Enlace Judío México.-  En esta carta abierta, el ciudadano Ariel Frumkin se dirige al presidente  de la República Argentina Macri aclarando puntos erróneos de la información que proporcionó a la prensa en referencia al estatus de Jerusalén.

Ing. Mauricio Macri:

Estimado Señor Presidente me dirijo a usted para expresarle mi indignación por el comunicado titulado Información para la Prensa N° 564/17 de la Cancillería Argentina sobre el estatuto de Jerusalem.

Este comunicado está lleno de falsedades, errores y acusaciones implícitas que rondan el antisemitismo. Con su permiso, procederé a refutar este documento y explicar sus errores (que espero que hayan sido involuntarios).

Antes que nada quisiera recordar que Jerusalem (Yerushalaim) es la capital del pueblo judío desde hace 3021 años, cuando el Rey David (Rey de Israel) la conquistó y la transformó en capital de su reino. Su hijo Shlomo (Salomón) construyó en ella el primer Beit Hamikdash (el primer Sagrado Templo) que se mantuvo en pie por 410 años hasta que Nebujadnetzar (Nabucodonosor), Rey de Babel, lo destruyó junto a la ciudad y mandó al exilio a la mayor parte del pueblo judío (año 586 a.e.c).

Luego de 70 años de añoranza a nuestra capital (como puede comprobar leyendo el Salmo 137) el Pueblo de Israel volvió a su tierra y a su capital Jerusalem, reconstruyendo nuestro Sagrado Templo (el segundo Beit Hamikdash) que se mantuvo en pie 420 años hasta que Tito el romano lo destruyó incendiando Jerusalem en el año 69(e.c).

Es entonces que el pueblo judío sale a su dispersión que durara casi dos mil años hasta la creación del Estado de Israel en 1948.

Durante todos estos años, inclusive hasta el día de hoy, recordamos a nuestra capital Jerusalem tres veces al día en nuestras plegarias, como así en nuestros casamientos y hogares. En el lugar donde se encontrara, sea Europa Oriental, España, Etiopía y la lista sigue, el judío tenía un único anhelo, volver a Jerusalem.

Nuestra relación con nuestra ciudad como he dicho es milenaria, es muy anterior a la primera fundación de Buenos Aires (año 1536).

Así que con todo respeto, Señor Presidente, le pregunto: ¿con qué derecho la Argentina no reconoce los lazos históricos, espirituales y políticos del pueblo judío con Jerusalem?

¿Con qué derecho no pueden aceptar que el Estado de Israel sea soberano sobre su capital histórica?

El comunicado de su cancillería, Señor Presidente, dice que reconocen las fronteras de 1967. Le recuerdo que en 1967 Israel no tenía fronteras sino líneas de cese al fuego.

Estas líneas de cese al fuego eran los límites con Jordania y Egipto, no con un Estado palestino, el cual nunca existió y muchísimos menos con Jerusalem como su capital.

Así que las supuestas fronteras que ustedes reconocen, son inexistentes. Me permito recordarle que Jerusalem nunca fue la capital de ningún Estado fuera de los tres Estados judíos que existieron a lo largo de la historia (siendo el actual Estado de Israel el último).

Asimismo, la última vez que hubo un gobernante árabe en Jerusalem fue en el siglo XIII. Desde entonces, hasta 1948, la ciudad fue gobernada por los cristianos, mamelucos, otomanos y británicos, ningún árabe y menos palestino gobernó la ciudad, así que nuevamente le pregunto: ¿cuál es el supuesto derecho palestino sobre Jerusalem?

Antes de continuar a los años posteriores a 1948, citaré el segundo párrafo del comunicado 564/17. En éste, la Cancillería cita la Resolución 181 de la AGNU (la actual ONU) para decir que la Argentina apoya el régimen internacional para Jerusalem. Me sorprende la ignorancia de sus diplomáticos. Procedo a detallar.

La Resolución 181, más conocida como el Plan de Partición, que fue votada por la Organización para las Naciones Unidas el 29 de Noviembre de 1947, establece que el 15 de Mayo de 1948 el territorio bajo mandato británico conocido (erróneamente) como Palestina sea dividido en tres. La parte mayoritaria sería destinada para la creación de un estado árabe, otra parte sería destinada para la creación de un Estado judío y la tercera parte sería un corredor (que incluiría a Jerusalem) internacional bajo la tutela de la ONU.

Es el 15 de mayo que cinco ejércitos árabes atacan al nuevo Estado de Israel (creado el 14 de Mayo, puesto que el 15 de Mayo era Shabat) con la intención de destruirlo, en vez de crear su Estado como la Resolución 181 lo indicaba.

Luego de una guerra de más de un año, en el que cayó el 1% de su población, Israel logra repeler el asesino ataque de los árabes (menos en Jerusalem Oriental, Judea y Samaria) y se firma un alto el fuego, que es el que marca las líneas del alto al fuego que ustedes llaman “frontera de 1967”.

Es aquí que le debo recordar dos cosas. Una es que la Resolución 181 no fue implementada por culpa de los árabes que atacaron a Israel, por lo tanto nunca existió un régimen internacional para Jerusalem y es por eso que no entiendo qué es lo que la Argentina apoya.

Lo otro que le debo recordar es que Jerusalem se encontraba dividida entre Jordania, que era la potencia ocupante en la parte oriental de la ciudad (que incluía los lugares santos) e Israel, que mantuvo la parte occidental. Una vez más, le pregunto a usted y a su cancillería, dónde están los palestinos. Hasta 1967, podrían haber creado su propio Estado, Jerusalem Oriental, Judea y Samaria (lo que ustedes mal llaman Cisjordania o la Franja Occidental) estuvieron en manos jordanas y nadie reclamó ni un Estado palestino ni un régimen internacional. ¿Me podría explicar esto, Señor Presidente?

Además, el comunicado tiene una contradicción intrínseca. Por una parte reconoce las fronteras de 1967 (sic) y por otro lado exige implementar la Resolución 181, o sea que esperan que Israel cuente con un territorio mucho menor al actual.

En su último párrafo el comunicado exige libre acceso a los lugares santos de las tres religiones, insinuando implícitamente que bajo la soberanía israelí esto no se cumple.

Le recuerdo, Señor Presidente y a su Canciller, que desde la unificación de la ciudad en 1967 bajo soberanía israelí, todos, absolutamente todos, árabes, cristianos y judíos pueden rezar libremente en sus lugares santos, cosa que no sucedió en los 19 años que el Muro de los Lamentos y el Monte del Templo (los lugares más sagrados de los judíos) estuvieron bajo la ocupación jordana, en los cuales los judíos no pudimos rezar en ellos. Como así la libertad de culto en nuestros lugares santos estuvieron limitados bajo el Mandato Británico.

Debería disculparse públicamente por estas acusaciones falsas hacia un estado amigo de la Argentina como es Israel.

Le recuerdo que hoy en día, los cristianos en Beit Lejem (Belén) bajo el control de la Autonomía Palestina, sufren la persecución por parte de los árabes y usted lo puede ver en la cantidad de asistentes en las misas de Navidad, que disminuyó considerablemente por estas coerciones en la ultima década.

Es por todo esto que repudio el comunicado 564/17 y le solicito que su gobierno se retracte del mismo.

Lo saludo atentamente.

Ariel Frumkin

Fuente: Israel Hoy