Enlace Judío México – El reconocimiento de Jerusalén como capital, aunado al traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, son hitos fundamentales en cuanto al derecho del pueblo judío a su tierra y su búsqueda de la paz.

REUVEN RIVLIN

Nací en Jerusalén hace más de 70 años, pero siempre siento que la he conocido desde hace más de 200 años.

La Jerusalén donde yo nací era pequeña e íntima, pero también temerosa y vacilante. Una ciudad bajo la ocupación británica, en la que había un miedo constante a lo desconocido. El “Muro de las Lágrimas” estaba ubicado en un extremo de una calle estrecha, escondido y avergonzado.

Cuando el barrio judío cayó en manos de la Legión Jordana, durante la Guerra de la Independencia de Israel, nuestros corazones dejaron de latir. No teníamos la fuerza para imaginar una Jerusalén fuera de las murallas sin la Jerusalén dentro de las murallas.

Y luego llegó la Guerra de los Seis Días. Yo era oficial de inteligencia de la Brigada de Jerusalén. No puedo olvidar la alegría y el alivio que sentimos cuando la ciudad fue liberada. Al igual que mis antepasados, me sentí parte de la historia de Jerusalén.

Han transcurrido 50 años desde que Jerusalén fue liberada y todavía necesita a sus amantes y a quienes guardan sus secretos. Esta ciudad requiere de los que saben y entienden, simplemente y sin frases poéticas, que el sionismo sin Sión es un cascarón vacío. Que Jerusalén es el microcosmos de toda nuestra existencia aquí en la Tierra de Israel.

La declaración del presidente Trump es lo “obvio” que debería haberse dicho. Aparentemente, incluso lo obvio a veces puede ser muy conmovedor.

Creo que no hay un mejor regalo para el Estado de Israel en su 70 aniversario. A los 50 años de la unificación de la ciudad, ha llegado el momento de traer paz a Jerusalén y cultivar la esperanza en la capital de Israel, un lugar para peregrinos de todo el mundo.

Todos y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia Jerusalén. Durante miles de años, el pueblo judío miró hacia Jerusalén, rezó y soñó con ella. El reconocimiento de Jerusalén como capital, aunado al traslado de la Embajada de Estados Unidos a la ciudad, son hitos fundamentales en cuanto al derecho del pueblo judío a su tierra y su búsqueda de la paz.

Jerusalén no es, y nunca será, un obstáculo para quienes buscan la paz. Jerusalén existe más allá de la táctica o de la política. Algunas relaciones son eternas y están por encima de todas las negociaciones o la prueba del tiempo.

Oren por la paz de Jerusalén; que todos los que aman a esta ciudad prosperen. Oh Jerusalén, que haya paz dentro de tus murallas, y en tus palacios (Salmos 122).

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