Enlace Judío México – Desde los primeros segundos después del temblor del 19 de septiembre que sacudió a México, todos, absolutamente todos tuvimos dos opciones: ser espectadores pasivos de todo lo sucedido o ponernos en acción y ayudar. Por su parte, la Fundación OR-B y los Laboratorios Sanfer acondicionaron una bodega ubicada en la calle de Izazaga, número 11 y la convirtieron en un albergue temporal.

El albergue de Izazaga #11 fue iniciativa de Cynthia Araf, quien como Presidenta de Fundación OR-B y en coordinación con Grupo Sanfer lograron crear un refugio invaluable que por dos meses brindó ayuda a los más necesitados.

Después de una ardua limpieza, se levantaron muros de tabla roca para separar las áreas de hombres del área de mujeres, se instalaron baños, se taparon goteras del techo, se compraron literas, casilleros para las pocas pertenencias de los damnificados, colchones, sabanas y todo lo necesario para convertir esa vieja bodega en un invaluable hogar, un hogar que llegó a dar refugio a más de 100 personas.

Con el paso de los días el albergue se fue organizando y perfeccionando, se instaló un área médica con un médico permanente, otra área para la atención psicológica, comedor, baños con regaderas, zonas de dormitorios, una ludoteca de juegos para los niños y hasta talleres de recreación.

Una vez que el albergue fue avalado por la delegación Cuauhtémoc, la ayuda de decenas de voluntarios no se hizo esperar.

Fundación OR-B, Grupo Sanfer, el DIF, el Hotel San Regis, la Lavandería Lavatex, el Grupo Aviv, E-pura, Coppel, Ilusión, Banamex, Telmex, Cadena, Protección Civil, Cofepris, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Cultural México Israel, la Universidad Iberoamericana, el TEC de Monterrey, el Grupo de Jubilados de la CFE, la Policía Federal, Mabe, Cruz Roja Mexicana, Papelería Lozano, Costco, Grupo Península, Aeroméxico y cientos de señoras particulares donaron comida, mientras que músicos y todo tipo de voluntarios brindaron a los usuarios un rato agradable de esparcimiento y aprendizaje.

Con el objetivo de proporcionar a los damnificados herramientas que los ayuden a integrarse a un mundo laboral, se realizaron dos ferias de trabajo en el albergue, en dichas ferias se lograron citas de contratación con distintas empresas y más de 50 personas lograron propuestas de trabajo.

Izazaga 11 fue más que un albergue, fue un refugio que brindó consuelo, atención médica, psicológica y comida caliente, se brindaron herramientas para continuar con la vida y después de dos meses, los que alguna vez eran completos desconocidos se convirtieron en una verdadera familia.

El 10 de noviembre, Izazaga 11 cerró sus puertas, pero en la memoria de cientos de personas quedará el recuerdo de una bodega convertida en un hogar, de decenas de personas entregándolo todo con tal de ayudar, quedará el recuerdo de Izazaga 11 como prueba del inmenso corazón de los mexicanos que, ante la tragedia humana, respondemos con amor y solidaridad.