LA JORNADA

Ante las acusaciones de que ha nutrido el clima polarizado en Arizona, la ultraconservadora Sarah Palin polarizó aún más el debate nacional con su respuesta hoy, mientras que el presidente Barack Obama y otros líderes políticos nacionales buscaban la forma de manejar las secuelas políticas de los sucesos violentos en Tucson el pasado fin de semana.

Palin, tal vez la figura nacional más conocida del llamado movimiento populista de derecha “Tea Party”, difundió hoy un video después de días de silencio denunciando a sus críticos y comentaristas de libelo de sangre, por haberla acusado de alimentar la retórica intolerante y violenta que, opinan, contribuyó a detonar el acto de Jared Loughner cuando mató a seis personas e hirió a 14, incluida su blanco principal: la diputada federal Gabrielle Giffords.

En el video, Palin afirmó que “los actos criminales monstruosos no son más que eso y que periodistas y comentaristas no deberían fabricar un libelo de sangre que sólo sirve para incitar el mismo odio y violencia que pretenden condenar. Eso es reprensible”.

En el video de más de siete minutos que subió a su Facebook (https://vimeo.com/18698532), Palin expresó sus condolencias y explicó “cómo los hechos rompieron mi corazón por las víctimas inocentes”. La ex candidata a la vicepresidencia insistió en que la retórica política siempre ha sido apasionada en este país y recordó que ella había declarado durante las campañas electorales del año pasado que “sabemos que la violencia no es la respuesta. Cuando ‘tomamos las armas’, estamos hablando de nuestro voto’”, aseguró.

Pero fue el uso de Palin de un mapa con el símbolo de una diana sobre distritos electorales que había escogido como blancos para derrotar a 20 candidatos políticos, incluido el de la diputada Giffords, lo que se ha convertido en uno de los principales ejemplos de que la retórica extrema con referentes violentos nutrió el clima de odio que prevalece en estados como Arizona. La diputada Giffords advirtió del peligro de esta misma propaganda durante la contienda electoral del año pasado.

Pero Palin, en su video, insiste en que actos de violencia como el ocurrido en Arizona no tienen nada que ver con todo eso, ya que son responsabilidad exclusiva de los criminales que cometen esos delitos y no con aquellos que escuchan (programas de comentario político de) radio, ni con mapas de distritos en disputa empleados por ambos partidos.

Pero su respuesta provocó una nueva controversia. El término libelo de sangre está cargado de connotaciones históricas, y se ha empleado generalmente para referirse a la acusación de que los judíos matan a niños cristianos para usar su sangre en sus rituales religiosos. Esa afirmación falsa fue usada durante siglos para provocar el antisemitismo y como justificación para la represión y expulsión de judíos en varias partes del mundo.

Peor aún, en este contexto, es que la diputada federal Giffords, quien se mantiene en estado crítico en el hospital después de que una bala le atravesó la cabeza, es judía.

No se sabe si Palin uso el término de manera consciente, pero el hecho es que ella y sus bases son en buena parte cristianos fundamentalistas y el término sería reconocido por sus filas derechistas religiosas.

En lugar de calmar las aguas, la frase provocó inmediatas respuestas en repudio a Palin. La diputada Deborah Wasserman Schultz, de Florida, amiga de Giffords, emitió un comunicado en el cual declara que los comentarios de Palin o muestran una ignorancia completa de la historia o un antisemitismo flagrante. Sea cual sea, demuestra un falta pasmosa de sensibilidad dada la fe de la diputada Giffords y los eventos de la semana pasada, reportó el New York Times.

Organizaciones judías lamentaron el uso de la frase justo por ser símbolo de actos históricos de represión y violencia contra esa comunidad.

Loughner, el atacante de 22 años, permanece en espera de procesos judiciales, mientras continúan los actos fúnebres de seis de sus víctimas, y siguen en recuperación otros 14 heridos. Aún no queda claro cuál fue su motivación pero sí hay cada vez más pruebas de que el atentado fue premeditado.

Los médicos de Giffords pronostican que sobrevivirá, pero aún no se sabe el grado de daño a su cerebro.