandre por internet y arreglaron una visita de este hacia Israel para que conociera a su tio Eliahu. La fecha del encuentro quedó acordada para el jueves de la semana pasada en la casa de retiro de Eliahu.

Un fuerte abrazo entre ambos y una conversación en ruso llenó de emotividad el momento en la casa de retiro.

“¡Eres una copia de tu padre! ¡No he dormido en dos noches por esperarte!” le dijo Eliahu a Alexandre lleno de emoción y lágrimas. “¡Es un milagro! Nunca pensé que esto pudiera ocurrir” dijo el sobrino que se reunió con el tío que jamás antes había conocido.

Para el director de la base de datos de Yad Vashem, Alexander Avram, que ha hecho posible este tipo de encuentros, hoy más que nunca son más emotivas y significativas debido a que que los sobrevivientes del Holocausto son cada vez menos debido a la edad.

“Aún no es tan tarde para llenar las páginas de los testimonios. Tenemos que documentar cada una de las víctimas del Holocausto. Pero una reunión así es un momento muy especial debido a que ya no veremos más así en un futuro” comentó  Avram a la agencia AP.

Fuente: AP News / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico