Enlace Judío México.- La Editorial Crítica presenta una narración que detalla los pormenores de la investigación realizada por los periodistas Yehuda Koren y Eilat Negev en torno a un grupo de judíos ortodoxos que lograron lo impensable en pleno auge del nazismo: sobrevivir.

Para quienes aman la ficción, esta historia basada en hechos reales podría ser la obra cumbre de un gran fabulista. Sin embargo, “En nuestros corazones éramos gigantes. La imposible historia real de siete enanos que sobrevivieron a los campos de concentración” es una narración que surge de una investigación periodística desarrollada en Transilvania, en 1866, y que termina en Haifa, en 2001. Esta obra, que inicia con el árbol familiar de los Ovitz, protagonistas de esta narración histórica, devela desde otra mirada todas las atrocidades emprendidas por el nazismo durante la primera mitad del siglo XX, y cómo el arte, tan vilipendiado y criticado en algunos escenarios, fue, para los integrantes de esta “troupe de Lilliput”, su tabla de salvación, aunado al hecho de convertir lo que para muchos sería un defecto: su enanismo, en su más valiosa fortaleza, tanto física como espiritual.

El término “Liliput” lleva a los lectores al mundo de la literatura, a esa obra tan leída y reinterpretada en tantos ámbitos del arte, “Los viajes de Gulliver”, de Jonathan Swift. Efectivamente, esta investigación, emprendida por Yehuda Koren y Eilat Negev, centra su atención en un grupo de enanos que tuvieron que lidiar con uno de los más temibles antagonistas de la historia de la humanidad: Hitler. Es la narración de cómo ellos emplearon todos los conocimientos que heredaron de los Ovitz y del mundo del arte y pudieron revertir los efectos enfermizos y violentos de aquella máquina fanática y asesina, bautizada como el nazismo.

Este libro narra, en sus primeros capítulos, los orígenes de la familia Ovitz, en Rumania, desde el nacimiento de Shimshon Eizik Ovitz, y finaliza con su deceso, en donde se describe a este patriarca como «un hombre honesto, virtuoso y cultivado. Un benefactor caritativo de los pobres. Sus hazañas fueron todas hechas para honrar a Dios». En esa época, dadas las condiciones de esta estirpe, el arte fue el medio de subsistencia. Años después, su gran heredero, Avram Ovitz, comprenderá el sentido del gran legado mágico y sabio que recibió: el poder de persuadir audiencias, a través de los mundos posibles y enigmáticos que solamente el arte puede llegar a brindar a todo tipo de seres, incluso malvados e insensibles, como todos los que rodearon a Adolf Hitler. Este grupo, integrado por siete enanos, el mismo número de aquel célebre relato infantil, fue incluso descrito como «una criatura mitológica con un cuerpo y siete cabezas». Precisamente por ese elemento novedoso y curioso «tuvieron su época dorada en el antiguo Egipto. Allí eran honrados y venerados como dioses». Su presente distaba de esta realidad y lo enfrentaría a un hombre de ciencia, tan brutal y bestial como Hitler, Josef Mengele, quien fue «uno entre docenas de doctores que llevaron a cabo experimentos criminales con los presos de Auschwitz-Birkenau».

A medida que la obra transcurre, los sinsabores que padeció este clan se hacen notables y llegan a estremecer a cualquiera. Afortunadamente, en medio de este maremágnum de dificultades extremas, su valentía y grandeza, junto con el arte que se albergaba en cada uno de ellos, fue su verdadera liberación y carta hacia la libertad.

 


Fuente:vanguardia.com